Toda mi vida profesional desde 1964, he transmitido por radio marcando y redactado en artículos de opinión, la tristeza causada porque las costumbres del antruejo o carnaval, obligan acicateado por los medios a cometer exagerados gastos, por aquello de pan y circo ancestral luego imitado por la política publicitando disfraces y carnestolendas en general, incitadoras a aprovechar la máscara, para cometer fechorías, abusos, infidelidades o engaño de sexualidad, gracias a no tener identidad ocasional, es decir andar disfrazado o disfrazada.
La promoción al respecto ha bajado su énfasis y provocaciones a través de los medios, debido a la aparición del socialismo en nuestra Venezuela, la colectividad desavisada tiende a conversar sobre carnavales de gastos tradicionales incluyendo alcohol. Hoy veo canales de TV oficial promocionando turismo patrio y cultural geográfico nacional, en lugar de invitaciones a carnavales donde los excesos superan a las sanas prácticas para los días de asueto. Niños y niñas son los más vulnerables a las malformaciones acerca del Carnaval desaforado, con el comportamiento licencioso de padres y representantes.
Los critico igual a cuando me he referido a quienes van al béisbol, futbol, basquetbol o el deporte que sea en categoría infantil, pero acompañados de las birras, deformación al spanglish de la palabra bear, o sea cerveza. A estos padres y madres "deportistas", no les veo diferencia con borrachitos desocupados, quienes se adormecen para echarle la culpa a la mala suerte de no tener labor… su himno es la canción "La Flor del Trabajo", melodía dedicada al ocio embriagador, empeorado el alcohol ancestral de aparición bíblica, superado por la drogadicción.
Ya sabemos como la sociedad capitalista máxima en su vorágine, tiene y mantiene como máxima nación imperialista salvaje, la del indisimulable consumo mundial superior a cualquier otro territorio. No critico el Carnaval o Antruejo, sino la forma estrafalaria de promocionarlo y eso que, en Venezuela las, publicidades de alcohol tienen horario de adultos en TV y radiodifusión, aunque la realidad exhibida se las ingenia ocupando las redes sociales y los llamados "teléfonos inteligentes", copando la mentalidad de niños, jóvenes, adultos, o reforzando la adicción a las y los adultos mayores.
El año bisiesto 2024 unirá al lunes y martes carnavaleros con el día de los enamorados, factor consumista riesgoso en su insinceridad o deseo de hacer del amor, un paso de obligatoriedad entre parejas, en restaurantes el "trago especial", conforma una especie de abejas al panal introduciendo en la fecha una peligrosa consecuencia, accidentes de vehículos. Si lo prefiere y se aburre en no saber cómo y dónde disfrutar sanamente los "días de fiesta" no me llame revolucionario atrasado o viejo amargado, no politice su incapacidad de aprender y dar ejemplos, no lo estoy invitando a misa o al culto.
Afortunadamente y se lo digo revolucionariamente, la TV oficial en sus numerosos canales, ha preparado para cada ocasión parrillas de programación aleccionadora, en este caso unido por casualidad calendaria al martes de carnaval el Día de la Juventud nacional, ellos reciben apoyo especial oficial, planes de labor esencial y la entrega de oportunidades para avanzar sin darle oportunidad al ocio inoficioso y falaz. VIVA VENEZUELA y se los dice un bisabuelo revolucionario y audaz desde hace 60 años en la locución nacional e internacional. Tengan unos días de carnaval en compañía de hijos, nietos, familiares y amigos, muy felices en la eficacia del sano esparcimiento de la paz venezolana que, otros pueblos lastimosamente no alcanzan a disfrutar.
