Organizar "fraudes electorales" es menos complicado de lo que parece siempre y cuando se cuente con el apoyo y respaldo irrestricto del imperio y cuando el objetivo final sea el control de la reserva petrolera más grande del planeta. Quien lo dude que le pregunte a la Sra. María Corina Machado.
No siempre los "fraudes electorales" son exitosos, aunque siempre dejan importantes frutos que cosechar. Aunque el objetivo del fraude no se logre en el tiempo previsto, alcanzar un poco mas de 5.300.000 votos no es nada despreciable, especialmente considerando que al imperio le sobra tiempo y recursos para seguir apostando a quienes pierden con votos pero siguen en sus propósito serviles de lacayos imperiales.
No basta con que los fraudulentos electorales tengan un vasto historial en estos menesteres. Siempre cantaran "fraude", siguiendo el guion preelaborado, convencidos que una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad, especialmente en estos tiempos de redes sociales en los que la velocidad con que las mentiras se repiten acorta los tiempos y multiplica los incautos que compran engaños, manipulaciones y fantasías.
Si el fraude electoral esta abiertamente avalado por millonarios como Elon Musk, entre otros, es indudable que los propósitos del fraude apuntan al beneficio indudable de quienes requieren el manejo y control de las fuentes energéticas y de minerales para asegurarse el pleno control del planeta.
Cuando el "fraude electoral" orquestado esta precedido por mas de 930 sanciones económicas impuesta al país para asfixiar su economía y caotizarlo, es claro que a quienes lo promueven no les interesa un comino la democracia, elecciones libres, derechos humanos, ni libertad. Sencillamente porque MCM, promotora de las sanciones contra Venezuela, apenas le esta haciendo un trabajo al imperio. Al igual que antes hizo su trabajo Leopoldo López y luego Juan Guaido.
Es lamentable que muchos hombres y mujeres, dignos y honestos, se hayan sumado a esos 5.300.000 venezolanos que apuestan al "mariacorinismo" lacayo que a pesar de tener más de dos décadas imponiendo "fraudes electorales", apenas son los peones necesarios a quienes el imperio les impuso la tarea de retomar el control del petróleo que desde principios de siglo XX manejaron a su antojo.