Hay una ley muy famosa en la República Bolivariana de Venezuela que sentencia que quien se mete con Venezuela, se seca. Traemos a colación dicha sentencia, habida cuenta a lo que le ocurre no precisamente a Lula sino a su amante, léase: Emmanuel Macron. Después de aquellas fotos, tomadas en la selva brasileña, que dejaban al descubierto el presunto enamoramiento entre ambos mandatarios, las cosas no le han resultado nada bien, al mandatario francés. Lula, después de su aventura amorosa se apresuró a involucrarse en una aventura golpista en Venezuela después de ocurrido el evento electoral del 28 de julio pasado e involucro igualmente al presidente Gustavo Petro, quien tiene severísimos problemas de gobernabilidad que hasta un «canciller» le ha sido designado por la potencia imperialista de los EEUU, sin ton ni son a tenido que calárselo, en evidencia que las bases militares gringas en Colombia, no están puestas allí al azar sino que tienen un objetivo político bien claro de tutelar lo que ocurra en dicho país. Lo cierto es que ambos gobernantes, supuestamente de izquierda, falsa izquierda pro imperialista, ahora callan en pretensión que sea el tiempo, el que haga olvidar a los pueblos latinoamericanos de este fallido intento golpista. Lula al igual que Bolsonaro, es un golpista consumado y frustrado; Bolivia (2019) y Venezuela (2024), ambos pueblos padecientes de las pretensiones golpistas de Bolsonaro y Lula, ambos pueblos pueden dar fe de esta realidad. Recordemos que en Bolivia pudieron consolidar el golpe y deponer a Evo; en Venezuela, no pasarán y sus palabras en la Radio Gaúcha de agosto: «¿Qué estoy pidiendo para poder reconocer la victoria? Quiero saber si al menos fueron verdad los números, dónde están las actas. Acá en Brasil, si un ciudadano entra en Internet va a saber cuántos votos Lula tuvo en cada ciudad de Rio Grande do Sul. Le dije a Maduro, para vos es esencial que el mundo entienda que hubo una elección limpia y democrática», pero eso no podía decirlo Nicolás Maduro Moros pues en Venezuela hay un régimen Constitucional Democrático que tiene instituciones Democráticas como por ejemplo: el CNE o árbitro electoral, el TSJ o Tribunal de Justicia, que ya se han pronunciado sobre el caso, solo que el golpista Lula, como las sentencias no son de su agrado, hace oídos sordos.
Solo que en este caso, la Fiscalía de la República tiene la obligación de aplicar la justicia porque se cometieron delitos y hay compatriotas fallecidos por ese intento de golpe de Estado fallido, señorito Lula. Sus interrogantes, «¿Qué estoy pidiendo para poder reconocer la victoria? Quiero saber si al menos fueron verdad los números, dónde están las actas. Acá en Brasil, si un ciudadano entra en Internet va a saber cuántos votos Lula tuvo en cada ciudad de Rio Grande do Sul. Le dije a Maduro, para vos es esencial que el mundo entienda que hubo una elección limpia y democrática», sobre dicha elección han quedado más que claras para el pueblo venezolano, el más interesado por lo allí ocurrido. ¿Amigo de Venezuela? Ya te aviso chiruli, ponte pila que el petróleo no tiene amigos, al menos no, en estos subimperialistas. Dice, el golpista frustrado: «La oposición dice gané, Maduro dice que ganó, pero nadie tiene pruebas. La oposición tiene que mostrar las actas para mostrar el resultado, dicen que tuvieron 70% de los votos que los muestren, Maduro dice que tuvo 51%, entonces que los muestren». Más de lo que se ha mostrado al pueblo venezolano, imposible. Las y los venezolanos no somos tontos, tú intento de golpe fracasó Lula, date por enterado y comunícaselo al Petro.
Esta situación, debe motivar una profunda reflexión a lo interno de los países BRICS. Países todos, que se han planteado como una alternativa o contrapeso al orden mundial liderado por EEUU. Recuérdese que los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, más los países de reciente incorporación, juntos representan el 41% de la población mundial, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) mundial y el 16% del comercio mundial. Como tal, tienen capacidad parar fijar una agenda diferente a la que impone EEUU y no hacer como Brasil, un país subsidiario de la política estadounidense, subimperialista, como ha quedado claro a partir de las elecciones realizadas en Venezuela y la política para nada amistosa de Brasil que contradice lo expresado por el embajador chino en Sudáfrica, Chen Xiaodong, previo a la cumbre sudafricana, quien dijo: «El sistema de gobernanza global tradicional parece estar fuera de servicio, incapacitado y ausente. La comunidad internacional espera ansiosamente que los BRICS desempeñen un papel de liderazgo», papel que no se cumple repitiendo el formato imperialista de actuación de los EEUU, mucho menos cuando así lo hace un país miembro fundador de los BRICS. El golpismo, es una característica esencial al imperialismo, forma parte de su esencia, valga decir, aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable, es el componente más importante y característico del imperialismo-golpismo y como tal, los países BRICS deben rechazarlo y repudiarlo, por eso la opinión tajante y contundente de China y Rusia, ante el proceso electoral venezolano. Dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian: «Respetamos la independencia nacional y soberana de Venezuela, apoyamos a Venezuela en el avance de las elecciones de acuerdo con su Constitución y sus leyes, y nos oponemos a la interferencia externa en los asuntos internos de Venezuela», escueto y respetuoso comunicado. Por su parte, Rusia, «Vemos que la oposición no quiere aceptar su derrota, aunque creemos que debería hacerlo y felicitar al ganador de estas elecciones», ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Mientras que Francia se anotaba en la incertidumbre para propicia caos: «Francia solicita la plena aplicación de la ley electoral venezolana, lo que implica sobre todo la publicación integral de las actas y de los resultados de los centros de voto». La misma línea seguida por Brasil, país miembro fundador de los BRICS, que buscó desestabilizar a Venezuela, país aspirante a ser miembro BRICS, quizás sea esta la razón por esa envidia que siente Brasil de Venezuela.
Lo cierto es, que todo de lo que se acusaba a Venezuela, valga decir: de dictadura y de robo de elecciones, se le acusa –actualmente- al gobierno de Macron, su amante, solo que ahora, Lula calla sobre lo ocurrido en Francia. Jean-Luc Mélenchon, líder de la izquierda, acusa a Macron de «negar el resultado de las elecciones que él mismo convocó». Por su parte, Manon Aubry, líder de France Insoumise en el Parlamento Europeo, declaró que «se han borrado los resultados de las urnas» y que Barnier fue «nombrado primer ministro con la bendición de la extrema derecha». La Izquierda francesa, afirma que Macron robó las elecciones al pueblo. Lula calla, no opina de la política francesa, tiene ojos solo para Venezuela porque es del interés del imperialismo estadounidense y sigue sus órdenes sumisamente. Un país BRICS, subordinado a EEUU y su política imperial es un verdadero caballo de Troya, cabalgando al paso que le imponen los EEUU…