En su tiempo nadie entendió mejor el papel de la lucha ideológica como el Libertador. Nadie la libró con tanta intensidad y fuerza. Nadie le concedió tanta importancia. Tanta como para considerarla imprescindible en la batalla política y militar para derrotar a los ejércitos del Rey de España y lograr la independencia de América del Sur.
Bolívar comprendió desde el inicio de la guerra que se enfrentaba no sólo a un poderoso imperio. No sólo a un ejército que lo superaba en armas y pertrechos. Se enfrentaba además a cuatrocientos años de subordinación. Se enfrentaba a la prédica de una Iglesia dominante que amenazaba a los revolucionarios con las llamas perpetuas del infierno. Se enfrentaba al atraso de una población que no tenía otra idea sino la obediencia y el culto a Fernando VII. Se enfrentaba al odio irracional de una clase de pequeños propietarios, la influyente inmigración de las Islas Canarias, más realista incluso que los propios españoles. Se enfrentaba a las tendencias a la capitulación que encabezaba el Marqués de Casa León, entre otros, en el seno de la aristocracia criolla.
No podía librarse la lucha revolucionaria sin ganarse la opinión de la mayoría."La primera de todas las fuerzas es la opinión pública", dijo Bolívar en su discurso ante el Congreso de Angostura el 1° de noviembre de 1817. Años más tarde, en carta a Gual, escribía: "La opinión cambiada a nuestro favor es más poderosa que todos los ejércitos".
¿Cómo ganar la opinión de las masas populares?
No había otro medio sino una persistente y activa lucha ideológica a fin de difundir la causa patriótica, persuadir de su carácter justo y, al mismo tiempo, dar respuesta a los argumentos contrarios a la Independencia. En aquella época sólo la prensa permitía cumplir esa misión. Bolívar fundó en Angostura "El Correo del Orinoco", cuyo primer número apareció el 27 de junio de 1818. Se editaron 128 números hasta el 23 de marzo de 1822, los años más dramáticos de la lucha por la emancipación nacional. Sus páginas servirán a los objetivos de la guerra y serán un arma poderosa para influir en la batalla que se libraba entre patriotas y partidarios del Rey por ganar el apoyo de la población y del mundo. Uno de los perfiles más pronunciados de "El Correo del Orinoco" fue ocuparse de desenmascarar a José Domingo Díaz y Andrés García Camba, quienes desde "La Gaceta de Caracas", en manos de los partidarios del Rey, mantenían una campaña contra Bolívar con los calificativos más feroces: "loco", "tirano", "ladrón", "asesino", "cobarde" entre otros, a fin de deteriorar la autoridad y prestigio del Libertador.
Bolívar fundó otros periódicos, además de "El Correo del Orinoco". En Bogotá, Quito, Lima, donde quiera que el Ejército Libertador llegaba con sus armas para cumplir su misión de guerra, era acompañado de las páginas impresas, porque para el Libertador, como afirmó en 1817, "La imprenta es tan útil como los pertrechos". Todos estos periódicos sirvieron activamente a la lucha ideológica por la causa de la Ia Independencia.
En 1964, en la Convención Nacional de Periodistas de Venezuela celebrada en Valencia, fue aprobada una propuesta que envié desde la prisión militar del cuartel San Carlos a fin de celebrar el 27 de junio, fecha de nacimiento de "El Correo del Orinoco", como Día del Periodista, en lugar del 24 de octubre, inicio de la realista "Gaceta de Caracas" como hasta entonces ocurría. De este modo, los periodistas rendimos homenaje a Bolívar como padre de la prensa patriótica.
(*) Guillermo García Ponce, periodista, escritor y político venezolano, preside el Comando Político de la Revolución Bolivariana
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