“INFLACIÓN MÁS SINVERGUENZURA”
RAFAEL FEBLES
El incremento de precios de manera desmedida y sin causas aparentes válidas se ha tornado en eventual preocupación de Estado a nuestra manera de ver. Según la teoría económica conocida hay dos causas o efectos del incremento de precios en una economía de orden capitalista tal como la conocemos. Por una parte, una demanda acelerada en un escenario de oferta limitada o reducida, crea desbalances inapropiados generadores a su vez, de desequilibrios en la relación precios-mercado, lo cual crea una tendencia a la escasez relativa de bienes, lo que es aprovechado por ese mercado a través de agentes económicos expendedores y distribuidores de los bienes, para “ajustar” los precios. Hasta aquí es solo una parte del asunto, reflexionamos entonces acerca de la otra causa del incremento de precios, vinculándolo de una buena vez, con el precio a nivel de productor o fabricante, la alteración de los costos para fabricar, producir o servir un bien viene dada por otra escala de precios en los insumos o materias primas, transporte, sueldos y salarios, plataformas tecnológicas modificadas, medidas gubernamentales de estricto cumplimiento en varios ámbitos, lo que se denomina incremento de precios por vía de los costos. Hasta aquí observamos el cumplimiento de las reglas del mercado defendidas a ultranzas por los especialistas ortodoxos del ámbito económico financiero.
Por cierto hay quienes observan que la incertidumbre es una causa preventiva y protectora, sobremanera cuando se trata de la reposición de inventarios en los niveles intro y ex-fábrica, y vendedores finales, en este último caso, porque la reposición de nuevas mercancías supone descapitalización o salida de dinero no prevista, lo que por supuesto se convierte en un incremento de precio para las nuevas mercancías e insumos a adquirir.
Es el incremento de precios continuos una necesidad o un ardid, a nuestra manera de ver, ambas cosas pueden y están ocurriendo en mucho tiempo, los controles de precios en nuestro concepto a veces necesarios bajo términos de temporalidad, se han convertido en materia estructural, la cual es violada sistemáticamente bajo algo tan fácil de detectar como la desaparición importante de rubros por temporadas en los anaqueles de mercados y supermercados. Se suplanta la normalidad del mercado en el abastecimiento de productos por una artificial, cruel y ficticia desaparición programada de bienes, como argumento básico para “sobreponerse” a los nuevos costos, lo que no permite su comercialización a niveles de rendimientos o ganancias, ahora bien, si esto sucediera solo con productos regulados podría tener alguna lógica, pero es que ocurre con otros productos, inclusive importados o alto componente de insumos importados, lo que quiere decir que es falsa la premisa.
Porqué ocurre este desequilibrio en los precios determinado ya que no es por vía de costos, ni de demanda excesiva, sencillamente lo que está operando es un sistema perverso de jugada con el tipo de cambio de manera automática, utilizada como previsión ante la “incertidumbre”, juegan en los precios con el dólar libre pero importan con dólares preferenciales, que les parece, hasta donde ha llegado la audacia de ciertos empresarios e importadores en nuestro país.
En verdad desconozco si existe jurisprudencia o en todo caso el rompimiento de la norma jurídica en estos casos tan evidentes, mientras sigamos actuando a espaldas de la sociedad en el uso de la autoridad prevista para estos casos y no tengamos la voluntad infinita de ponerle seriedad y eficiencia en el control de estas cosas, no nos queda otra que señalar que en Venezuela el fenómeno no es estrictamente económico o en todo caso financiero, estamos hablando de una conducta delictiva a lo mejor no tipificada en la norma jurídica, nada más y nada menos que de la especulación, lo que tambien nos obliga a calificar por ahora como sinverguenzura institucional y estructural el incremento de precios de rubros esenciales y no esenciales.
Recientemente observé y me doy como testigo de algo insólito en una tienda de colchones, esto ocurrió el sábado 30 de junio pasado, último día de aplicación del 11% en el IVA, ante la solicitud realizada por el suscrito del precio de un modelo determinado de colchón, la vendedora y quizás dueña del negocio, y ante comentario mío acerca del último día de aplicación del IVA, me contestó y de manera algo desmesurada que daba lo mismo realizar la compra ese día o el lunes próximo porque el artículo en cuestión subiría de precio ese día. En que quedamos entonces, gobernar es aplicar la ley y si no existe crearla, pero esos supuestos vacíos legales le están haciendo mucho daño a la economía y al proceso revolucionario en si mismo.
Es por ello, que hemos aprendido que el desarrollo de la vía al socialismo no se podrá dar en la medida que sobrevivan instancias de orden capitalista alejadas del respeto por los ciudadanos y ciudadanas, que coadyuven a la repetición de la máxima capitalista de ganar- ganar sin importar a quien se lleva por los cachos. Creemos además que la posesión de los medios de producción por este tipo de “empresarios y comerciantes” insensatos, solo profundizará la desigualdad aún existente, dará una única salida, la rebelión del pueblo ante la injusticia y modelos económicos anacrónicos y de resultados desiguales.
Por último, la existencia de una cultura de máxima ganancia en el menor tiempo posible, ha sido permisada por distintos gobiernos y en esta hora, calificamos como ineficiente la actuación de los organismos encargados del control de precios, el encargado de inventariar los sistemas de costos de las empresas que soliciten incrementos no se ve por ninguna parte y lo que es peor aún, la Asamblea Nacional no tiene una unidad situacional que vele por la necesidad de legislar en esta y otras materias, saliéndole al paso a estas sinverguenzuras.
rafaelfebles@yahoo.com