Uno de los males mas extensos de la izquierda casi en el mundo entero, es la manera cortoplacista de ver la realidad en conexión con el futuro, esto le produjo derrotas consecutivas y desmantelamiento de oportunidades históricas inigualables y el desgaste y desaparición de numerosos cuadros, al triunfo de la revolución cubana y de manera casi automática se elaboraron políticas a partir de provocaciones bien calculadas de gobiernos e instancias internacionales.
En el caso venezolano muy poca oportunidad de discusión y análisis se produjeron en la resolución de ir a la lucha armada de manera apresurada y bajo la presión que significó el ascenso al poder por vía armada en la Cuba revolucionaria, las reflexiones fueron muy pocas, recuerdo como miembro de la Juventud Comunista para entonces, que quien se oponía a la misma era declarado revisionista y acompañante de la burguesía criolla y del régimen socialdemócrata.
Los jóvenes por supuesto bajo el espíritu innato de rebeldía veíamos con beneplácito la decisión tomada, nada podía impedir la equivocada idea de responder con las armas la provocación montada a partir del ametrallamiento de una manifestación obrera en el centro de Caracas, sin estar debidamente preparados y más aún sin reunirse las condiciones objetivas para tal empresa, el resto de lo que pasó es historia contada y vivida que no vamos a repetir.
Hoy día con un gobierno que cubre las expectativas de lo que soñamos ayer, se impone una verdad insoslayable en rumbo a un estadio superior, tan solo en poco menos de nueve años se ha transitado parte importante de ese sueño y aún existe dudas acerca de lo que vendrá siempre y cuando que con el concurso de muchos logremos afianzar y consolidar lo que se está haciendo, el cortoplacismo ejemplar comenzó de nuevo a actuar bajo la influencia del hoy para hoy sin la debida contribución ideológica que sustente la real y verdadera conciencia ideológica que logre que el camino sea más expedito, en lugar de ello, se arremete contra la revolución bolivariana en vía hacia el socialismo que queremos y pueda ser posible dadas las condiciones objetivas del momento histórico que no solo vive el país, sino el contexto internacional.
Se acusa al gobierno del presidente Chávez de no actuar decididamente en torno a medidas puntuales en contra del Estado burgués capitalista y depredador, cada vez más, colísteros de varias páginas revolucionarias se han dedicado a señalar que la gestión gubernamental se ha quedado corta en decisiones sobre todo en materia económica y sobre la propiedad de los medios de producción tratando de horadar de mil maneras la confianza que el pueblo venezolano le tiene al líder único de la revolución venezolana, es decir que no solo de opositores per se trata, sino que de igual manera tenemos que soportar la andanada de sandeces que prolijamente ocurren a diario por miembros de las listas que ante el desespero que le producen lo que ellos llaman la no toma de decisiones en dirección a la eliminación violenta del régimen capitalista, comienzan a objetar la razón de ser de la revolución bolivariana y el papel del líder.
En verdad me da plena tristeza que esto esté ocurriendo, en lugar de dar aportes importantes para corregir las fallas y debilidades del proceso e insistir en la necesidad de generar mayor conciencia revolucionaria, se dedican quizás de buena fe, a despotricar en contra de funcionarios e instituciones y a poner dudas sobre el rumbo de lo que se quiere hacer. Alguien dijo alguna vez, que la revolución venezolana no está a la vuelta de la esquina y aunque se esté en el poder, esta debe pasar por la experticia de las cosas hechas en su debida oportunidad y en momentos estelares y decisivos.
No se trata de echar para atrás para luego avanzar, es solo que la realidad histórica de los pueblos va dando las oportunidades en la toma de decisiones y esto es sumamente importante tenerlo claro para apuntalar la profundización necesaria más no la decisiva, ante esta se impondrá el nudo crítico que no solo dependerá de la fortaleza del movimiento revolucionario sino de la situación real del enemigo histórico, así lo veo desde el punto de vista de la dialéctica política, acá cualquier presión inadecuada y fuera de la óptica visible del poder conspirará por siempre en contra de los intereses del pueblo. Estamos ante una nueva realidad insospechada por nosotros quienes quisimos hacerlo y no pudimos, así que la paciencia de quienes se dicen amigos no debe coincidir con la impaciencia de nuestros enemigos.
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