¿Chavismo sin Chávez?

¡Cuidado Venezuela! No puede haber una revolución sin cambios profundos. No olvidemos que en el fondo del conflicto político venezolano está la podredumbre de la discriminación racial y socio-económica. En nuestro país es común oír a mal llamados defensores de la democracia y de los derechos humanos referirse despectivamente al Presidente Hugo Rafael Chávez Frías como “mico-mandante”, “sabaneitor” y “teniente-coronel”.

No sé como lo referirían si Chávez fuera blanco en vez de mestizo, de Caracas en vez de Sabaneta o General en vez de Teniente-Coronel. Pero una cosa les garantizo. Si Chávez fuese blanco, de Caracas y General, el conflicto político que padecemos sería para muchos de tonalidades mas “tolerantes y reconciliadoras”.

Recuerden que con todo y la embarrada que cometió Pedro Carmona, muchos aún consideran que el “buen hombre” tuvo buenas intenciones. Además, recuerden que nadie lo llamó “mono-blanco” ni “altamireitor” después de su estruendoso fracaso.

No nos caigamos a mentiras. Cierto que el juego político en Venezuela cambió hace ya mucho tiempo. Está claro que la mayoría no quiere volver al pasado. Se acabaron los partidos políticos tradicionales y con ellos los privilegios de los políticos profesionales. Pero es difícil para el país deshacerse en ocho años de la herencia colonial que ha cargado por más de 500 años.

Es imposible ignorar que la mayoría de los anti-chavistas mas obstinados se caracterizan por sus prejuicios raciales y socio-económicos. Por otro lado, la mayoría de los que apoyan al proceso son ciudadanos que de una manera u otra se sienten personalmente identificados con el presidente.

Debido a los insistentes llamados de reconciliación y tolerancia de algunos sectores de la sociedad venezolana, y considerando la realidad que como movimiento político el chavismo llegó para quedarse, no debemos sorprendernos que existan sectores dentro del chavismo que estén dispuestos a negociar con aquellos que “no soportan ni tragan” al presidente como individuo. Hay gente que cree en democracia pero se le hace difícil aceptar que el presidente sea “diferente”. Hay otra gente que parece “comprender” esto.

Reconociendo la realidad política, chavismo sin Chávez no es más que una propuesta de parte del último bastión de nuestra herencia colonial con el propósito de conservar para si lo que consideran suyo: el protagonismo político.

En el fondo, chavismo sin Chávez no es más que una manifestación de la discriminación racial y socioeconómica que aún sobrevive en Venezuela. Simplemente, es otra manera de decir que me gusta lo que se está haciendo pero, por razones que solo puedo expresar en privado, me desagrada QUIEN lo está haciendo.

Si creemos en lo que se está haciendo, también creemos en quien lo está haciendo. En contra de la discriminación racial y socio-económica, dígale NO al chavismo sin Chávez.

¡Con Chávez todo! ¡Sin Chávez nada!

elio@vheadline.com




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Elio Cequea


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