Chávez, el jurunga muertos (¿?)
Las monarquías del continente europeo, asia, oceanía y países árabes, están encolerizadas y rabiosas con Chávez, por su pretendida intención de proponer cambios en la constitución del país para validar la elección presidencial continua e indefinida. Sí, están muy bravos y preocupados los entredichos gobernantes, por cuanto Chávez –cual jurunga muerto de 500 años de reposo sepulcral— remueve desde las catacumbas a las monarquías del viejo continente, y a sus colonias y excolonias diseminadas por muchas partes del mundo... Como también a aquellos democráticos gobiernos gobernados no por tal ‘democracia’, sino, por si fuera poco, por algo más encumbrado y europeizante como lo son las eternizadas realezas, ducados, califatos, sultanatos, principados, reinados, petromonarquías, monarquías, y pare usted de contar tanto y muchos más adefesios monárquicos de añeja vigencia terrenal…
Las noticias en la juerga de los nanoherzios tecnológicos del mundo globalizado, viajan más rápido que el trueno y quizás mas rápido que los amarillistas chismes ondas hertzianas. Por ello, no es nada desconocido en el mundo globalizado de hoy, lo que le propone el presidente Hugo Chávez a su pueblo para que decida en elecciones libres, soberanas y democráticas, la modificación a 33 artículos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (entre ellos, la relativa a la elección continua e indefinida). Pero como hay tantos fantasmas y momias ‘vivas’ con intereses creados, hay también un sinsabor en el mentado mundillo monarquizado, que al parecer no es que no entiendan el contenido de la propuesta y no es que no sea correcta ni que no esté ajustada a derecho, sino que a la luz del estatus quo, de la cabronería y del celestinaje cínico e hipócrita que todavía impera en su mundo, ello da piquiña y lo hace criticable, por cuanto atenta contra sus intereses y contra el 8% (de aproximadamente 500 millones de almas) que todavía se encuentran bajo el gordiano tutelaje de su orden monárquico.
No hay que ser muy avezado en política para entender que lo que está proponiendo Chávez, verbigracia del alboroto propio de una escualidísima oposición venezolana que ya perdió su rumbo, sus espacios y sin tener voz ni pueblo que la secunde… Por tal razón, guarda esa proposición por lo novedoso y revolucionario de su contenido, connotaciones extraterritoriales de mucha trascendencia. Por que con la inamovible popularidad de Chávez (70%), y con las fehacientes y recurrentes demostraciones de hacerse elegir y reelegir una y otra vez por sus connacionales, eso ante los ojos del decadente imperio estadounidense y ante las sibilinas monarquías europeas, no es aceptable ni está registrado en los libros negros o en la base de datos de los inmorales archivos de la CIA & Pentágono, que son de hecho, las perversas recetas que le aplica el imperio a lacayos y gobiernos que se subyugan a sus designios.
El hecho de haber lanzado la proposición de la reelección continua e indefinida, Chávez y sus seguidores están hoy, en este momento a nivel mundial, en el mismísimo ojo del huracán. Ya que solo al omnímodo imperio (de papel…) le está vedado la sacrosanta unción de ser el Padre y Señor Nuestro (::J), y sea él el que dicta sin preámbulos y sin que haya un ápice de disidente oposición, sibilinas y negrománticas normas de sumisión, como parte esencial del capitalismo salvaje que se le impone a sus vasallos gobernantes.
Con la reelección continua propuesta, se le está asestando un duro golpe de verdadero ejercicio democrático a la dizque democracia más ejemplar del mundo –valga decir la de los EU— por que en esa seudo democracia (con groseros visos de ser más autocracia que democracia) su constitución no dice explícitamente que se prohíbe la reelección “libre, continua e indefinida”, ejemplo, es el que se registra en los anales históricos de la reelección presidencial estadounidense por tres veces consecutivas, del señor Franklin Delano Roosvelt (1936, 1940 y 1944). Por ende, es obvio, que si no se prohíbe este adefesio constitucional o no está prohibido tácita o veladamente en la soberanísima Constitución de los EU, es dable inferir que a pesar de ese limbo constitucional, es válido, y aceptable de toda legalidad constitucional la elección libre, continua e indefinida.
El imperio norteamericano no se cansa de lanzar sin mediar descanso, tiempo, día o noche, su guerra asimétrica contra la soberanía de Venezuela, contra Chávez, contra el pueblo y contra sus instituciones democráticas. Son (a decir de Kirchner) unos patoteros, además de prepotentes, cínicos, inmorales, irrespetuosos, vulgares injerencistas, y groseros abusadores de la institucionalidad soberana de los pueblos.
Le temen a Chávez por que es –después de Fidel Castro— el único gobernante en el mundo como no lo ha habido otro quizás en más de cien años, que se da el tupé democrático de hablar con egregio talante republicano y con la dignidad, la verdad y la fuerza moral que lo caracteriza. Quisiera Bush, tener la inteligencia, la moral, la dignidad, la humildad, las virtudes, la humanidad y el recto proceder, que atesora desde dentro –cual tesoro de virtudes ciudadanas— Hugo Rafael Chávez Frías.
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