¿Qué sucede en Colombia y por qué su importancia para Venezuela?

El presidente colombiano Uribe Velez torea con inteligencia el escándalo de la parapolítica, la cual parece evidenciar una versión censurada de que la famosa guerra entre liberales y conservadores no fue más que una cortina de humo que escondía la violencia del estado contra el sector campesino en la década de los 50. El asesinato de Gaitán también escondía una versión censurada que involucraba a la CIA y parte del gobierno colombiano. Los movimientos guerrilleros, mediáticamente desmoralizados, por una campaña nacida en laboratorios norteamericanos, quienes se acuñan definiciones como la narcoguerrilla. Concepto que justifica el Plan Colombia, rediseñado también por los Estados Unidos en el que la parte social fue subordinado por el aspecto militar. Pero es precisamente en el ejército colombiano donde se encuentra la peor crisis, ejemplo de ello, son los escándalos de generales implicados en falsos operativos contra la guerrilla para optar a los ascensos, la infiltración del narcotráfico y recientemente masacres y desapariciones realizadas por el ejército colombiano. Política que se parece mucho a las denunciadas en los años 50 y que obligó a la rebelión armada. Existe presencia militar norteamericana en Colombia, operan ilegalmente y protegen oleoductos ubicados en zonas ricas en recursos energéticos. Algunos analistas definen a Colombia como la Israel de Latinoamérica, el país clave para servir de punto de apoyo al aparato militar norteamericano y sus redes en el narcotráfico, paramilitares, ejército y guerrilla.

¿Puede entonces el presidente venezolano dar un paso en la solución de un aspecto del conflicto colombiano ayudando al canje humanitario?. Para los familiares y colombianos honestos no queda otra opción que creer, para la elite colombiana involucrada en el conflicto resulta una negociación política tentadora. Pero el negocio rentable de la guerra no se desmonta fácilmente si no se abordan temas como una reforma agraria, impensable en estos momentos. Es más fácil para los colombianos perdonar las masacres de los paramilitares que para el gobierno emprender una política justa de la redistribución equitativa de las tierras expropiadas a punta de balas. Si Uribe permite la ayuda de su homologo venezolano parece más una jugada política a una alternativa a su política armada, que no nace con su gestión como presidente, pues mucho antes de ser presidente fue el artífice de las llamadas Convivir, movimientos armados que fueron denunciados como grupos paramilitares. Si las FARC se acerca a esa jugada política es porque pierden su lucha moral en un escenario moderno que no comprenden. Quizás porque los pocos en sus filas con capacidad para comprender y adaptarse a nuevos tiempos fueron asesinados.

Además de Chávez, interviene el gobierno de Francia, los ideólogos del primer Plan Colombia y que fue cambiado por el Congreso norteamericano, quienes temían que las transnacionales francesas sustituyeran a las norteamericanas. Pero hoy Estados Unidos pierde control no solo en Irak, sino también en Colombia. Los paras lo saben y existe una guerra a cuchillo en el que por primera vez comienzan a delatar a senadores y generales, sus antiguos cómplices que hoy tratan de traicionarlos. Si Chávez logra desmontar esos tentáculos gringos en Colombia, disipará por mucho tiempo cualquier plan de golpe de estado. Sin embargo, tendrá que lidiar con una basta red de delincuentes que se apropiaron del Zulia, Apure, San Cristóbal y Caracas. Repito una vez más, de Colombia vendrán las noticias más importantes para Venezuela.

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David Javier Medina


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