El deporte no es una actividad física indefinida, abstracta o neutra; es un hecho socio-cultural e histórico insertado en los pliegue de las relaciones de producción que lo determinan; con una naturaleza clasista en su estructura y determinadas por el desarrollo de las fuerzas productivas. Esta actividad física no es un fenómeno transhistórico, ha sufrido las modificaciones y adaptaciones de los cambios sociales experimentados por la humanidad. En ese sentido trataremos de aproximarnos a lo que fueron los juegos olímpicos antiguos para comprender mejor lo que representa hoy en día los juegos olímpicos modernos, con su organización mundial determinada por su estructura vertical jerárquica, siendo su máxima expresión el Comité Olímpico Internacional (C.O.I). Quien lo administra, controla, y dirige los juegos olímpicos, continentales o regionales, así como los torneos internacionales; toda una maquinaria al servicio de la nueva aristocracia del deporte. El radio de acción del C.O.I va desde el campeón hasta el novato, desde un comité olímpico nacional hasta un club de parroquia, esta es una realidad, este modelo internacional del deporte permite el control de la organización y sus dominios políticos a nivel mundial, desde la nación hasta el municipio.
Deporte Antiguo y la cultura del cuerpo
Entre los pueblos de la antigüedad, el griego, asignó a la cultura física un lugar preponderante. El gimnasio servía tanto como centro de estudios al aire libre, como punto de reunión de los atletas y de los hombres más eminentes de la ciudad. El culto que Grecia profesaba por la belleza en todas sus formas, aproximaba la búsqueda de la belleza corporal a la religión. En el olimpismo griego se exponía una cultura natural del cuerpo, orgánica, cultural y de inspiración religiosa, debido a que los griegos concebían al cuerpo a partir a partir de una metafísica de lo finito. Según estas concepciones el deporte antiguo sería un grupo de técnicas corporales, la cultura del cuerpo inserta en la cultura general.
En honor de Zeus se instituyeron los Juegos Olímpicos, que a partir del año 776 a. C., y durante doce siglos, se desarrollaron sin interrupción en Olimpia (Elide), cada cuatro años durante el verano, en las noches de luna llena que seguían al solsticio de otoño. Aparte de ellos, se celebraban otros tres juegos de gran popularidad: los juegos ístmicos, los píticos y los nemeos, todos en honor a los Dioses. Estos certámenes constituyeron uno de los factores más poderosos de unidad del helenismo.Al principio los juegos duraban sólo un día, y consistían en carreras a pie que se corrían en una pista llamada estadio. Más tarde su duración se extendió hasta cinco días, que se dedicaban a diversas pruebas, siendo las principales: el pentatlón, el cual comprendía: lucha, carrera, salto, lanzamiento del disco y de la jabalina; el pugilato y el pancracio que consistía en una combinación de lucha y boxeo. También se realizaban carreras de caballos y de carros, lujosamente equipados, en las que tomaban parte los más ricos señores, los tiranos o los reyes de los estados y ciudades griegas, tanto de la metrópoli como de las colonias.
La convocatoria para las olimpiadas se realizaba a principios del año correspondiente de los juegos, enviando mensajeros a todo el mundo griego para invitar a las ciudades-estado a homenajear a Zeus. En las competiciones sólo podían participar hombres nobles o distinguidos de ascendencia griega, estaban excluidos las mujeres, esclavos e inmigrantes. Durante su celebración se cumplía la denominada tregua olímpica que implicaba la paralización de los conflictos bélicos. Los extranjeros sólo podían ser espectadores, y a los esclavos no se les permitía asistir. Estos juegos fueron considerados por algunos estudiosos como la primera competencia humana ejecutada con el propósito de comparar esfuerzos físicos para designar un campeón o ganador. El único premio consistía en una corona de olivo, a la que se añadía una rama de palma como símbolo de la victoria, y se proclamaba el nombre de los vencedores ante el pueblo reunido en asamblea. Se erigía una estatua al ganador y su éxito constituía un título de gloria para sí, para sus familias y para los pueblos en que habían nacido, los cuales, en reconocimiento, casi siempre les acordaban privilegios importantes.
Cuando los romanos conquistaron a Grecia, también ellos participaron en los juegos, y dos de sus emperadores, Tiberio y Nerón, resultaron victoriosos. Sin embargo, a partir de del momento en que Roma conquistó a Grecia, los juegos se fueron degenerando considerablemente y tendieron únicamente a formar soldados. Los atletas profesionales se exhibían por dinero y provocaron la decadencia del olimpismo, que el mundo romano trasformó en espectáculos circenses, o lo que se ha dado por llamar ahora pan y circo. Hacia el año 394 d.C. el emperador Teodosio I el Grande los suspendió por considerar que tenían una simbología pagana. Según Altuve”….la reducción de la función social de los juegos olímpicos antiguos con su consiguiente decaimiento y disminución de importancia social en el esclavismo romano, en comparación con Grecia, se explica porque las funciones sociales que los juegos tenían en la sociedad griega ahora en roma son cumplidas por otras instituciones…” “… En el feudalismo los Juegos Olímpicos no existen porque no tienen ninguna función social que cumplir, no tienen cabida. La sociedad feudal crea otras instituciones para realizar las funciones que los Juegos Olímpicos Antiguos desempeñaban en la sociedad esclavista: la iglesia es el centro de la vida social y monopoliza la función ideologica…” Los filósofos fueron las primeros que, nuevamente, llamaron la atención sobre la educación física. En sus pensamientos sobre la educación en 1693, John Locke preconiza la vida al aire libre y los ejercicios físicos. Para J. J. Rousseau, la educación natural (al aire libre) era una educación general en la que el cuerpo y el espíritu se ejercitan en armonía.
Algo que es importante resaltar y no olvidar, es que el olimpismo en Grecia nació bajo las relaciones de producción esclavista, de esta forma se evidenciaba que antiguamente se valoraban los éxitos en actividades corporales que estaban más acordes con las relaciones de producción existentes, tales como el lanzamiento de la jabalina, la caza, la lucha, las demostraciones de habilidad militar, entre otras.
Deporte Moderno y explotación de cuerpo.
A finales del siglo XIX (1896), en un contexto histórico evidentemente muy distinto al que dominaba e la antigua Grecia, se reanuda en Atenas, Grecia la máxima cita del deporte en su era moderna, bajo la misma denominación de Juegos Olímpicos. Participaron en este evento, deportistas de 13 países en 42 pruebas y 9 deportes. En este olimpismo moderno se concibe al cuerpo como una máquina de rendimiento en la que el récord representa el progreso corporal, se inclinaría hacia el provecho, al resaltar los logros que parten de la práctica y dejar de lado el sentido filosófico de la actividad.
El intento de revivir los juegos olímpicos de la antigüedad se debió a los esfuerzos del barón frances Coubertin (1863-1937). Los planes para la celebración de los modernos Juegos Olímpicos comenzaron en 1894 con la fundación del Comité Olímpico Internacional (COI), el cual recibió ayuda de organizaciones deportivas y de individuos de distintos países, principalmente europeos, en sus inicios. Desde entonces, se han celebrado cada cuatro años (excepto durante las dos guerras mundiales). Celebrándose también desde 1924 los denominados Juegos Olímpicos de Invierno. En su comienzo, el deporte moderno no estaba al alcance (algo restringido) de todas las clases sociales, solamente la clase burguesa se hizo de ella como entretenimiento y mejoras físicas. Las clases medias y bajas llegaron a ella producto de luchas y reivindicaciones que se fueron logrando a lo largo del desarrollo industrial.
Las diferencias existentes entre el olimpismo griego y el olimpismo moderno, han generado una serie de discusiones entre los que realzan al primero como el olimpismo puro y los que pretenden rescatar al segundo de la pérdida de sus valores esenciales. A continuación se harán algunas breves observaciones sobre el particular.
Deporte antiguo y moderno: similitudes y diferencias.
Según Brohm”…. la intención de los que propugnan el olimpismo moderno es el de transmitir la filiación histórica del deporte antiguo al deporte moderno. Sin embargo, habrían múltiples diferencias entre aquel deporte que data de ocho centurias antes de Cristo (a.C.) y el que ahora conocemos. Considerando que una de las principales diferencias entre el deporte antiguo y el deporte moderno es el significado que tiene el cuerpo; mientras en la antigüedad el principio de funcionamiento era salvar el alma y condenar al cuerpo, en la era moderna el principio es el rendimiento y el culto al cuerpo…” Otra diferencia seria el récord, esté significaría la ruptura social con el deporte antiguo y el nacimiento del deporte moderno; siendo la obsesión por las medidas un reflejo de la industrialización. Otros aspectos que se destacan entre el deporte antiguo y el moderno es que aquel no poseía el sistema burocrático de las instituciones, tenía una relativa libertad reglamentada y la lucha era contra los competidores del momento.
A nuestro criterio, la competencia en el deporte siempre ha existido, sino existe la competencia no se está en presencia del deporte. La obsesión o no por la marca sería una cuestión de forma, el fondo es la valoración que se le asignaba a la competencia. Esta valoración venía dada por la relevancia que tenían esas actividades en el entorno social .Las diferencias entre las modalidades de evaluación de la competencia podrían ser consideradas como parte de la evolución del deporte en el tiempo y en el espacio.
Muchos de los cambios sufridos en el deporte moderno hacen pensar que realmente se ha producido una pérdida de valores en el deporte. Sin embargo, en este divorcio de lo que era una hermosa visión filosófica del hombre como totalidad, pudo haber una gran influencia de la división social del trabajo y la separación entre el trabajo corporal y el trabajo intelectual. En efecto, durante la edad media se produjo un gran desprecio por la significación del cuerpo, los filósofos se dedicaron a aislar las actividades corporales de las del espíritu.
Al olimpismo moderno se le hacen muchas críticas, algunas de ellas tienen que ver con las relaciones de poder en el ámbito mundial, que establecen diferencias marcadas entre los países pobres y los países ricos, como bien lo expone Fidel Castro “…Las olimpíadas hasta ahora han servido, sobre todo, para exhibir la riqueza, la buena alimentación, la excelente técnica de los países ricos, industrializados. Valdría la pena hacer un análisis de las medallas que han obtenido los atletas del tercer mundo, que no tienen instalaciones deportivas, ni profesores de educación física, ni entrenadores deportivos, ni alimentación adecuada para los niños y jóvenes de cuyas filas deben salir los atletas, cuantas medallas han ganado en las olimpiadas que se han celebrado en el mundo y cuantas han ganado Estados Unidos y los países industrializados...”.
Como se señaló anteriormente, el deporte tuvo un nacimiento clasista, sólo un grupo limitado de personas vinculados a los sectores de poder, podían practicarlo y disfrutarlo. Quizás sea esta la característica del deporte que menos variaciones ha sufrido, ya que a pesar de la proyección deportiva que se ha generado en el mundo, aún las mayorías siguen teniendo escaso o ningún acceso a las diversas disciplinas deportivas. Las diferencias más marcadas entre antiguos y modernos, las observamos actualmente en los sistemas de organización deportiva a nivel mundial, en la comercialización del campeón y el espectáculo deportivo y en los manejos políticos que se le hacen al deporte. En efecto, el deporte es utilizado internacionalmente para las relaciones de los países, muchas de las tensiones y distensiones se reflejan en él. Casos como protestas raciales, religiosas, boicots políticos, y conflictos bélicos tienen como escenario la arena olímpica. Realidad ésta, que si bien se manifestó escasamente en los antiguos juegos olímpicos, no representó en ningún momento parte de sus ideales, es más durante la realización de las competencias los conflictos bélicos tenían una tregua.
A través de las contiendas, en los juegos de la antigüedad, se trasmitían a la antigua sociedad helénica los valores, las normas, los símbolos y, en suma, la ideología del sistema cultural panhelénico. Con el deporte moderno se trasmiten los modelos dominantes del nuevo sistema, ejerciendo un proceso de aculturación. Hasta ahora, hemos querido hacer una introducción o aproximación de lo fueron los juegos antiguo y moderno, desde una perspectiva socio-política e histórico del fenómeno deportivo, poniendo en evidencia que esta institución según la clase social dominante, reproduce ideológicamente: modos, valores y estatus, respondiendo a las necesidades del modo de producción imperante.
Estas funciones asignadas al deporte desde sus inicios no pueden ser ignoradas o asumidas de manera indiferente, cuando el mismo se ha convertido en un fenómeno socio-cultural de primera magnitud. El espectáculo deportivo se ha ido trasformando según su época dando beneficios sociales, económicos y políticos a la clase hegemónica. Es por ello, que el deporte moderno en la actualidad, su organización interna, las estructuras, las formas y su contenido son por naturaleza esencialmente burguesa. En ese sentido, el desafió que se plantea en estos nuevos tiempos, es el de rescatar y trasformar este fenómeno social tan importante y ponerla al servicio del proceso revolucionario. Necesitamos un deporte que como lo señala Brohm “…en efecto, en nombre de una sociedad más humana, más justa, y más bella, pensamos que es posible, hoy, un deporte y una educación física alternativa orientada hacia el desarrollo integral del hombre y no hacia una especialización y robotización. Unas nuevas actividades físicas que establecerán otras relaciones entre el individuo y su cuerpo, entre el individuo y la naturaleza y, sobretodo, entre unos individuos y otros…”
Patria, socialismo o muerte…. ¡Venceremos!
Dr. Antropólogo-Sociólogo UCV
Email: pedro_garciaa@yahoo.es