La economía venezolana florece y se establece como una de las más
proliferas y seguras de América Latina pese a que los medios de
comunicación de la oposición, con el beneplácito y la orientación de
Estados Unidos tratan de demostrar lo contrario.
En
esa maniobra de crear confusión nacional e internacional contra el
gobierno bolivariano, se montó recientemente el ex presidente del Banco
Central de Venezuela, Domingo Maza Zavala, quien sin aportar datos
concretos afirmó, entre otras cosas, que las cifras sobre crecimiento
económico que ofrece el Instituto Nacional de Estadística no
correspondían a la realidad.
Ocurre que cuando Maza Zavala
ocupaba el cargo de esa entidad emisora. siempre respaldó las cifras
aportadas por los entes del Estado y del Gobierno pues éstas primero
son revisadas por el Banco Central.
En el mismo sentido, son
constantes las tácticas de desinformación procedentes de Estados
Unidos, y la única excepción ha sido la del Centro de Investigaciones
Científicas y Económicas (CEPR, por su sigla en inglés), el cual señaló
que “la fortaleza financiera y la buena administración de la economía
venezolana son un signo de que una crisis, pronosticada por algunos, es
poco probable”. El CEPR puntualizó que desde 1999 cuando el presidente
Hugo Chávez llegó al poder, y tras los problemas iniciales (huelga
realizada por la oposición e intento de golpe de estado apoyado por
Washington) “la economía ha crecido en forma estable y con rapidez,
mientras que ha habido un fuerte incremento de los programas sociales”
En
realidad, las cifras son contundentes y hablan por si solas pues a
partir del cuarto trimestre de 2003, tras superarse el sabotaje
petrolero), se inició el repunte económico en la República Bolivariana
que no se ha detenido en ningún momento.
A partir de esa fecha,
el crecimiento del Producto Interno Bruto se colocó en los últimos años
en 10 % como promedio, lo que ha permitido a la Comisión Económica Para
América Latina (CEPAL), informar oficialmente que Venezuela se ha
colocado en el cuarto país del área con mayor PIB (181 200 millones de
dólares), después de Brasil, México y Argentina.
Uno de los
elementos más criticado por los detractores es que la inflación se ha
tornado indetenible, pero analicemos más a profundidad los datos.
Primero hay que recordar que en los años 1989 y 1996 cuando se firmaron
los convenios de ajuste estructural con el Fondo Monetario
Internacional, la inflación se ubicó en 81% y 103%, respectivamente.
Dos años después del triunfo electoral de Chávez, la tasa de inflación
en 2001 fue de 13,4%,; en 2002 cayó a 12,3%, pero en 2003 se disparó a
31,2 % por el sabotaje petrolero.
Derrotada la intentona golpista, los índices descienden hasta ubicarse en 17% en 2006.
Datos
del Banco Central aseguran que hasta julio de 2007 la inflación
acumulada fue de 8,3%, similar a la del mismo periodo de 2006. Por
tanto, la cifra final rondará el 17% y el gobierno ya esta tomando
medidas para disminuirla en 2008. Venezuela representa un ejemplo y un
caso halagüeño para América Latina porque (al igual que lo hizo Cuba
con anterioridad) ha puesto al servicio de su pueblo gran parte del PIB
obtenido.
La política Bolivariana esta encaminada a lograr el
desarrollo económico y social de la nación, principalmente de esa
enorme masa de pobres que en 1999 representaba el 73% de la población y
en solo siete años ha disminuido al 25%. La recuperación de las
ganancias de la empresa Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y el
incremento en los precios del crudo han posibilitado al Gobierno
invertir miles de millones de dólares en alrededor de dos docenas de
misiones sociales.
En
2006, la producción petrolera venezolana alcanzó 3 250 000 barriles
diarios, de los cuales 2 330 000 barriles correspondieron a la gestión
directa de PDVSA que en ese período aportó al país 39 206 millones de
dólares.
Las misiones han posibilitado que la República
Bolivariana se declarara territorio libre de analfabetismo; millones de
personas tienen hoy acceso gratuito a la salud; decenas de miles han
podido recuperar la visión mediante la Operación Milagro; se han
construidos nuevos hospitales y más de 100 000 viviendas para las
personas pobres, y con este enorme impulso productivo y económico el
desempleo ha disminuido a menos del 10% de la población activa, según
el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, cerca de 2
000 000 de personas disfrutan por primera vez en su vida de servicios
de agua potable, se les ha entregado a los campesinos pobres centenares
de miles de hectáreas ociosas e insumos para atenderlas; 1 750 000
niños fueron inmunizados gratuitamente contra diferentes enfermedades y
a través de la Operación Mercal el Gobierno garantiza la alimentación,
a bajos precios, de los núcleos más necesitados.
En
prácticamente un lustro se logró incrementar las reservas
internacionales por encima de los 30 000 millones de dólares, y se
modificó la dirección de la renta petrolera para utilizar las reservas
excedentes como mecanismo de financiamiento al desarrollo.
Los
organismos internacionales han reconocido el enorme avance
experimentado en la nación bolivariana en los índices de desarrollo
humano como reflejo de mejoras en los niveles de nutrición,
escolaridad, salud, empleo y esperanza de vida.
Si bien es
cierto que el aumento en la producción de crudo y el elevado precio que
el petróleo ha alcanzado en el mercado mundial han beneficiado a la
economía venezolana, el gobierno de Hugo Chávez ha estado maniobrando
con inteligencia para diversificar su economía nacional y no continuar
dependiendo, como en tiempos pasados, de ese solo producto.
Por
todo el territorio nacional surgen nuevas fabricas petroquímicas,
agroindustriales, de acero, maquinarias, equipos electrodomésticos y de
telecomunicaciones, por citar algunas, que impulsarán el desarrollo
económico y social sostenible de Venezuela.
Aunque
los detractores quieran ocultar los enormes avances obtenidos durante
la gestión del presidente Hugo Chávez, los datos reales indican lo
contrario. Como dice un viejo refrán: A otro perro con ese hueso.