El sábado pasado 13 de octubre me encontraba en un restaurante en la Candelaria celebrando un cumpleaños de un ser querido junto a unos familiares y amigos. Ahí, en el salón del fondo, se realizaba un matrimonio de alguien de tendencia progobierno.
En el lugar común donde estábamos los clientes del mencionado restaurante, tuve el agrado de conocer en persona al conductor del programa del canal VTV En Confianza, el periodista Ernesto Villegas, que es tan simpático y amigable como luce en su espacio matutino. Me encantó haberlo encontrado en aquel sitio de esparcimiento.
Después, por sugerencia de mi mamá, nos acercamos a donde se festejaba el matrimonio en un espacio cerrado, donde conocí al hermano de Ernesto, Vladimir Villegas, que se mostró reservado y cauteloso, quizás por los constantes ataques de la oposición. Por ello, le comenté en son de broma que -a pesar de hablar inglés- y de tener acceso a varios impresos, no era de la CIA. Su actitud de desconfianza me hizo reflexionar sobre el perfil del revolucionario.
1) ¿Será que para estar con la revolución se debería ser físicamente de un modo? Moreno, quizás con rasgos afrodescendientes, no blanco y menos con cara de extranjero colonizador, ya sea portugués o español? En cuanto a esto, advierto que en el socialismo del siglo XXI se debe tener cuidado con promover algún tipo de exclusión porque sería repetir el mismo error del pasado pero variando al protagonista.
2) Igualmente, ¿será atípico hablar un idioma foráneo sobre todo el inglés, la lengua del imperio? En mi caso, enseño a nivel superior la lengua inglesa y adoro tanto la música como también la cultura del Norte, pero detesto al Sr. Bush.
3) Habrá que trabajar en el Gobierno para ser simpatizante de la tendencia política que actualmente está en el poder, por lo que llaman en lenguaje criollo bozal de arepa. En mi caso, laboro para la empresa privada y reconozco los méritos que ésta tiene como también los logros del gobierno actual en el sector laboral.
En relación con la experiencia anterior, concluyo que siendo comprensible que después de los atentados terroristas de la oposición algunos chavistas en cargos claves tengan que tomar previsiones para evitar futuras agresiones; no obstante, es aconsejable no caer en excesos ni tampoco en paranoias, amigo Vladimir.
El socialismo que se promueve en el presente debe ser amplio de criterio, incentivar la diversidad racial sin predilección y apoyar tanto la preparación como la instrucción y, por supuesto, aplaudir el esfuerzo en todas sus manifestaciones.
Mafia con la leche. Cambiando el tema, no entiendo por qué la leche escasea en los supermercados y panaderías; sin embargo, éstas venden café con leche. Del mismo modo, los buhoneros la ofrecen a precios alarmantes haciendo su agosto con la necesidad ajena.
¿Qué ocurre con este alimento básico? ¿Cuál es la manipulación con él mismo? ¿Por qué llega a algunos mientras que a otros, la mayoría, por cierto, no? ¿Quiénes están detrás de esta perversión o mafia de esconder o acaparar un alimento muy necesario en la edad infantil? Aquel que se preste para este atropello tiene que recibir una sanción legal.
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