Prolegómenos

Interpretación del artículo 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Estando consciente de las acerbas críticas a esta intención de ofrecer a mis lectores, una interpretación del Artículo 350 de la Constitución, no de un problema médico o ético, uno de mis predios naturales de desempeño, durante toda la vida sino, inmiscuirme en el campo del Derecho, debo establecer previas aclaraciones o premisas. Lo primero es lo que, aun en mi condición de  médico i ciudadano común, muchas veces, casi desde recién graduado (i, he cumplido bodas de oro profesionales), me he visto envuelto en cuestiones jurídicas i legales; unas en el dominio de mis posiciones éticas en el campo de la medicina: demografía planificada, aborto, eugenesia, eutanasia, reproducción asistida, muerte cerebral, clonación, etc., problemas médicos trascendentales, para lo cual me fui de lleno al terreno de la Filosofía i de la Ética (ambas con mayúsculas para destacarlas) i fundé en mi Universidad del Zulia, la primera (i creo que única) Cátedra de Ética Médica del país. Luego, problemas diversos, años atrás, como acusarme el Colegio de Médico de falta a la ética profesional, por unos artículos de prensa, criticando un problema artístico, me obligó  defenderme ante el Tribunal Disciplinario i públicamente. Fui felicitado por un jurista español que estaba de paso en la ciudad, quien pensó, además, que yo era abogado también. La vida me llevó, como gremialista, a ganar dos veces el Premio de Actividades Gremiales (i en otra ocasión me lo escamotearon) i a silenciar mi nombre, las roscas interesadas, respecto al hecho de haber sido el primero en proponer en el seno de la Federación Médica Venezolana, en una asamblea realizada en Maracay, allá por la década del 60- que los cargos médicos se otorgasen por concursos de oposición. Igualmente fui de los que discutieron los anteproyectos de la Ley del Ejercicio de la Medicina, a la que siempre he criticado diciendo que, nació vieja (de espaldas a la realidad científica del presente), i la bauticé Úrsula (la “ancianita recién nacida” de Gabriel García Márquez en Cien años de soledad). I en la década del 70, regresó aquello de la “maldición gitana” (ya conocen el dicho: “que entre abogados te vea”), cuando fui a la Cárcel de Sabaneta por 16 días i estuve detenido más de 40 días, por una acusación en base a una palabra mal interpretada (naturalmente por la ignorancia con predisposición, de un juez venial) colocada en el prólogo de uno de mis libros. Me hice la defensa escrita (comentada por la prensa como algo nunca visto i una “joya de jurisprudencia”), i me defendió en términos legales, un brillante penalista. Lamentable también, dos divorcios, acosado por abogados casi mafiosos que, ganan litigios, comprando jueces i desapareciendo documentos, aunque destruyan la felicidad de muchos. Finalmente, llevo más de cuatro años haciendo defensa pública, de un monumental o gigantesco atropello jurídico (que he denunciado personalmente al Fiscal General de la República, con documentos probatorios de la Contraloría i el Ministerio de Finanzas, respecto a que, para ellos no hai delito en absoluto),  atropello jurídico i anti humano, hecho contra una brillante i extraordinaria profesional del Derecho, (una verdadera masacre existencial i económica, para con lo menos tres dignas familias venezolanas), por jueces profundamente cuestionados i reseñados en el Libro Azul del Consejo de la Judicatura, aquel organismo viciado en el pasado, donde se escondían  multitud de atropellos o adefesios jurídicos. Por eso, i por haber estudiado Filosofía (Summa Cum Laude) i luego dictar la Cátedra de Filosofía de la Historia (que es igualmente historia de las ideas políticas), en la Escuela de Filosofía de la Universidad del Zulia, durante unos 25 años, i haberme dedicado a profundizar conocimientos sobre Filosofía del Derecho, sobre las ideas de libertad i de justicia, con ese acervo cultural, participé en la Asamblea Nacional Constituyente, en las Comisiones de Administración de Justicia i en la del Poder Moral, otro punto histórico, que he desarrollado hasta en Conferencias expuestas, en la Academia de la Historia del Estado Zulia i otras instituciones; Academia de la cual fui miembro desde el precursor Centro Histórico i, luego de convertido en Academia, llegué a Titular i últimamente a  Miembro Honorario. Además nunca olvido a mi filósofo John Locke, uno de los que influyó el pensamiento político del Libertador, quien se hizo famoso hasta hoi, no solamente porque en Filosofía señaló los límites de la experiencia humana, sino por sus ensayos sobre el Entendimiento Humano, i  Ensayo sobre el Gobierno Civil, obras que muchos políticos e intelectuales, no conocen; como tampoco conocen que Locke era médico. Muchos deben recordar que, en esa ANC, hice denuncia pública de la ineficencia, impreparación filosófica i la corrupción imperante, en una mayoría de los integrantes del Poder Judicial (con destacadas i brillantes excepciones) i que, el Estado de Derecho, en la vida civilizada, es posible solamente, en el marco de las leyes i la Constitución, siendo el Poder Judicial el garante de ese Estado de Derecho, i por consiguiente, garante igualmente  de la Paz i la Justicia. Se desoyeron muchas voces iguales a la mía i, las consecuencias, están a la vista de todos los venezolanos. Punto. 

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INTERPRETACIÓN DESDE LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA 

      Para mí, desde la filosofía, el término interpretación, puede analizarse desde muchos aspectos, para los cuales a veces, en el terreno jurídico, legal o penal, veo confusiones como asimilarlo a la Hermenéutica que, es una ciencia especializada en ese aspecto, pero para textos filosóficos o religiosos, terreno en el cual, las ambigüedades i los intereses subjetivos (sin bases firmes) pueden dar lugar a discusiones interminables; advierto sí, que se trata o habla, entonces, de lo que tradicionalmente se llamó, filosofía especulativa tradicional o clásica, (que sin embargo enseñó al hombre a pensar) pero ya dejó de ser así (especulativa), de modo que la filosofía contemporánea se desarrolla con vigor científico, en tres áreas principales; Filosofía de la Ciencia, Filosofía del Lenguaje i Filosofía de la Historia i, la vida me deparó la suerte, de ser profesor universitario de esas tres materias, en mis años de docencia en la Escuela de Filosofía de L.U.Z. Empero, la palabra hermenéutica, en boca de algunos “analistas políticos” o de abogados “constitucionalistas”, impresiona a muchos. En cambio, cuando nos metemos en lo que Max Black, filósofo de la Universidad de Cornell, llamó “el laberinto del lenguaje”, se impone conocer Filosofía del Lenguaje i ocuparse de autores como el propio Black, Russell, Moore, Hudson, Wittgenstein, Simpsom, etc., para unirnos en el pasado a Stuart Mills,o más lejos todavía a Guillermo de Occkam. Así sabremos qué formidable entidad puede ser una palabra, qué relación tiene la sintaxis con la realidad, con los conceptos de verdad o falsedad, con la connotación i, especialmente, en lo que tanto insisto en mis escritos, en los llamados rasgos lógicos del lenguaje. Tener conciencia de esto que, va más allá de la lingüística i la gramática de un idioma, me hizo proponer, pero ni me lo tomaron mucho en cuenta, i desde luego no se aceptó, proponer –repito- que entre los requisitos para llegar a ser Magistrado del Tribunal Supremo, los aspirantes deberían hacer un Curso Superior del Idioma materno (el Español  en nuestro caso, no el Castellano como impuso en la Constitución con una “trampa” el constituyente Brewer Carías) i graduarse en Filosofía. En los Estados Unidos, lo leí una vez, se exige curso superior del idioma inglés i, uno de los Jueces Superiores de mayor prestigio en la historia de ese país, no era abogado, pero debía tener un elevado grado de Humanismo i de las ideas de Libertad i Justicia, como pocos. Debía saber filosofía o tener una sólida Weltanschaunng. Por ello, mi interpretación del artículo 350, así como la referencia a los artículos relacionados, tendrá una modalidad que, ya lo escucho decir, no está ajustado a nuestras normas o conciencia de lo que es el Derecho, ciencia que debería revisar el uso irregular o impropio de muchas palabras, i erradicar ciertos latinazos que solamente esconden la falta de razonamientos lógicos. Mas, surge una pregunta ¿Por qué es necesario hacer una interpretación de un artículo como el 350 de nuestra Constitución? Pues, porque interpretado aisladamente, matizado con intereses ajenos a su contexto i espíritu, o tergiversado deliberadamente por quienes se especializan en confundir, al punto que ya es un dicho popular, desde hace más de medio siglo en Venezuela  que, nuestros abogados poco éticos, se especializan más en saber cómo violar las leyes, que en estudiarlas para su justa aplicación. Sin embargo, lo más alarmante es que lo haga, no cualquier abogado del común, sino personeros en los cuales uno confiaba en un tiempo, en su preparación, honestidad e inteligencia. Entonces, pasa lo que se ha dado actualmente, respecto al derecho a desobediencia civil, ser el artículo que más gusta a la violenta e irracional oposición; i por tanto, a un conglomerado mui pobre intelectualmente, donde los que verdaderamente sí saben interpretar lo que allí se establece, porque algunos fueron protagonistas en la Constituyente, i porque son inteligentes, la pasión política los obnubila, o les hace flaquear en sus principios éticos. Ese artículo, otorga el derecho de desconocer, precisamente a un gobierno (de facto o ilegítimo) que contraríe los principios fundamentales de la democracia  participativa i protagónica, establecida por la Constitución Bolivariana de Venezuela. Por eso está al final de todo el texto. Estoi convencido de que, si el gobierno de Chávez hubiese complacido a muchos constituyentes i asomados, otorgándoles los cargos a los cuales aspiraban (solamente a eso aspiraban), la mayoría no se hubiese cambiado. Ahora vemos la contradicción que existe entre dos hermanos abogados, de  quienes, el más “ceremonioso i protocolar” era un defensor apasionado del proceso de cambio, desde antes de las elecciones del 98. 

                                                              ***

      El Artículo 350, dice textualmente. El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, a la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe, los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”.

  Parece una trivialidad o perogrullada, decir que, un artículo no puede verse, leerse o interpretarlo aislado, sino como una parte   importante de un todo. Está 

necesariamente enclavado dentro de un cuerpo conceptual que, como todas las células de un cuerpo vivo, llevan sin excepción el mismo código genético. En el terreno del Derecho, decimos que responde al saber fundamental, al espíritu general de la Constitución, guardando no solamente eso, sino que responde a la realidad de un país al cual se va aplicar, concebido para  armonizar con la historia, las tradiciones, la gestación de la nación i las necesidades fundamentales, la soberanía, la paz i la justicia, para incorporarnos al concierto general de las naciones, sin distingo de hemisferios. Por eso en esas líneas, conviven o se integran ideas, siendo lo escrito, lo presentado, el sentido i a lo que apunta para buscar su acatamiento, el significado.

  Es obvio que el lenguaje o la sintaxis, no puede reflejar exactamente una realidad. Ese problema visto desde la antigüedad, fue tratado de resolver en los albores del siglo XX por los positivistas i neo positivistas de la escuela inglesa (Oxford), i hubo posiciones diferentes, desde los pensadores con residuo platónico (cierta  rectitud entre la palabra i el objeto o cosa) hasta los que trataron, como Russell, Wittgenstein i otros, de lograr un lenguaje perfecto para la ciencia, con proposiciones atómicas, moleculares, etc., con estrictas relaciones lógicas. Entonces, todos se convencieron de la necesidad de emplear el lenguaje cotidiano, pero con esmerada precisión de todo orden, e introducción en lo posible de la medida científica. De todos modos, sabemos que no es lo mismo la Lógica Jurídica que la Lógica Formal, lo que no quiere decir que se excluyan. Como filósofo o profesor de Filosofía, manejo principalmente la segunda.

      El artículo comienza por asentar que, “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, a la paz y la libertad…”, subrayo pueblo, para destacar que el “universo” de alcance  para el cual se normaliza, es la totalidad del pueblo venezolano sin distingo de ninguna especie, para el cual, la democracia en elecciones, declara a unos triunfadores i a otros perdedores, pero pasado el proceso, todos son iguales ante la lei, con  idénticos deberes i derechos para con la patria Venezuela. Les ha unificado la historia i las luchas señaladas, para lograr un destino próspero i feliz. Lo vemos en todos los países avanzados, donde, pese a que existen las mismas diferencias, contradicciones, problemas humanos, etc., terminado el proceso eleccionario, gobierno i oposición (de ideas constructivas) acatan las reglas del juego i es el interés nacional común lo que impera o priva. Es como acatar o respetar, las reglas de juego del ajedrez. Esta primera parte, es dentro del nombrado artículo, la premisa fundamental. Sigue, entonces el declarar: ese pueblo, “desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad, que contraríe, los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe  los derechos humanos”.  El subrayado de esta segunda parte, en una sola palabra: desconocerá,  para los que interpretan a voluntad o con visión mui subjetiva, encuentran allí todo el fundamento para la desobediencia civil. Realmente, confieso no conocer los pormenores de la interpretación jurídica, no sé cuales son los argumentos que exponen para afirmar desobediencia. Juan Garay, que ha comentado las últimas Constituciones, cuando se refiere a este 350 i a los que le anteceden, anota que este 350 deja asentado que, el pueblo es el depositario del poder originario i, en los anteriores artículos, 347 i 348, establece en qué consiste la Reforma Constitucional i cuales los requisitos. Esas posibilidades de reformas o enmiendas, son parte de la libertad que tiene el mismo pueblo, de disentir i buscar mejorías al texto constitucional, entendido con el consenso de una mayoría i para el bien de todos. En ninguna parte ese artículo convalida como “desobediencia civil” el atentar, conspirar o tratar de derrocar a un gobierno democrático, con posiciones i actividades que constituyen delitos. Un hijo puede desobedecer a su padre, pero si le arremete con violencia irracional, o le mata, no es desobediencia, es delito de asesinato i nada más. Esas actitudes, además, no merman en nada la autoridad de un padre o una madre. Tener derecho de apelar a recursos que, precisamente da esta democrática Carta Fundamental, recursos jamás antes encontrados en otros textos, es hacer valer la opinión de los derrotados en las elecciones, pero llamar desobediencia civil, a lo que no es civil o civilizado, sino agresión, terrorismo, violencia o saboteo, es simplemente delito de lesa patria. Ese artículo no autoriza en absoluto al desconocimiento de la lei, ni a violar la Constitución, ni a proclamar la anarquía. E importa aquí, también, saber qué expresamos con el verbo desconocer. Desconocer es no recordar la idea que se tuvo de algo, no conocer o desentenderse de alguna norma o principio i muchas otras cosas parecidas i, todo inmerso, dentro de la racionalidad característica de los seres humanos. Jamás, desconocer, puede entenderse como autorización o derecho a delinquir. I eso es lo que ha hecho la oposición, “analizando” o “interpretando” este artículo, tomado por los pelos.

       Este gobierno, el más legítimo, democrático i justo de toda nuestra historia republicana, es adversado, bien se sabe, por una oligarquía nefasta, constituida no por méritos, como pretenden decir con ese invento de la “méritocracia”, sino por unos privilegios i un aprovechamiento indebido de los dineros del Estado, o mejor, de todos los venezolanos, creando una enorme brecha entre ricos i pobres, que es no sólo mentira, sino ignorancia o estupidez, achacárselo al Presidente de la República. Con una oposición serena, justa i democrática, lo lógico hubiese sido la confrontación de ideas i programas, debatidos en la Asamblea Nacional i otras entidades estatales. Eso es positivo en cualquier nación del mundo, i por lo tanto respetable, de manera que la inmensa mayoría, en los comicios pautados en la Constitución, pudiese optar por lo que parece mejor para el país i todo el pueblo venezolano. Mas, no ha sido así, porque la misma ausencia de líderes es una demostración de la pobreza o mediocridad intelectual que le embarga a esta violenta oposición. Cuando son líderes viejos, el pasado les acusa por sus fracasos i corruptelas; i, cuando son jóvenes, demuestran tan poco que, uno de ellos, con un disparate de cuarto grado de primaria, les bautizó escuálidos. El artículo 350, entonces, puntualiza que, el pueblo (la mayoría se define en elecciones), no una fracción minoritaria hasta el presente (han perdido 7 elecciones), desconocerá “cualquier régimen, legislación o autoridad, que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”.Estamos, entonces, frente a un gobierno legítimo, democrático pasado de tolerancia (el irrespeto al Presidente de la República esta penado en el Art. 148 del Código Penal) que, por primera vez en su Constitución, incluyó los Derechos Humanos. De ello resulta que no es el pueblo quien desconoce, sino, al contrario, reconoce las bondades de este gobierno i le restituyó después de un Golpe de Estado que tuvo todas, exactamente todas, las características del mismo. Por ello, cuando me voi, por ejemplo, a los rasgos lógicos del lenguaje, me alarmo de ver qué poco razonamiento o reflexión existe, respecto al instrumento formal del pensamiento que, es el habla o lenguaje.  Se argumenta que no hai gobierno, que nadie manda sino en medio de una gran confusión, no existe programa alguno i que el país está a la deriva. Por otro lado, se habla de un dictador, de un régimen autoritario, de un hombre que gobierna sin freno alguno; como se aprecia, no  observan en absoluto, los rasgos lógicos que hacen contradictorios ambos discursos; i que  el presidente es insoportable, pero en cambio, esa confusión mental, les impulsa a delinquir, a destruir el país i, un “sindicalero” (llamarlo sindicalista, es impropio) grotesco, analfabeto cultural i sigüí, del único presidente destituido por corrupto, i que, con el dinero mal habido que posee por millones, dirige i financia a estos energúmenos, a los que se suma el sucesor de Pedro Carmona i los dueños de los medios de comunicación social, quienes invierten sus capitales en busca de la presidencia i de la oportunidad de privatizar a PDVSA, i entregar nuestra soberanía i felicidad en el porvenir, a las transnacionales i su santo patrón. Por eso solamente: el petróleo, muchos “brillantes” juristas, han visto en el Art. 350, la llamada desobediencia civil, razón para hundir al país, traicionando la patria, la obra libertadora i los más nobles ideales del pueblo venezolano.

       Cuando  relacionamos o contrastamos un texto, de cualquier índole, con la realidad, aquí el escrito o redacción de un artículo, con la realidad a la cual se refiere, o incide sobre ella, importa no ya saber, si esa sintaxis es expresión genuina en lo literario; eso sería una experiencia lingüística, semántica i lógica, sino saber el por qué, corresponde a una  pauta o norma para esa comunidad que, el gobierno desea conservar i defender, i “cívicamente”, la oposición quiere criticar o rechazar. Cuando observamos el caso presente de Venezuela, los  adversarios del gobierno lo que quieren es disolver o destruir, desestabilizando al país con un terrorismo mediático inconcebible en personas civilizadas, mas con el propósito de lograr el poder a como dé lugar. Al respecto, dice Locke en su ensayo sobre el gobierno civil: “Para hablar con alguna claridad de la disolución del gobierno, es preciso empezar por distinguir entre lo que es la disolución de la sociedad y lo que es la disolución del gobierno”. Sería demasiado extenso seguir con las consideraciones de este autor, pero resumidamente, Locke cree que la sociedad es política, cuando se han puesto de acuerdo en las reglas del juego de integración i que, así, solamente podría disolverse un gobierno con la invasión de un pueblo enemigo. Quizá pensaba inconcebible que, la misma sociedad, se hiciese daño, pues el Estado era el mismo pueblo en funciones rectoras de todos. Sin embargo, corriendo en el tiempo i la historia, parece aceptable con Russell, el creer que el Estado es una entelequia, porque lo constituyen los hombres que detentan el poder, bien sea por la fuerza (lo más común en el pasado) o por libres comicios ciudadanos. Luego, ha sido progreso cuando, respondiendo a esa idea, los que tienen el poder lo comparten o administran en un verdadero gobierno del pueblo, en una auténtica democracia participativa i protagónica, como lo es este gobierno del Presidente Chávez, lo cual ha incomodado profundamente a quienes, todavía insisten en no ser pueblo único de un determinado territorio, con una historia i unos nexos de patria, sino con grandes diferencias de privilegios i dinero, en manos de una evidente minoría. Las actitudes, actos, agresiones violentas, terrorismo i saboteos  que  ha hecho esta “sociedad civil opositora”, no logrará disolver el gobierno o le costará una tragedia, sino que esta disolviendo o lesionando de gravedad, a la sociedad. La sociedad civilizada. El pueblo.

      Si examinamos la historia universal, la historia patria o el acontecer contemporáneo en el mundo, i reflexionamos la historia del mañana (con prospectiva científica), podemos entresacar algunos ejemplos de lo que sería una desobediencia civil que, en todos los casos, no podrá evadir responsabilidades ni evitar rechazos o castigos.

       Obviemos las ya lejanas i, convertidas justamente en epopeyas, guerras de independencia que, todas, tuvieron motivaciones nobles en sacudir yugos, buscar la libertad i anhelar la justicia. Pero, con el pasar los años, como el hombre no ha podido desenterrar de sus genes la maldad, la voluntad de oprimir a otros, todo lo que está deliciosamente pintado en una obra que, se dice, es la historia parodiada de Francia o de toda la Humanidad, como es  La isla de los pingüinos, de Anatole France, allí encontraremos, entre otros estupendos cuadros de realidades, cómo nace el primer terrateniente, cuando un pingüino alto, fuerte i poderoso, llegó hasta donde trabajaban muchos pacíficos pingüinos que sembraban la tierra, tomó al principal de ellos, i lo apachurró en el surco i tomó posesión de los campos. Nacía así, dice France, el primer gran terrateniente.

         Los grandes ejemplos de desobediencia civil, la dieron los países de Europa especialmente Francia, después de ser derrotados por Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Allí, en todos los niveles i aspectos de la vida cotidiana, estaba justificado i era heroísmo, la desobediencia civil contra un régimen, una legislación i una autoridad impuesta, que humillaba a la patria i menoscababa o desconocía todos los derechos humanos. Fue la célebre i heroica Resistencia Francesa. Eso mismo pasaba en América, ante las feroces dictaduras que asolaron a muchos países. Eso mismo lo hemos vivido en nuestra historia, hasta mui recientemente, con la dictadura de Pérez Jiménez, donde muchas veces se quitaron la careta de héroes, cobardes hombres de la oposición, mientras los valientes sufrían cárcel, tortura i muerte. Por ejemplo, el pueblo conoce bien a los que huyeron despavoridos, en el momento del asesinado de Leonardo Ruiz Pineda. La desobediencia se pagaba así. Ya conocemos también los casos de otros países latinoamericanos –para no irnos lejos- como Argentina o Chile, o la formidable respuesta del Bravo Pueblo de nuestro Himno, ante la efímera dictadura fascista que surgió el 11 de abril. Para ese entonces, si estaba el artículo 350 hecho a la medida.

      I  hasta podríamos citar un ejemplo de desobediencia o rebeldía pacífica, con el caso de Cassius Clay, o mejor, Muhamad Alí, cuando se negó al ejército de los Estados Unidos, por no querer ir a matar en la guerra del Vietnam. Fue más que valiente, pero enfrentó castigos i afrentas, porque toda desobediencia, aún siendo pacífica, comporta responsabilidades, riesgos i castigos. Sin embargo la venezolana de hoi, es una caricatura, porque hasta el momento, cuantos desmanes han hecho, han gozado de impunidad. El Poder Judicial es el talón de Aquiles de este proceso de Revolución Pacífica; para mí responsables, por una parte la TRAICIÖN de Don Nadie Miquilena, i la apatía, el marasmo i  la serie de “compromisos” previos, de la llamada Comisión de Reestructuración del Poder Judicial presidida por Manuel Quijada. Al monstruo de  la corrupción del Poder Judicial, apenas le mordieron una oreja o le pisaron el rabo.

       El artículo 350, no justifica ni otorga derecho alguno, para las acciones vandálicas, anticonstitucionales i anti éticas de la oposición venezolana, dirigida por marionetas mediocres i viles (Carlos Ortega, Carlos Fernández i Juan Fernández) a su vez serviles de vende patrias  en PDVSA, como Luis Giusti, Quiróz Corradi, Calderón Bertí, etc., marionetas i cómplices también, de las transnacionales i el imperialismo norteamericano. El motivo real, clave de todo, solamente tiene una palabra: petróleo. La pena estriba en los constitucionalistas i los analistas políticos de verdad, que callan i otorgan. Si como un ciudadano común, he podido dar todas estas explicaciones,  demostrando no encontrar en el artículo 350 las autorizaciones que la oposición dice que le otorga, ¿Cómo no pueden auténticos juristas o el mismo Tribunal Supremo de Justicia, aclarar que eso es una pésima e inválida interpretación, i que la oposición comete cada día, docenas de delitos comunes, delitos de lesa patria i delitos de lesa humanidad. ¿Esperan que, con estas pérdidas multimillonarias, se disuelva, no el gobierno, sino la sociedad?

                                                               % 

     Menos mal que, con una paciencia que asombra, el Presidente de la República está dando, no solamente a los venezolanos, sino a todos los pueblos del mundo, una lección de infinita tolerancia. Se pretende llevarnos al caos o conducirnos, (descaradamente lo han anunciado personeros ridículos, oportunistas e incultos), a la guerra civil. Como muchos no leen historia, ni filosofía, ni siquiera textos de política, al menos deberían leer Vivir para contarla, del gran escritor orgullo de esta parte de América, Gabriel García Márquez. Allí, de manera resumida pero con dominio espectacular de la prosa descriptiva, podrán ver lo que sucedió en Bogotá, en las primeras horas i días sucesivos, del asesinato del gran líder de pueblo  Jorge Eliécer Gaitán. Es un espejo en el cual deben mirarse…luego, ver la historia del país hermano.

     Por primera vez, los ojos del mundo miran a Venezuela, no como país petrolero solamente, sino como  una democracia  que está dando ejemplo; mientras otra vez el pensamiento bolivariano, toma vigor continental o universal. Por ello dejo al final esta frase del Libertador: “La libertad del mundo, está pendiente de la salud de América”

 

& 

ROBERTO  JIMÉNEZ  MAGGIOLO 
 

NOTA: este artículo fue publicado en mi página WEB hace unos cuatro o cinco años (pág. Suspendida por incumplimiento del técnico) pero que tiene vigencia, ante las actividades conspirativas i golpistas se instituciones vendidas al imperialismo, como Súmate, la CEV i otras. He visto otras interpretaciones, menos razonadas. Excepción de la hecha por el TSJ, del magistrado Iván Rincón Urdaneta. 
 


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