En el mes de octubre, día dos, en "Oscar Pérez versus Marisabel Rodríguez por el coroto opositor", dije que preparaban "la bienvenida al ruedo político opositor a una cuarto bate, encabezando de entrada la contrarreforma: Marisabel Rodríguez", como ya hoy sabemos que ocurrió, por encima de los arduos méritos de incendio de la calle que hacía Oscar Pérez para ser mimado por los chivos que mandan tras bambalinas. Parte de un plan de efectismo psicológico. Marisabel salió de su anonimato, se dio la mano contrarreformista con Baduel, compadre de Chávez, y ambos se plantaron ante la opinión pública significando con su actitud que el presidente es rechazado hasta por sus más allegados. Está claro.
Independientemente que los pitonisos afirmen que la discordia de Marisabel con el presidente nace de su final desarraigo de la Fundación del Niño, donde nunca quiso entregarse de lleno, el asunto es que Marisabel está en el ruedo político, lanzada un poco más temprano de lo previsto (era un golpe final), debido a que los planificadores consideraron propicia la situación creada con el Rey Juan Carlos de Borbón para explotar la matriz de opinión de que el presidente es un caudillo insufrible para la república. Como es fácil constatar, los medios de comunicación trabajan en eso, intentando universalizar el sentimiento opositor al gobierno como susceptible de ser enarbolado por figuras "respetables" y hasta "alejadas" de nuestra realidad, como un rey trasatlántico. Así, sólo a unos cuantos se les ocurriría defender la propuesta presidencial: tal es el mensaje.
No sacaría a colación la noticia sobre Marisabel Rodríguez si no tuviera la certeza -que me da la razón y la lógica- que el golpe de Estado está echado, complejamente organizado desde innombradas instancias exteriores hasta el más pequeño detalle cotidiano e inesperado en la calle, como, por ejemplo, el hecho que una marcha estudiantil pacífica de pronto termine con heridos de bala. Por lo pronto, así en lo grueso, Marisabel Rodríguez y Raúl Isaías Baduel dan un golpe psicológico a la figura susceptible de apoyo popular que encarna Hugo Chávez, Baduel apunta a y desde las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN), y Oscar Pérez y su combo en el Comando de la Resistencia se encargan de alebrestar la calle bajo el telón de fondo de las marchas estudiantiles. No hay líderes específicos en la oposición política venezolana porque nadie quiere ser cabeza responsable de una intentona que, como todo acto humano, está sujeta al error y el fracaso. Dirán luego, difusamente, “El trabajo fue de todos. Gracias, Globovisión, gracias emisoras de radio, gracias señor X, gracias ciudadanos”.
El lenguaje de la oposición, que no piensa en el mañana sino en el ahora, hace rato lo viene significando al no importarle, con su tono iracundo, perder apoyo de los sectores moderados; como dice José Vicente Rangel, su destino final son los cuarteles.
No está demás alertar y cerrar filas, sin rayar en el alarmismo, pues el proceso de cambios que se adelanta en el país con apoyo popular mayoritario, tiene la moral bastante alta, curtida en la experiencia de los hechos de abril de 2.002. Lo que resta es organizarse a nivel de las bases populares, de modo que en la eventualidad de un accionar oficial contragolpista, pueblo y gobierno ofrezcan un irresistible frente, ante el cual sifrinitos y conspiradores de caché saldrían corriendo, en nada acostumbrados a la polvareda de la calle; otro aspecto es la aplicación de la ley y de las sanciones que ella contempla, como forma que tiene el Estado de velar por su sostenimiento propio, no condoliéndose con pasiones personales que temen caer en una situación de primer plano, de incertidumbre y de probable pérdida de sus cargos. Ello es una bagatela si se está en una revolución. En días pasados la empresa de Noticias Globovisión pasó, por un día nomás, para un efecto fugaz, una propaganda que nadie firmaba, llamando al "NO" y a una marcha universitaria, aparentemente confeccionada por la planta de noticias, metida a política. No ocurrió nada, cuando la ley prevé sanciones de cierre por varios días. CONATEL está en el ojo del huracán en la medida en que Globovisión es el caballo de batalla del golpismo que nuevamente quiere eclosionar en Venezuela.
Se debe tener la comprensión, fundamental, que la oposición golpista se juega su carta final sobre un humeante terreno de violencia y terrorismo, determinación agravada por la valoración estratégica que tiene Venezuela en lo internacional, lo cual atrae la inversión golpista desde el exterior. Es decir, se le debe conferir a la situación la importancia que se merece, pues de darse el zarpazo no será suave, como nos asegura la lógica. Venezuela es una pepita de oro que atrae a demasiados mineros, y en mi opinión habremos de llegar a una situación tal de sofisticado armamentismo para poder disuadir, defensivamente, tanto bandolero.
Más allá del trabajo operativo de la inteligencia que vigila, fotografía o pincha una comunicación por aquí o por allá, se debe el gobierno colocar en pellejo ajeno para desenmascararla. Como buen alumno de su propio y fracasado golpe de Estado de 2.002, decidió el golpismo opositor que la vieja receta aplicada a Allende en Chile se convierta en un señuelo para confundir, lo cual no excluye que sigan sus preceptos fundamentales, pero de modo atípico. Por ejemplo, para dar uno sólo, no tendrán entre ceja y ceja la idea de masacrar, como en el 2.002, a unos marchitas en llegando al centro de la ciudad para propiciar un pronunciamiento militar, porque todo mundo lo espera y lo teme, y los cuerpos de seguridad, de hecho, se concentran en puntos claves para preservar el orden público; su plan podría ser de contraria lógica, simplemente inesperado: los muchachos universitarios serían utilizados nomás para calentar las calles, concentrar la atención del país y los cuerpos de seguridad en un punto determinado mientras los factores interesados dan el zarpazo en las áreas desguarnecidas. Es algo que comulga con el principio de las guarimbas, que busca dispersar la capacidad de respuesta concentrada y cohesionada del Estado. Muy sencillamente pueden estos homicidas, también inesperadamente, accionar contra los muchachos bolivarianos en concentraciones públicas, o asesinar a un figura ajena a la contienda política con el propósito de dar una señal de paz insostenible que justifique y decida a algún ruido desde los cuarteles (vea para más señas mi artículo "Golpe de octubre", mismo site). En fin, es una apuesta atípica cuya estrategia es someter al país a una zozobra con el objetivo de lograr un pronunciamiento militar que derroque al presidente de la república, finalmente; la táctica se alimenta de lo circunstancial, nace sobre la marcha, de un muerto en una marcha, de una disposición contra un canal, de un rey faltándoles los respetos a un presidente, de unos presos fugados, de una escasez de alimentos, de un corte eléctrico, de una guarimba, del asesinato de una anciana en medio de una sospechosa balacera, de un niño... Creo que se comprende.
¡Vamos, aquí nadie esta dateado más allá de la intuición, la inteligencia propia y la lógica! Ya hemos pasado por ello. Este golpe lo tienen echado desde los meses de junio, julio y septiembre (bueno, la oposición cada mes tiene un golpe), cuando el mismo Presidente de la República (en junio) se dirigió a Globovisión y le advirtió que mirase bien hasta donde querían llegar; sólo que las vacaciones estudiantiles enfriaron el guarapo oposicionista y sirvió luego el mes de octubre, al retorno de las clases, como momento para reorganizar las huestes, afinar los planes, cuya ejecución arrastran hasta hoy, todavía en espera del trabajo catártico de la táctica.
Cuando usted se entera que un señor Baduel, hace 20 días convencido reformista, realiza un giro un de 180º, y se pronuncia en contra de la Reforma Constitucional en un momento crítico de efervescencia política, y cuando usted ve su a ex señora, también en el momento crítico, ir contra usted; es porque hay un plan, pues no pueden obedecer semejantes cambios de actitud al efecto mágico de una varita o a una convulsión repentina de hormonas, o al aparecimiento repentino de un Mesías que hizo aparecer la verdad. Hay una situación ante la cual hay que actuar, evitando repetir pasados esquemas gubernamentales de sobredimensionamiento humanista y ético que tuvieron un efecto facilitador y hasta acelerante del golpe de Estado de 2.002.
Así que, sin preámbulos ni cortapisas, sin alarma, veamos qué hay en el ambiente, quée han dicho los pitonisos hasta hoy, nomás con el propósito de la preparación y con una actitud de inteligencia. La consigna ha de ser no cerrarse a los hechos, pero con sindéresis, sin tampoco andar creando tormentas en un vaso de agua. Veamos:
* Con la aparición de Baduel, refiriéndonos al fichaje que como general debe haber dejado en las FAN, se explica la prevención que hiciera José Vicente Rangel cuando alertaba que la oposición trabajaba a las FAN
* Raúl Baduel se vio forzado a salir de su ministerio por sus secretos encuentros con la oposición (José Luís Carpio: "La Puerta de Alcalá" en Verdades de Miguel. - (2.002) nov 9-15; p. 3)
* Raúl Baduel le solicitó a uno de sus antiguos compañeros que le convocase a oficiales de los cuatro componentes de la FAN, lo cual no se dio a pedir de boca, recibiendo la orden del grupo económico que lo apoya de hacer ante rueda de prensa el pronunciamiento que hizo (Miguel Salazar: Las Verdades de Miguel. - (2.002) nov 9-15; últ pág)
* Supuestamente el trabajo de la oposición, a título de contrarreforma, logró fichaje entre algunos diputados, varios gobernadores, alcaldes, magistrados del TSJ y hasta ministros, lo cual suena excesivo pero puede comportar una invitación a que no le prestemos atención
Presuntamente el esquema es el siguiente (José Luís Carpio: Ibidem):
* Un general con mandos medios afectos decididamente intentará un alzamiento
* Los estudiantes calentarán la calle
* Tácticamente, habrá un corte eléctrico para generar zozobra
* Un famoso canal recogerá el pronunciamiento de militares uniformados (todos esperan que sea el canal que es lógico esperar. Ojo)
* Paramilitares, en el país desde hace rato, entrarían en acción, con asesinatos y promoción de saqueos, con el rápido propósito de sembrar el terror en la población
* Está pautado un apoyo político exterior para alimentar la moral de quienes amenazan con el derramamiento de sangre golpista.
Es un colmo. Todo esto circula en la prensa, en la tinta de los opinadores de oficio y hasta de analistas serios. No se puede obviar, a menos que nos queramos engañar, y ello, como recordaremos, ya dio un fruto podrido en los hechos de abril de 2.002. Recuérdese que de la forma más ingenua y descarada, se implementó un golpe de Estado en este país, todo anunciado, como las famosas crónicas. Ayer mismo, el señor Baduel hizo un televisado llamado al presidente, en un lenguaje puro militar, casi ordenando "Señor presidente, retire la reforma". Es prácticamente una amenaza, amigos míos, porque quien no anda en confabulaciones no escoge un camino de lucha fuera de la legalidad y la legitimidad, y sabemos claramente que ambas nociones se concretan en la decisión popular. La opción de un opositor es trabajar por el "NO", de cara al pueblo, al referendo, y no andar dirigiendo mensajes coercitivos al Presidente de la República, en este caso un proponente de la Reforma Constitucional. Piénsese además, punto aparte, que en una de las marchas estudiantiles estaba presente un militar golpista del pasado, de apellido Soto: sus razones tendrá para venirse desde el exilio hasta acá ahora, precisamente ahora.
Mensaje final: Señores funcionarios, señores ministros, no se puede esperar la aparición del humo para empezar apagar el incendio. Necesario es prevenir, y la prevención está ensalzada en el texto de la ley, pues ella salvaguarda al ciudadano y al Estado, obligación de funcionarios electos por votación popular. Así como con la verdad no se ofende ni se teme, así mismo también con la aplicación de la ley y sus disposiciones no se incurre en un acto fuera de la democracia, más allá de la responsabilidad observada por la ley misma. El tacto político conjugado con la aplicación de la ley no se debe confundir con el tacto personal, ese mismo que teme exponer el cargo o una circunstancia privilegiada al fuego de la acción y decisión ciudadanas. Si se está en una revolución, semejantes temores tendrían que ser una baratija. Actúese, pues, y sálvese a la república de un avatar del que no se recuperará nunca. La oportunidad de salvamento de la patria es hoy y no mañana, porque el mañana –permítanme el juego de palabras- no tiene regreso. En el mundo presente, de desmesurada apetencia imperialista, quien no tiene capacidad de acción desaparece, y no sólo físicamente, sino geopolíticamente.
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