Después del rescate exitoso de Consuelo González y de Clara Rojas, sin dejarnos tomar aire el presidente Chávez presentó una propuesta inteligente pero polémica sobre si las Farc en vez de ser consideradas como terroristas pueden ser mejor calificadas oficialmente como beligerantes. Sobre este asunto les presento algunas reflexiones a continuación.
1) Es injusto que sólo algunos entren en la clasificación de terroristas, puesto que tal consideración es promovida por el Gobierno de EEUU, que valida sus atropellos con la pretensión de instaurar democracias en países que, según ellos, tienen regímenes no demócratas. Esa etiqueta les da el derecho de cometer cualquier exceso bajo un velo de permisión, y por lo tanto de impunidad ante el mundo.
2) No se puede obviar que Colombia vive una guerra. Si se reconoce a las Farc como fuerzas beligerantes -lo cual significa que sus actos más que agresiones por sí mismas son resultado de un fin específico, como una lucha que comenzó y que continúa siendo de autodefensa después de que la vía democrática les fue negada- estos grupos rebeldes responderán por tales acciones ante la comunidad internacional, con lo que se le buscaría una salida estratégica a un conflicto que lleva más de cincuenta años y que promete alargarse mucho más.
3) Uribe ha demostrado que no tiene control sobre las Farc, debido a que estas agrupaciones poseen un gobierno, una fuerza militar propia y se mueven dentro de un territorio determinado. Entonces, llamarlas beligerantes es más oportuno que denominarlas terroristas, que alude a los enemigos de Estados Unidos y de sus aliados por simple solidaridad.
4) A pesar de lo anterior, Álvaro Uribe teme aceptar el cambio de nomenclatura porque estará legitimando estos grupos insurgentes, es decir, llamando las cosas por su nombre. Sin embargo, las Farc tienen poder y capacidad de acción aun sin ser legitimadas. Reconocer la capacidad operativa de estos grupos en Colombia en vez de ignorarlos por orgullo y soberbia, es adoptar una actitud inteligente. Asimismo, EEUU no tendrá excusas para interceder en territorio colombiano con ningún plan, llámese Colombia o Patriótico.
5) Al ser denominadas beligerantes, se les está concediendo la oportunidad de un diálogo que conducirá a la paz. Además, las Farc al no tener que buscar cómo demostrar su callada pero sentida hegemonía cesará sus ataques en la sombra, no secuestrará rehenes.
Por todo lo anterior, es mezquino y muestra de una ignorancia grave limitarse a llamar a las Farc terroristas. El origen de éstas se encuentra en las rebeliones de los campesinos por causas justas; cuentan una ideología definida de tinte comunista y se van a las armas después de la muerte de uno de sus líderes, Eliécer Gaitán.
Aunque han usado métodos para alcanzar sus objetivos que no pueden ser compartidos por alguien sensato, las Farc mantienen todas las características para ser denominadas beligerantes; por consiguiente, definirlas como terrorista -que significa no compartir las políticas de EEUU- es caer en estereotipos que responden a abusos por parte de quienes detentan el poder en un determinado momento.
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