En 1978 cuando salí licenciado después de haber prestado servicio militar…oigan esto muy bien…!o.bli.ga.to.rio! Y fui llevado… oigan bien… ¡o.bli.ga.do!, es decir para aquellos momentos, nada me motivaba, tan arrechamente, para defender a mi patria, porque en esos tiempos, solo escuchaba, de las madres de coñaza que les daban a los soldados, y de los saludos post muerte, que les daban a los familiares de la victimas, y de las correderas que tenían en contra de unos carajos que andaban echando vaina, por las montañas y que le decían guerrilleros.
Recuerdo que; en 1976 andábamos por un cerro llamado “cerro el espejo” por los lados de oriente, en Caripito; buscando a un tipo llamado Douglas Bravo. Y resulta que cuando nosotros andábamos, por allá, el carajo supuestamente, estaba oyendo un discurso en mismo congreso nacional, de la época ¿Qué tal?
Lo cierto es que para 1978, después de no haber tenido, ningún motivo para defender a mi patria, Salí del ejercito, con muchísimas razones para morir por ella, y no fue las persecuciones, ni los coñazos de velas, que tuve que montar, cazando a los guerrilleros, sino por el maltrato de la oficialidad, para con los soldados, que eran los que, en su momento los tendríamos que defender si se llegara el momento. Ahora bien yo debí haber salido sargento segundo, pero no a alguien se le ocurrió, suspender mi ascenso, por resabiado e insubordinado. ¿Y quién coño no; si estaba en esa vaina “obliga’o” y aparte de eso llevando coñazos de puro gratis, amén de estar cazando gente como animal.
Pero para hacerle corto el cuento y que me baste el espacio, les voy a resumir el cuento, yo duré 20 años, esperando el momento de unos cambios, de origen político, y 30 de mi logro personal. Y cada uno llegó a su justo y exacto momento. En 1998, se consagró el cambio político, y en el 2008 conseguí el ascenso que se me negó en 1978. Para todos ellos he tenido la suficiente paciencia, de la que requieren los que saben lo que quieren.
Si mi Dios me lo permite y tengo que esperar hasta el 2028, para poder ver consolidada y consagrada esta revolución bonita, hasta allá llegara mi espíritu rebelde esperando esa ocasión. Y no será ningún aparecido, ni revolucionario mutante; que por más esfuerzos que haga, sacarme de mi talante. Y así como tuve el tiempo, suficiente para esperar, que llegara LA REVOLUCIÓN, así mismo voy a tener paciencia para que algún día, alguien en las esferas del poder, se entere, que de este lado del charco, hay quienes, desde hace tiempo queremos que se nos escuche y se nos trate con el mismo respeto con que nos trata nuestro comandante en jefe máximo y único líder HUGO RAFAEL CHAVEZ FRIAS.
Es lo único que espero y esperaré en estos últimos veinte años más, total no tengo apuro, y la muerte es lo único que los seres tenemos seguro. Quiera Dios que algún día mi comandante HUGO CHAVEZ lea uno de estos escritos, y vuelva al pueblo de donde lo secuestraron, para ocultárnoslo, que no se entere de nuestras verdaderas vivencias.
No pido nada por mí en particular. Solo en colectivo.
Hasta la victoria siempre
CAHAVEZ, SOCIALISMO O MUERTE
¡VENCEREMOS!
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