Esta historia se trata de un hombre que ha tenido que aplacar sus miedos y desesperanzas tras un accidente de trabajo.
Cuando despertó una madrugada, el destino le había jugado una mala pasada, no conforme con las consecuencias que sufrió por el accidente, sus patronos lo habían botado, ya que lo consideraban un minusválido, incapaz de seguir realizando el trabajo que venía desempeñando, sin darle oportunidad de colocarlo en algún otro lado de la empresa, donde seguramente, se desempeñaría a la altura de los requerimientos.
Después de esta bofetón en el rostro, de parte de sus empleadores, decide dedicarse a algo muy enaltecedor, que es apoyar de frente a su líder en esta tarea tan ardua, que es la de organizar un frente bolivariano revolucionario.
Este hombre, se levanta todos los días, con la ilusión y la determinación de ayudar a enrumbar esta gestión social, que lidera nuestro Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
Al llegar los primeros rayos de luz, hace sus labores habituales, se encomienda al todo poderoso y se dirige hacia la tarea que se ha propuesto, que es la de servirle a esta revolución.
Ya tiene unos meses ayudando a la formación del partido PSUV, le han dado la tarea de entrevistar a los aspirantes a esta nueva vanguardia de lucha.
Llega saludando a todos, con esa alegría dicharachera del caraqueño y ese amor al prójimo que lo une más a su trabajo. Luego de tomarse su cafecito, que siempre se lo tienen en su escritorio, bien tempranito, dice: “que pase el próximo”, en ese preciso instante, sus cualidades especiales, que lo hacen merecedor de tan alto respeto, salen a flote cuando el aspirante comienza estrechando su mano, es ahí donde él comienza a descifrar a la persona que tiene al frente.
A medida que la entrevista se va desenvolviendo, va haciendo anotaciones en una libreta y con una breve conversación, está al tanto de saber cómo es el alma de su interlocutor.
El día transcurre alegremente, ya que le gusta su trabajo y se siente útil al proceso.
Ah! Me olvidaba decirles que nuestro amigo en cuestión, después de ese accidente laboral, quedó ciego.
Esta es una enseñanza que debemos asimilar todos aquellos que nos decimos “revolucionarios” que siempre anteponemos nuestros intereses y necesidades ante el llamado que nos ha hecho nuestro líder, de unirnos y trabajar por la conformación de un mejor País, para nuestros hijos y nietos, sin exclusión alguna ya que todos somos patria.
¡PATRIA SOCIALISMO O MUERTE!
¡¡VENCEREMOS!!
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