Después de un fallido golpe de Estado, en donde con cara famélica, se dirigió a sus compañeros para informarles que “Por ahora los objetivos propuestos no se habían logrado y que no debería continuarse con el derramamiento de sangre” .Chávez cumple a cabalidad lo conceptuado en el pequeño libre del Oráculo del Guerrero, que es una versión occidental abreviada del Arte de la Guerra.
El confinamiento del joven Teniente Coronel en la cárcel de Yare, le da la extraordinaria oportunidad de prepararse, de leer, de reflexionar, de repensar su visión de Estado, de país, de sociedad; pero ante todo, le da la oportunidad de clarificar cuál debería ser su papel en la construcción de la nueva patria venezolana.
Cumpliendo las orientaciones del Oráculo, Chávez encarcelado y solitario, sin tantos aduladores de oficio como los tiene ahora, mastica, engulle su dolor, su derrota, traga momentáneamente el trago amargo del fracaso. Tiene que convencerse que está vencido. Sin embargo, Ernest Hemingway, había escrito en su refugio cubano que: “el hombre puede estar vencido pero no destruido.” En ese momento, para nuestro líder, ese era justamente su caso: vencido pero no destruido.
El Oráculo aconseja retirarse, meditar. Aconseja reunir nuevamente su ejército, y él lo hace. El Oráculo expresa que hay que prepararse para las nuevas batallas y Chávez, sale de la cárcel, acrisolado, lleno de luces cual bravío torero sobre las blancas arenas de esta Venezuela heroica, a poner la casa libertaria de América en orden.
Chávez ha pasado a ser un símbolo no solamente de los pueblos oprimidos de América, a los cuales ha ayudado generosamente, sino que también se ha convertido en el David bíblico, que armado de una piedra intenta liberarnos del pesado yugo del imperialismo y sus criollos seguidores. Mucho se ha tratado, mediática y físicamente para destruir su obra, su concepción del hombre y de las relaciones de éste con el Estado, con el medio ambiente y con la casa mayor que es el planeta donde habitamos, pero nunca lo lograrán porque nuestro pueblo lo respalda masivamente.
Elegido democráticamente por una mayoría aplastante del 94%, Chávez se convierte en un ídolo, en un héroe, en un Mesías, llamado por la fuerza telúrica de la historia a romper la tradición de corrupciones y obscenidades en las cuales había caído el Estado y sus personeros. Elegido y reelegido después de la Constituyente, y vuelto a elegir en el 2006, por mas de 7 millones de votos, este monstruo, este paquidermo político, cuya oratoria convence hasta las piedras y a los mismos muertos, logra salvarse en Abril del 2002, del golpe de Estado y de la guarimba, impuesta y llevada a cabo por los sectores más recalcitrantes y poderosos de nuestro país. Aunque estaban coaligados los diferentes factores golpistas, conformados por la FAN, Fedecámaras, los trabajadores petroleros, las emisoras de radio y televisión y toda la godarria venezolana, no pudieron destruir el hilo democrático, ni torcer los designios divinos y las visiones trascendentales que Chávez ha avizorado para nuestra patria.
Fueron días dolorosos. Días de traición, de sangre, de duelo nacional, de conmoción interna que hicieron perder la cordura, la calma y la armonía del país, pero nada de eso prosperó. El referéndum constitucional convocado en uso de lo preescrito en el Artículo 78 de nuestra vigente Carta Magna, tampoco prosperó.
De esa recolección de firmas, salió la famosa lista Tascón, parecida a la Lista de Schindler, que tanto daño causó en la Alemania Nazi de los años 40. En la lista Tascón aparecía todo aquel ciudadano que había firmado contra Chávez. Fueron ciudadanos engañados, estafados por una oposición obsoleta, caduca, degenerada e ilegítima, que llevó a los firmantes como corderos ante el Ara Santa del sacrificio para abandonarlos e impedir la consolidación de la nueva República. Soy de opinión que la lista Tascón debe redimensionarse, actualizarse y en ella deben incluirse todos aquellos personajes corruptos, inescrupulosos y miserables que han depredado los recursos de la nación para usarlos en su propio beneficio o en el de sus familiares. Razón tenía el Che Guevara cuando dijo: “Muchos llevan la revolución en la boca para vivir de ella, pero otros la llevamos en el corazón, para morir por ella”.
Esa lista sólo sirvió para discriminar a muchos ciudadanos útiles que no necesariamente eran traidores de nuestro proceso, para excluirlos de una revolución, enaltecedora, creativa de un nuevo país y de una nueva época, signada por el progreso, por el crecimiento y desarrollo equilibrado de todos los factores de la vida nacional.
Los enemigos de Chávez, no pueden ser jamás una pequeña y minúscula cuerda de fantasmas que ahora enrollados en hacer oposición y obstrucción al presente gobierno, quieren sabotear e impedir nuestro progreso y oportunidad de bienestar. No. Ellos por fuerza de su propia entropía, se convirtieron en polvareda cósmica y ahora no le roncan en la cueva a nadie. Los verdaderos enemigos de Chávez son esa banda de alcalduchos, gobernadores, burócratas y oportunistas que han engañado al pueblo con falsas promesas y se han burlado de la buena fe del Presidente traicionando su lealtad y su visión de país. Esos mismos que se han enriquecido vorazmente y que nunca dieron la cara para solucionar nada. A ellos les basta una foto de Chávez detrás de sus escritorios para estar librados de todo mal y peligro. De esos demonios rojos de Seth, debe el Presidente librarse urgentemente, así recuperará legitimidad, credibilidad y transparencia necesarios para seguir exitosamente hacia adelante.
Los verdaderos enemigos de Chávez no están en la oposición, porque la oposición venezolana no existe, y nunca entendió que su papel fundamental recibido en las urnas electorales, no era el de destruir las ansias de ser de un pueblo, ni mucho menos la de dar golpes de Estado y desconocer la voluntad y vocación democrática del soberano. Los verdaderos enemigos de Chávez, están dentro del propio Gobierno. Son aquellos que han manipulado la responsabilidad que se les otorgó y han peculado el dinero y los recursos del Tesoro Nacional. Hecho este que se ve, que se hace autoevidente al comparar los ingresos de un funcionario público con su ostentosa vida, representada en grandes mansiones, haciendas, ganado, estrambóticos vehículos importados, que lucen sin ningún recato, sin ningún miedo al qué dirán, ni al juicio que entre dientes pudiera proferir un ciudadano común y corriente.
Los verdaderos enemigos de Chávez, son los omnipotentes amigotes y oportunistas, que prevalidos de su condición de ministros, presidentes de institutos autónomos, gobernadores, alcaldes, gestores y muchos otros ciudadanos, están medrando a la sombra del más hermoso y justiciero proceso revolucionario dado en país alguno, se han vuelto multimillonarios, traicionando la confianza del Comandante en Jefe y por mampuesto, la esperanza y la fe del pueblo venezolano. Sin embargo, después de vivir intensamente la Tres R, nosotros estamos seguros que ¡Venceremos!
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