Pena ajena


Me da profunda pena ajena, tener que decirle “no te puedo atender” a un compatriota cada vez que acude a la emergencia del Hospital Dr. Adolfo Pons de la ciudad de Maracaibo; uno más, de los pobres hospitales en crisis del IVSS.

No es posible que el venezolano carezca, a cinco años del gobierno revolucionario, de un hospital digno en donde acudir al enfermarse. No se justifica que ante tanto real que vemos repartir a diario para cualquier cosa, no se disponga de un céntimo para dotar a los hospitales.

En el caso de los centros hospitalarios que dependen del Seguro Social, no cabe ni siquiera la excusa en no asignar presupuesto bajo el argumento que el gobernador de turno se lo valla a chorear porque sea de la oposición. No, esa excusa no cabe aquí ya que estos centros se manejan a través de la administración descentralizada; es decir, los aportes vienen directos del Seguro Social al director del hospital a través de los llamados dozavos y no se puede decir que ellos, los directores, lo malgasten porque se supone que son funcionarios de confianza del gobierno; puestos allí, por cierto, al viejo estilo de la Cuarta República; es decir, nombrados en casas de partidos, en este caso, ya no en la casa de Copey ni en la casa de Acción Democrática, sino en la casa del MVR o sucedáneos.

Entonces ¿por qué tanta indolencia?

El Presidente en sus largas alocuciones a través del programa Aló Presidente, no dedica ni cinco minutos de ese maratónico programa al tema de la Seguridad Social y mucho menos a la crisis de los hospitales que mantiene en jaque, en un callejón sin salida, al venezolano que se le ocurra, por desgracia, enfermarse.

Este tema, es materia de Estado; contemplado en la Constitución de la República; establecido en el artículo 83 que dice textualmente: “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida”…

La salud en Venezuela es tan importante, como por ejemplo, la Misión Robinson, loable misión de enseñar a un compatriota a leer y a escribir; tan importante como la Misión Sucre que le da el derecho a todo venezolano a acceder a la universidad y tan importante como Barrio Adentro, programa este, que si no es sustentado con un adecuado nivel superior de salud, como lo es un hospital general, debidamente dotado para atender los casos médicos y quirúrgicos que sean remitidos de ese nivel primario, no tiene sentido.

Es importante que las autoridades sanitarias y en especial el Presidente de la República sepan que es criminal jugar con la salud del pueblo. Los médicos no podemos seguir siendo órganos de choque dando la cara por un gobierno irresponsable en materia de salud. Debe el gobierno saber y en especial Chávez, que a los médicos nos da miedo acudir a las guardias ante la posibilidad de la agresión física por parte de usuarios cuando se les tiene que decir, por ejemplo, al familiar de alguien herido por arma de fuego, llévatelo a otro centro hospitalario porque:
no hay un quirófano disponible
no hay aire acondicionado en el área
el ascensor se dañó
las máquinas de anestesia no sirven
no hay anestésicos
el material de sutura se agotó
no hay sangre
no hay mascarillas
no hay gorros, ni botas para el cirujano
no hay hojillas de bisturí
no hay campos quirúrgicos
no hay gasas
no hay inyectadoras
no hay monos para el cirujano
no hay guantes
¡no hay vida chico!

¡Que decepción con mí revolución!

Quienes me hayan hecho el honor de leerme en alguna ocasión a través de esta página sabrán que escuálido no soy, pero crítico del tema de salud, que ha sido muy mal manejado por esta administración, sí.

Es necesario decirle al Presidente, quien parece, por momentos, retozar con el nuevo empresariado que se está organizando en su entorno y a quien con frecuencia le habla de un modelo económico productivo en donde menciona como los únicos dos factores: la educación y el trabajo, que se equivoca. El círculo vicioso de la economía se abre y se cierra con la salud:

SALUD = TRABAJO = PRODUCCION = RIQUEZA = SALUD, en ese orden Presidente, en ese orden. Ya que sin salud, no hay vida y si no hay vida, no se trabaja y si no se trabaja, no se produce y si no se produce, no hay riqueza y si no hay riqueza no hay salud. No lo olvide… Mí Comandante.


(*)Médico




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Eliécer Alvarado(*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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