Hay razones de fondo suficientes que nos motivan a plantear nuestra posición respecto a las FARC-EP, y que, simplemente, pudiéramos resumir en el titulo de este artículo. Pues, es nuestra obligación como revolucionarios e internacionalistas expresar nuestras opiniones, por más duras o críticas que parezcan, pero siempre respetando las decisiones de su avanzada, y consciente de lo delicado del tema y sus repercusiones.
Por mucho que ésta guerra nos afecte (a Venezuela y Ecuador, especialmente) por desarrollarse cerca de nuestras fronteras; aunque compartamos las críticas al respecto, por los errados métodos de lucha empleados por la guerrilla para presionar al canje humanitario (-como el secuestro de civiles y la retención indefinida de prisioneros de guerra, militares-) especialmente, por ser consecuente con aquel principio que dice: "el fin no justifica los medios"; aunque este conflicto nos parezca eterno o peligroso para Venezuela, o nuestra posición reconocida de liderazgo regional no nos abroga el derecho de proponer rendiciones unilaterales a los pueblos en armas. Los revolucionarios nos sentimos solidarios con el drama que vive ese hermano pueblo colombiano (-que no se diferencia al drama que vive el pueblo palestino y el iraquí-), y ratificamos nuestra posición de colaborar, siempre, con la búsqueda de la paz con justicia.
Pudiéramos, también, pensar que la lucha guerrillera que encara esa organización popular se encuentra estancada o perdida (-cuestión que no lo creemos-). Pero no podemos imponer nuestras posiciones (nuestras formas de concebir las soluciones del conflicto) e ideas, sino, más bien, plantearlas para la reflexión y el debate. Cuba revolucionaria ha sido ejemplo de ello. Siempre ha cuidado de plantear sus ideas. Nunca escuchamos de Fidel sobre algunas exigencias para con algún movimiento guerrillero. Cada país posee condiciones muy particulares, que una opinión emitida por un líder del tamaño de Chávez, por muy positivista que parezca, podría mal interpretarse y producir un efecto contrario al esperado.
La canalla colombiana y venezolana apátrida y lacaya, aplaudió los comentarios del Presidente. El Departamento de Estado del Gobierno de los Estado Unido de Norteamericana (EUA) “saludo las sorprendentes palabras del Presidente Chávez”. Varios diarios (nacionales e internacionales) interpretaron las palabras del Comandante como “un reconocimiento de que la guerrilla estaba perdida” (ver el Nuevo País). Chávez lo sabe. Él es escuchado en el mundo, y también en las montañas de Colombia. Lo más grave, es que, estas posiciones podrían confundir a más de uno dentro de las mismas filas guerrilleras.
“Irreverencia en la discusión y fidelidad en la acción”…“indignación ante las injusticias que se cometen en cualquier parte del mundo”…“internacionalismo revolucionario”…“No creamos en el imperialismo, ni tantito así” eran palabras y lemas del Ché, y que rescatamos hoy en la celebración de sus 80 años. De estar vivo el Ché, seguro lo encontraríamos luchando en Colombia. El Ché Guevara vive en las montañas del hermano país y en el corazón de los rebeldes.
Desde nuestros espacios, debemos admitirlo, es difícil contar con las informaciones que maneja el Gobierno, pero creemos convincentemente que el Comandante Chávez se equivocó cuando en su programa dominical Aló Presidente Nº 312, dijo: "La guerra de guerrilla pasó a la historia". Sencillamente, porque esta afirmación niega, tajantemente, la historia, la realidad y las causas de la guerra en Colombia. Porque niega, también, la realidad y las causas de la lucha del pueblo palestino, iraquí y libanes. Y niega, por anticipado, nuestra posición de resistencia y de lucha ante una posible invasión norteamericana.
El presidente Chávez argumentó su posición diciendo que “las FARC-EP representaban el justificativo que necesita el imperialismo para intervenir en la guerra e instalar bases militares en el vecino país”. Pero esta argumentación, aunque parezca real, carece de su sentido. ¿Acaso necesita el imperialismo de serios justificativo para instalar bases militares en el mundo? ¿Como nos explicamos las bases militares instalada en Perú, Ecuador, la Triple Frontera (Paraguay), Curacao y en gran parte del mundo, especialmente en aquellos países en donde no existen riesgo de conflicto inminente? En invención de motivos o justificativos para intervenir a los pueblos del mundo, el imperialismo es maestro. Existan o no las FARC-EP el imperio estaría presente en Colombia, tal como lo estuvo con una misión de asesoría militar en Venezuela.
Dicen por allí que “es de humano errar”. Chávez, como ser humano, tiene todo el derecho de equivocarse. Más, nosotros, el deber de corregir una posición que, por su investidura, y por las posibles interpretaciones que podría dar el enemigo, se le está negada al Presidente. Es un grave error condenar al Comandante Chávez, o cuestionar su liderazgo regional por ésta equivocación -tal como algunos buenos camaradas lo han hecho. Lo cierto, es que, estas posiciones también le hacen el juego y gratifican doblemente al enemigo de la revolución.
Respetamos las decisiones de la dirigencia de esa organización, de su avanzada popular y de su pueblo para escoger el tipo y los métodos de lucha que crean conveniente. Nos reservamos, como revolucionarios, el derecho a criticar sus métodos y de contribuir, siempre, en abonar los caminos para la paz con justicia. Pero, son 50 años de lucha; miles de muertos y mucha sangre derramada. Existen más de 3 millones de desplazados, o mejor dicho, familias confiscadas de sus tierras. Son los marines norteamericanos, sus bases instaladas. Son los paramilitares; la para-política; la narco-para-política. Es la enorme miseria que vive ese pueblo; la inclemente explotación y represión, etc., etc., que justifican a la guerrilla.
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