Soy de los que criticó la visita; y las nuevas relaciones, de Uribe con el gobierno de Chávez; pero siempre me quedaba una duda; y son las benditas “razones d estado”, y dentro de esas razones pudieran estar una serie de puntos, en donde la imaginación vuela, tales son los casos de:
Razones de estado –de la visita- para impulsar la paz interna en Colombia, ya que ese conflicto interno se ha internacionalizado y afecta a sus vecinos y quizás el “vecino” más afectado sea Venezuela.
Razones de estado –para justificar la entrevista- para arrugarle la cara a Uribe y buscar un mecanismo binacional que devuelvan a Colombia o contribuya a identificarlos y meterlos preso, los paramilitares que están en Venezuela secuestrando, organizando mafias de sicarios, de trafico de drogas, del llamado contrabando de extracción; y de muchos de ellos que ya están en armonía con la derecha opositora y asesinan sin ton ni son a taxistas y demás transportista y secuestran y matan a las victimas cruelmente con fines de causar rubor publico y sensacionalismo para crear un estado de terror colectivo que justifique la represión y las medidas represivas extremas, ambiente este propiciatorio para la ultra derecha sino averigüen porque fueron re-electos o regresaron Bush y Berlusconi, respectivamente.
Razones de estado –motivo de la visita- para que el plan Colombia no afecte a Venezuela por intermedio de los millones de desplazados y refugiados de la hermana republica, desplazados estos que no nos pesan, pero que no se justifican, que también exportan la violencia neogranadina.
Por la entrevista conclusión de ambos mandatarios y por las preguntas de los periodistas, nada de esto se trato, el solo hecho de que Chávez dijera que el “problema interno de Colombia, es un problema de Colombia”, significa que renuncio a buscar la paz en la Nueva Granada, paz esta, que es asunto de seguridad nacional para los Venezolanos.
Por el contrario se trato temas, hasta personales, que no venían al caso, que “si tú me dijiste, que si yo te dije”, como para tratar de hacer verdad que se dijeron “cosas gruesas”, que ahora son irrelevantes.
Temas comerciales, entre ello la construcción de un ferrocarril, una cuestión que es para dentro de quince o veinte años; en total una agenda ideal y favorecedora para el inquilino del Palacio de Nariño que fue el gran ganador de esa entrevista.
No se descarta que nuestras fuerzas armadas sirvan para encajonar a la guerrilla Colombiana y así de hecho pasaríamos a formar parte, a titulo de “espontáneos”, del plan Colombia, patriota o victoria e integremos la gran farsa gringa que significa la lucha contra el narcotráfico cuando ellos son los grandes consumidores y compradores de droga, tal y como lo hacían los gobiernos puntofijista.
Quizás Uribe obtuvo más puntos políticos, para su segunda re-elección, en esta entrevista que con la liberación de Ingrid Betancourt.
Esta entrevista estuvo englobada dentro de una política de distensión, al estilo guerra fría. Una distensión es buena siempre, en condiciones normales; pero es que las relaciones de Colombia con todos su vecinos, incluido Brasil, no están en condiciones normales; son relaciones traumáticas producto de la injerencia de Bogota, por estar inmersa en una estrategia de la única superpotencia que busca recolonizar a América del Sur.
No se trata de buscar una guerra con Colombia; argumento no valido por cierto porque es Colombia quien busca la guerra; se trata de obligar a Colombia que resuelva su conflicto añejo interno, puesto que ese conflicto nos afecta directamente, dentro del marco del concierto de las naciones; y existen los mecanismos legales internacionales, como la OEA, el Grupo de Río y UNASUR, que es lo que esta haciendo, la hermana Republica del Ecuador.
franciscosierracorrakes@yahoo.com.ar