Formación ideológica y praxis (XVI)

A propósito del 14 de Julio. De la Toma de la Bastilla a la Directiva Retorno y al caso Obama

LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA TRAICIÓN AL PUEBLO

A doscientos nueve años del llamado inicio de la Revolución Francesa, cuando el pueblo oprimido francés se lanzó contra el principal símbolo de poder, la fortaleza de La Bastilla, donde la clase dominante francesa en decadencia recluía a los ciudadanos y ciudadanas opuestas a la monarquía, deberíamos recordar algunos acontecimientos y personalidades de esos años revolucionarios entre 1789 y 1799, así como otros 14 de julio en nuestra historia que contribuirán a la motivación para el necesario estudio de la historia como fuente importante y decisiva de la formación ideológica con que construimos la Revolución Bolivariana.

La revolución en la Francia del tránsito feudal al capitalista, como toda revolución social, es expresión del estallido de la formación socioeconómica imperante en ese momento histórico, cada vez menos dominada políticamente por el reducido grupo de señores feudales, poseedores de medios de producción (instrumentos, equipos de producción, materias primas) y de fuerza de trabajo (mano de obra campesina, artesanal, herrera, pesquera), quienes por interés o presión se habían subordinado y, por tanto, habían soportado económica y políticamente, a una cúpula oligárquica llamada monarquía, encabezada para ese momento francés, por el rey Luis XVI, su corte (clanes familiares, allegados y simpatizantes con poder económico agrupados todos bajo el nombre de los Borbones) y sus fuerzas militares de represión interna y también de defensa de sus dominios geográficos ante las agresiones externas provenientes de otras monarquías fronterizas o allende a los mares, donde los intereses de las clases dominantes explotadoras siempre alentaron, estimularon y basaron su poder en la expansión y la colonización (proceso de control político-económico total sobre otros grupos humanos) de territorios vecinos en casi todos los continentes, aunque con niveles y tipos diferentes de hegemonía (dirección y dominación) política según sus tradiciones, culturas y religiones.

El estallido revolucionario es la expresión de toda una acumulación fuerzas contradictorias que llegan a un nivel tal que la línea fronteriza entre los poderes o capacidades enfrentadas va perdiendo su delimitación, es decir, los poderes que propugnan la conservación del status y los poderes que aspiran a transformarlo van equilibrándose hasta que se puede apreciar cómo las fuerzas transformadoras van imponiéndose sobre las fuerzas conservadoras, o cómo las fuerzas del status en declive resisten a las transformaciones mediante artimañas y argucias demagógicas para prolongar su dominio.

En el caso de una revolución social, por las magnitudes de los acontecimientos que ella implica, todo su desenlace en cuanto a orientación de la dirección y sentido del proceso revolucionario esta subordinado a lo que las masas o multitudes, vinculadas a una u otra fuerza, decidan en cada fase del estallido revolucionario y del enfrentamiento social más o menos largo. Sin dudas, el sentido y dirección de esas decisiones están muy estrechamente vinculados al nivel de educación y experiencia o preparación práctica con que cuenta esa población humana para poder determinar y definir adecuadamente los problemas políticos-militares a vencer, con qué tipos de recursos debe contarse para vencer los problemas y decidir, por tanto, cuál de sus líderes puede encabezar a dichas masas.

En el caso de una revolución socialista, al tener como objetivo estratégico la construcción consciente de una nueva sociedad, donde el sustento de ella depende de sus condiciones de reproducción social, los problemas a resolver de la economía colectiva y social desempeñan un papel prioritario, y por ello, la educación económica y el componente formativo centrado en los proyectos de garantía de la reproducción social son tan decisivos para que las fuerzas revolucionarias venzan a las fuerzas antisocialistas. Estos macroproyectos son llamados -en la Revolución Bolivariana- las Misiones Sociales.

La Revolución Francesa es una de las primeras revoluciones sociales más estudiadas y más ejemplares para comprender el papel de la educación en general y de la educación política en particular de las masas o multitudes que tratan de ser captadas y coptadas por los líderes de una u otra fuerza en pugna. Cuando la burguesía alcanzó sus objetivos hegemónicos traicionó al pueblo que la llevó al poder y eliminó a sus componentes revolucionarios.



En todos los acontecimientos en que la monarquía francesa y su sociedad tomó parte, ocurridos con las pérdidas, entre1698 y 1748, de sus posesiones en norteamérica y el año 1797, cuando ejecutan al líder agrario francés socialista Babeuf y con él las últimas expresiones revolucionarias de las masas oprimidas francesas o también el año en que el Directorio (gobierno francés contrarrevolucionario) y Napoleón Bonaparte refuerzan aún más sus posesiones coloniales en la propia Europa, se pueden apreciar los giros y cambios en las decisiones de las masas, en su mayoría analfabetas, que apoyan a uno u otro líder, así como los métodos demagógicos y procedimientos desde incentivos hasta represivos empleados por los grupos dominantes en ascenso sobre su contrincantes para lograr el apoyo de las propias masas ignorantes a sus acciones y alcanzar sus objetivos.

Valga recordar que las generaciones nacidas en el entorno revolucionario de 1789 fueron las mismas, junto a sus padres, que nutrieron los ejércitos ocupacionistas y colonialistas de Napoleón Bonaparte, alejadas totalmente de los principios enarbolados en el llamado “Siglo de las Luces” francés, de la racionalidad, el culto a la ciencia y al respeto humano, porque –ante todo- esos principios y esas teorías fueron objeto del monopolio educacional y manipulación mediática de las clases dominantes francesas para afianzar su hegemonía sobre el resto de la sociedad.

Gracias a ello, la “Toma de la Bastillla” pudo ser transformada por la burguesía, de un acontecimiento revolucionario protagonizado por las masas, en su peldaño burgués para consolidar políticamente su ascenso en el poder económico. También, gracias al monopolio educacional y manipulación mediática, la burguesía francesa recién estrenada como fuerza dirigente hizo alianzas con el clero y disidentes de la vieja nobleza para crear el divisionismo entre los líderes de orientación popular o radicales, o propiciar asesinatos “pasionales” como hicieron contra el gran Marat y acabar con su influencia política y social.

Podría afirmarse que el término “Reinado de Terror” fue el eje principal de lo que hoy podríamos llamar “la primera campaña mediática” contrarrevolucionaria de la burguesía en su historia de lucha política. Con ella, cortaron la base de apoyo popular al Comité de Salvación Pública de la Revolución Francesa (gobierno francés entre julio de 1793 y julio de 1794), liderado por revolucionarios radicales como Marat (médico, filósofo y periodista), Robespierre (abogado), Danton (abogado) y Saint Just (abogado) y que fue creado por la llamada Convención Nacional, el tipo de asamblea nacional revolucionaria integrada por girondinos y jacobinos (las dos tendencias dentro de las fuerzas de cambio que también representaban sectores sociales diferentes), en la cual, vencieron democráticamente los jacobinos, y por tanto, fueron quienes lideraron dicho Comité.

El término “Reinado de Terror” impulsado por los girondinos, se basaba en las aplicaciones radicales de la justicia revolucionaria de los jacobinos. Por ello, resulta paradójico observar hasta qué punto fue de importante su impacto popular, a la luz de la historia, si se comprende profundamente la real repercusión revolucionaria de la “Declaración de los Derechos el Hombre y del Ciudadano” en la que toma parte y firma el “Incorruptible” Robespierre y que no fue del agrado ni del interés de los nacientes burgueses que sólo reconocían los derechos generados por la riqueza capitalista. En realidad, tal Declaración no causó en el momento ningún contrapeso de importancia en el desprestigio ocasionado por la campaña girondina contra los jacobinos.

Esas experiencias, luego de doscientos años deben volver a estudiarse cuando observamos supuestas campañas “antiterroristas” o campañas contra “la inseguridad pública” impulsadas por los históricos violadores de los derechos humanos y por los terroristas de Estado del imperialismo y la forma como “prenden” o calan en ciertos sectores sociales a través de campañas mediáticas, sea en otros países o en la propia América Latina. ¿No fue la llamada “Guerra de Baja Intensidad” organizada, promovida y financiada por EEUU la que permeó, penetró, convenció a las familias nicaragüenses y fue restándole apoyo al proyecto sandinista –no obstante sus importantes políticas públicas de corte social- hasta que el FSLN perdió las elecciones?.

Pues bien, hace 210 años atrás, ante el fracaso democrático, los girondinos y sus fuerzas de apoyo promovieron la campaña “Reinado de Terror” para la desestabilización social, al poseer el control económico, y en sólo un año fomentaron la desunión entre las fuerzas radicales, la discordia entre los líderes y hasta el asesinato de varios de ellos, algunos de los cuales, junto a decenas de miles de sus seguidores, fueron guillotinados luego de producirse la derrota jacobina en la Convención Nacional y cuando se implantó el verdadero terror de la burguesía contrarrevolucionaria que le abrió el camino al liderazgo colonizador e imperial de Napoleón Bonaparte y causante de la muerte de cientos de miles de personas, tanto francesas como de otras tierras.

NO CONFIAR EN EL IMPERIALISMO NI TANTITO ASÍ .

Hoy en el mundo, los pueblos o las masas y las multitudes tienen cada vez mejor identificados a los “napoleones” conquistadores y cada vez más tratarán de que, luego de derrocar los símbolos del opresor, se continúe profundizando la revolución social, construyendo primero las bases infraestructurales de las fuerzas productivas en tanto neutralizan con rigor, vigor y paciencia todos y cada uno de los pilares del poder donde la contrarrevolución y los capitalistas asienta su poderío, logrando así construir con todos los revolucionarios, con toda la población no formada políticamente y con todos los sectores económicos no opuestos a la revolución, la nueva estructura social o formación socioeconómica socialista.

Con el desenlace de los acontecimientos generados a partir de la “Toma de la Bastilla”, el 14 de julio de 1789, los pueblos del mundo pueden comprender que sólo pueden lograr sus objetivos emancipadores sólo si actúan como una masa compacta en torno a sus verdaderos líderes, con todos ellos y sus miembros estrechamente unidos, echando a un lado las discordias no estratégicas que siempre van a dirimirse y desaparecer en tanto se van alcanzando las metas sociales en forma planificada, organizada y coherente con las aspiraciones del pueblo, y contra las ambiciones y egoísmos capitalistas.

También con el desenlace de los hechos ocurridos en esos ocho años de revolución social francesa, a partir de 1789, y otras experiencias revolucionarias, los pueblos del mundo vienen reflexionando, como lo han hecho varios pueblos en procesos socialistas, y siempre recordando también esa frase del legendario y audaz Che Guevara de “no confiar en el imperialismo ni tantito así”, la cual fue expresada a los pueblos del mundo como experiencia de las consecuencias de desunión, de traición interna y de acciones imperiales externas que posibilitaron el asesinato del líder africano y congolés Patricio Lumumba y con él la derrota de las aspiraciones populares de la revolución congoleña frente a sus excolonizadores belgas y transnacionales francesas y estadounidenses.

Otro hecho del cual los pueblos deben extraer experiencias este 14 de julio, es el ocurrido en 1982 luego de una guerra colonialista de Gran Bretaña contra Argentina, cuando esta era gobernada por una Junta Militar golpista, la cual intenta recuperar las islas Malvinas históricamente argentinas. La Junta fracasa y pacta la rendición ante la Gran Bretaña el 14 de julio de 1982, quien al usar la fuerza militar desproporcionada provocó la muerte de más de seiscientos militares argentinos, muchos de ellos jóvenes, y cerca de trescientos británicos, en el intento de recuperar su territorio colonial ubicado a cientos de miles de kilómetros de sus costas. Tal objetivo sólo fue alcanzado por Gran Bretaña gracias al apoyo logístico y político del gobierno estadounidense de Ronald Reagan y favorecido por la desunión latinoamericana y el carente apoyo popular de la Junta Militar argentina.

Años después, en África, otro 14 de julio, pero de 1998, en la ya constituida República Democrática del Congo (RDC), y en medio de los festejos franceses y belgas por la fecha aniversaria, el líder de la RDC, Laurent Kabila, sintomáticamente destituyó por razones de seguridad de Estado a su Comandante en Jefe James Kabaré, al parecer de origen ruandés, lo cual fue el detonante de la sangrienta Segunda Guerra del Congo que terminó provocando la muerte de más de tres millones de personas, luego del millón ocasionado por la guerra entre hutus y tutsis en Ruanda en1994. Para nadie es un secreto que los intereses imperialistas, principalmente estadounidenses, belgas y franceses estuvieron detrás de esas guerras pues son esas potencias quienes extraen los mayores beneficios de ella y de los recursos estratégicos que extraen las transnacionales imperiales de esas zonas del oriente congolés y occidente ruandés, como el uranio y el coltán.

No obstante, hay que reconocer que el desenlace de los acontecimientos en ese 1998 congolés, con el llamado Acuerdo de Pretoria, entre la RDC y Ruanda con mediación de la Sudáfrica gobernada por Nelson Mandela y el apoyo de los gobiernos independientes de Angola, Mozambique, Namibia, Zimbabwe, Zambia, entre otros, marcaron una nueva pauta para el análisis de la correlación de fuerzas mundiales entre el capitalismo y el socialismo, que vendría a ser reafirmada en América Latina con la reanimación de la economía cubana y fortaleza de su revolución social y con la victoria, en diciembre de ese mismo año, del Comandante Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de Venezuela, con lo cual, y con los acontecimientos revolucionarios y socialistas ocurridos en la última década, también en Asia, con el avance de la República Popular China, la República Democrática de Corea y Viet Nam, los pueblos de los tres continentes antes colonizados por Europa, han mostrado al mundo que una nueva época está brotando de las entrañas de la tierra y de los pueblos, con las experiencias populares comenzadas a obtener a partir de aquella “Toma de la Bastilla” por el pueblo francés el 14 de julio de 1789 y enriquecidas por los rusos liderados por Lenin, ciento treinta años después, al tomar el Palacio de Invierno, rectificar los errores anteriores e iniciar una revolución social en Rusia que transformó al mundo, de manera tal, que bien se puede marcar allí el inicio de la muerte del sistema capitalista, al demostrar que las ideas socialistas podían llevarse a la práctica y hacerlas prevalecer por encima de las contingencias y de las resistencias capitalistas.


EXPRESIONES DE UNA REALIDAD INNEGABLE



Hoy, en esta batalla “hombre a hombre”, “mujer a mujer, como la ha definido el Comandante Chávez, resulta crucial la comprensión, en lo internacional, de todo lo que hace el ejecutivo estadounidense y sus secuaces europeos por enfrentar este momento tan complejo por el que transita el sistema imperialista.

La Directiva Retorno o la racista campaña de CNN “El Negro en las Américas” muy bien enmascarada contra el candidato estadounidense negro Barack Obama, pudieran ser dos herramientas que desde diferentes niveles de acción persiguen los mismos objetivos de hacer sobrevivir el sistema imperialista, sin que esto quiera decir que Obama no sea capitalista o no se proponga salvar “el liderazgo de EEUU”.

Ante una delicada coyuntura político-económica nacional y mundial para los gobernantes estadounidenses, caracterizada por una emergente potencia socialista como es China, en lo económico, político y militar, con poderosas alianzas en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai (OSCH), con países que juntos comprenden más del 60% de la población mundial, con un gran por ciento del PIB mundial y un poderoso arsenal nuclear, y un mundo del sur cada vez más fortalecido, a partir del crecimiento de los precios del petróleo y las políticas más eficaces de control de ganancias o utilidades para un importante grupo de países del sur, ante todo ello, repito, la elección presidencial de noviembre en Estados Unidos adquiere una mayor atención de su élite dominante, máxime cuando el candidato que “mayorea” las encuestas es un candidato negro, que habla de futura paz y que tiene el posible y necesario carisma para iniciar un destrabamiento de “las macoyas” y las “roscas” cupulares vinculadas al complejo petrolero y militar-industrial-espacial de los Estados Unidos que desde hace décadas están conduciendo a esa potencia a una nación de servicios basada en capital especulativo y en propiedades económicas alejadas geográficamente de sus nacionales, lo cual va creando un sentido de indiferencia en sus propietarios ante la realidad nacional.

Entonces, recordar a diario al público norteamericano que un afronorteameriano, “Negro en las Américas”, hijo de africano y también musulmán, con sus ancestros en el mundo esclavo (aunque sea mentira), pudiera ser el Presidente de los Estados Unidos, lejos de ser una bondad para votar por él, según la cultura del “american way of life”, trata de convertirse en un factor psicológico en la mentalidad del 78% de la población estadounidense electoral, que es blanca, para rechazarlo como Presidente. ¿Cómo un negro proveniente de los esclavos va a poder llegar a ser Presidente?, es la pregunta que esperan colocar en la mente e inducir una conducta de rechazo en el electorado.

¿Por qué no ponen en las imágenes que acompañan al spot de esa serie televisiva a Martin Luther King, a Malcom X, a Angela Davies o al propio Mike Tyson o a Jesse Jackson? ¿por qué CNN insiste en colocar imágenes de esclavos o de personas negras desconocida en el spot que transmiten varias veces al días? Razones inmorales tendrá CNN para hacerlo o razones de “seguridad nacional” impuestas por las agencias respectivas del gobierno imperial.

Por su parte, la inmoral Directiva Retorno, aprobada por la oligarquía europea representada en esa cúpula de la nobleza parlamentaria, persigue varios objetivos acoplados a sus intereses: desde buscar mayores oportunidades de trabajo para sus nacionales que han venido reduciendo sus niveles de vida drásticamente a causa del desigual desarrollo capitalista, hasta buscar que los emigrantes se mantengan en sus países, desestabilizándolos antes de ir a Europa a buscar trabajo y mejores condiciones de vida.

La inmoralidad de la Directiva Retorno proviene de que fue África, Asia y América Latina desde donde los europeos robaron las principales riquezas, sobre las que hoy asientan sus universidades, sus industrias de alta tecnología, sus grandes centros de esparcimiento, sus urbes, sus amplios medios de transporte, sus sistema de seguridad social y sus poderosas fuerzas armadas. Ha sido en África el laboratorio humano donde las transnacionales farmacéuticas han hecho pruebas de sus peligrosas o científicas vacunas o procedimientos médicos exploratorios. Es de África de donde las transnacionales surten de petróleo a un gran por ciento de países europeos. En fin, fue con el oro brasileño con que el reino de Portugal pagó su deuda externa a los países acreedores y con lo cual dinamizó la economía europea, y fue América Latina la que siglo tras siglo fue saqueada desde el río Bravo hasta la Patagonia para crear el excedente y la acumulación capitalista necesaria para la revolución industrial y los avances científicos del capitalismo. ¿Por qué se le pide moralidad o ética a los colonizadores asesinos si a ellos hay que guillotinarlos? podrían preguntarnos cualquiera de los hombres que firmaron aquella Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en la Francia de 1789.

Aunque la Directiva Retorno es una decisión legislativa “soberana” de Europa no por ello debe dejar de ser condenada, criticada y sometida a constante e intensa crítica. Es la ética. Basémonos en los propios Principios del Derecho Internacional aprobado también por los europeos desde 1945 a constituirse la ONU, en las Resoluciones de la Asamblea General de la ONU, de sus órganos especializados, y en la propia legislación nacional de aquellas naciones, que como la República Bolivariana de Venezuela, dan a los emigrados, residentes legales o aún sin legalizar, el trato humano, solidario y en libertad que merecen.

Cuando las élites dominantes del espectro mundial del imperialismo han cerrado filas con un carácter universal, es porque sienten profundamente amenazadas sus condiciones de dominación y enriquecimiento. No hay duda de ello. ¿Será que el imperialismo está siendo enfrentado eficazmente mediante la extensión de la educación a las grandes mayorías y el uso intenso de medios de comunicación alternativos y revolucionarios para contrarrestar las manipulaciones mediáticas imperiales? ¿No es esta última tarea la que recientemente acordaron los 118 miembros del Movimiento de Países No Alineados en la Cumbre de la isla Margarita en Venezuela?

Quien analice diaria y dialécticamente los acontecimientos mundiales, no deberá sorprenderse al apreciar las coincidencias esenciales en todo el accionar imperialista a nivel mundial, que encuentra su base ideológica en la conciencia de sus clases dominantes, en la forma de pensar y de actuar de las oligarquías y de sus grupos políticos que en determinado período toman el poder ejecutivo, legislativo o judicial, y que de una u otra forma llegan a establecer férreos controles sobre los medios comunicacionales que les garantizan el nivel de hegemonía necesario para navegar en el turbulento mundo de la transición del sistema capitalista al sistema socialista iniciado con la Revolución de Octubre en 1918, seguido desde 1949 en Asia con el “tifón” del “socialismo de mercado” chino, hoy concebido en cuatro fases de desarrollo, continuado en Nuestra América con la Revolución Cubana desde 1959 y expresado ahora, desde 1998, con este “huracán” andino-caribeño-amazónico llamado Revolución Bolivariana, la cual debemos defender hasta las últimas consecuencias.

wongmaestre@gmail.com



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Ernesto Wong Maestre


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