El comandante Chávez, recientemente, después de su viaje, parcialmente exitoso, sobretodo la parte de buscar armamento de defensa alternativo al imperialismo yanqui con los rusos, pero no la visita al Rey de España. En el programa alo presidente del pasado domingo, “descargó una furia ilegitima”, en contra de los partidos de la izquierda revolucionaria y socialista al tildarlos de lo peor y acusarlos indebidamente de divisionistas, desleales, no reconocerle el liderazgo, que no representan ni siquiera el 1% del electorado por lo tanto no aportan y en consecuencia su apoyo seria irrelevante, que son chantajistas y un sin fin de etcéteras que si no fuese por lo que esta en juego y por la madurez actual de la izquierda venezolana se hubiese ocasionado una ruptura con una respuesta en los mismos términos de agresiva.
Quizás esa respuesta de igual tonalidad era la que quería la derecha endógena, que esta en su entorno y es el verdadero “Chavismo sin Chávez”, porque ni son revolucionarios ni socialistas y utilizan a Chávez para escalar el poder, que por cierto lo tienen bastante “escalado”.
Se le respondió muy respetuosamente, reconociéndole su liderazgo pero siendo muy firme con lo estratégico y sobretodo con los principios del socialismo y la revolución en donde los personalismos son de segundo orden. Por eso José Albornoz del PPT y Ramón Figuera del PCV le dijeron que quiera o no quiera seguirán con el; y que el asunto de la alianza va mas allá de lo electoral, cuestiones estas que, repito, coloca por arriba el interés general a lo personalista. Y tan es así que ya se reconoció, dentro de la Alianza Patriótica, que en unos lugares iremos unidos y en otros no, en las elecciones del 23-N.
Y con respecto a la deslealtad de la cual acusó Chávez a los aliados, y hablo por el caso del Estado Bolívar, la candidatura de Manuel Arciniegas no obedece a una “soplada de oreja” de Albornoz o Figuera, sino a las irregularidades cometidas por Rangel Gómez y sus secuaces, en las elecciones internas, y en las legislativas ultimas del domingo pasado el asunto fue mas bochornoso, quienes controlan al PSUV como una franquicia propia. Manuel Arciniegas es un sentimiento natural de rechazo de las bases del PSUV y del chavismo todo y sobretodo del pueblo Guayanés, en general, ante el fracaso de las derechas tanto exógena –Rojas-Velásquez-, como endógena.