(Unasur)

Los latinoamericanos comienzan a unirse

La inmediata y mancomunada reacción política de la flamante Unasur es una
prueba que desde esta misma semana divide la Historia de América en un antes
de Unasur y después de ella.

Si queremos ser objetivos debemos evaluar aciertos y desaciertos. Nuestras
discrepancias con el Presidente Hugo Chávez no nos impiden reconocerle el
bien merecido crédito que se anotó con sus reiterados mensajes de unión
suramericana. Amparado en la bandera del Bolivarianismo ha logrado estimular
con mucho optimismo las alianzas de los gobiernos que hasta ayer eran
timoratos y se mantenían políticamente aislados.

Todavía recordamos con mucho asombro aquella travesía de la Flota Inglesa
que se dio el tupé de atravesar el Atlántico desde las costas británicas
hasta las islas Malvinas, con la tenebrosa encomienda de someter por la
fuerza a los ciudadanos argentinos que reclamaban su independencia insular.
Ningún país de Centro América ni de Sur América fue capaz de protestar
semejante abuso imperial, salvedad hecha de Cuba.

Los acuerdos internacionales de países atados al mando yanqui en
Centroamérica y Suramérica sólo habían conocido mancomuniones comerciales
tuteladas y jurídicamente establecidas a favor y alrededor de los
inversionistas transnacionales cuyos juicios solían ventilarse en los EE UU.
Los tribunales y leyes nacionales sólo eran aplicables a querellas menores e
intrascendentes. Una querella entre EE UU y Venezuela, por ejemplo,
resultaba completamente ajena para el resto de los países que ahora forman
Unasur.

Con las uniones políticas de muchos países centro y suramericanos los
gobiernos actuales han empezado a mejorar su autoestima. Y aunque todavía
esos países sigan siendo capitalistas, Unasur ya es un paso importante. Debe
tenerse claro que dentro del capitalismo su clase burguesa se subdivide en
tres toletes perfectamente diferenciables y hasta rivales entre sí: 1.- los
inversionistas que usan su capital para controlar los países enteros y
practicar políticamente el saqueo impune de nuestras riquezas. 2.- un grupo
de capitalistas dedicados al comercio del dinero de monedas fuertes e
internacionales. Así obtienen jugosas ganancias extrafábrica, al margen de
la contrata de asalariados de lo que se ocupa el tercer tolete. Los dos
primeros representan una especie de subclase burguesa dedicada
preferentemente al comercio del dinero internacional y al dominio imperial
de los gobiernos de los países débiles.

Por eso vemos con interés este brote de independencia política sureña e
internacional que nos traduce Unasur y que está yendo más allá de la
independencia individualista que hasta ahora nos mantenía aislados y
desunidos. Sólo nos unían los obsoletos lazos dejados por arcanos próceres y
por una religión y una lengua comunes que más han servido para aislarnos
en familia y someternos que para independizarnos frente al enemigo mayor.

marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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