Luego de varios meses, que la situación política del país pareciera haber alargado más allá de su duración normal, continúa mi búsqueda por hallar al distribuidor de la computadora galáctica que usó Raúl Reyes. Sus características, tan extraordinariamente particulares, me hacen suponer que son sólo fabricadas a pedidos de las FARC’s, puesto que nadie se atribuye su producción; tampoco empresa alguna afirma ser su distribuidor exclusivo. Esperaba que los estadounidenses, con esa descomunal red de espías, siguieran la ruta de envío, llegaran hasta el vendedor y anunciaran su nombre y ubicación.
Si en algo admiro a los gringos es por la creación de la “lógica sin-lógica”; extraordinario aporte al complejo pensamiento político –y me inquieta el por qué los filósofos de nuestro tiempo no les han reconocido los méritos–. Mientras que con la lógica simbólica podía obtenerse conclusiones sorprendentes a partir de premisas muy particulares, como por ejemplo: “Si Páez separó a Venezuela de la Gran Colombia y Chávez se niega a someterse al Imperio; entonces, él es el culpable de la debacle de Wall Street”. Con la “lógica sin-lógica” puede elevarse el pensamiento a niveles incomprensibles para los indios de Latinoamérica. Ejemplo: “Si Colombia es el mayor productor de cocaína en el mundo y los Estados Unidos los mayores consumidores del planeta; entonces, la causa de ambas premisas es el gobierno de Chávez”.
¿Cómo, entonces, con esta agudeza de pensamiento, no han podido encontrar el distribuidor, y a través de él, al fabricante? Presumo que, al igual que yo, millones de usuarios de computadoras personales desearían poseer un equipo configurado de manera tan excepcional: blindada, a prueba de bombardeos; disco duro de un terabyte, ¿de que otra manera podría haber almacenado tanta información? Dispositivos para comunicación satelital libre y conversión de la humedad de la selva en energía eléctrica para su alimentación; única explicación para que pudiera tener acceso a internet y mantenerse en servicio durante tanto tiempo. Con la producción en masa de esta computadora, podría solventarse el problema de liquidez que están mostrando algunos bancos del norte
Supuse que esta maravilla de la tecno-política moderna debería costar más de lo que yo devengo en un año como empleado, y deseaba encontrarme el sombrero de Mandrake, del cual podría sacar conejos y dólares. Como el sombrero no aparecía, estaba a punto de resignarme a continuar con la ya casi obsoleta pentium cuatro, cuando surgió otra de las maravillas modernas: el maletín de Harry Potter, manipulado muy hábilmente por el prestidigitador Guido Antonini. Me imaginé cuán orgulloso debió sentir su padre, quien durante la cuarta fuera presidente de CADAFE y mostrará esas mismas habilidades en el manejo de las finanzas de la empresa eléctrica.
Al momento reaccioné y supuse que también podría estarle amargando la idea de que su hijo fuese un traidor a la causa; ¡a su causa! Hasta no hace mucho tiempo, éste le había comentado, indiscretamente, a un periodista que “Chávez no duraría mucho tiempo en el poder” y ahora aparece involucrado en una operación con la cual habría contribuido a perpetuarlo en él. Tal vez la confusa emoción de estar ayudando a un “amigo” –pues afirma que hasta cartas le ha escrito; aunque no ha dicho si fue para matar el aburrimiento durante el juicio– no le permite comprender que con un amigo así, Chávez no necesita que los gringos lo adversen; ¿o tal vez la ingenuidad también la heredó? Porque al padre igualmente lo engañaron durante su gestión, con contratos que canceló y no los ejecutaron.
La primera vez que extrajeron dólares de este maletín afirmaron haber obtenido la nada despreciable cantidad de ochocientos mil; el mago introdujo la mano de nuevo y… ¡sorpresa! ¡Cuatro millones, doscientos mil! Cuando los espectadores del circo político creían agotada su capacidad de asombro, el mago mostró el fondo del maletín para que se aseguraran que no había nada dentro de él; lo colocó en el piso, pronunció las palabras mágicas (¡Chávez! ¡Chávez! ¡Chavecín! ¡Tú no te salvas de este maletín!), lo levantó y… ¡allí estaba una refinería! Ahora, yo que creía ser de mentalidad socialista estoy carcomido por el gusano capitalista del consumismo y deseo fervientemente adquirir una computadora galáctica y un maletín de Harry Potter.
¿Podrían
los gringos ayudarme a conseguirlos, antes de que decidan solicitar
y ejecutar la extradición de Chávez, acusado de financiar la integración
latinoamericana? ¿Acaso Chávez desconocía que los financiamientos
políticos son de la exclusividad estadounidense y sólo pueden ser
usados para la desintegración de nuestro sub continente? ¡Es una descomunal
“falta de ignorancia”! ¿Por qué Bush si sabía que todas las importaciones
de su país vienen del exterior? ¿No será que él también posee una
computadora galáctica que le da respuesta a todas sus interrogantes
y un maletín de Harry Potter con el que cubrirá el hueco fiscal de
su país?