Se acerca el final político del filósofo del Zulia

En una nota que escribimos a mediados de 2006 afirmamos que el futuro  político del filósofo maracucho se tornaba incierto. No tenía ninguna posibilidad de ganarle a Chávez; su partido no tenía más del 4% del electorado y seguía siendo una organización de carácter local; no contaba con un solo diputado en la Asamblea Nacional y para colmo de males, el
tener que dejar la gobernación le quitaba su principal fuente de ingresos.

La justicia venezolana, sin embargo, en uno de esos casos que no comenta la oposición, vino en auxilio del hombre que asegura que Montesquieu es anterior a Cristo. A Rosales se le permitió continuar siendo gobernador del Zulia, a pesar de abandonar el cargo para aspirar a la presidencia de la nación.

Poco importó que existiera un antecedente como el de Arias Cárdenas quien se vio obligado a renunciar a la gobernación para aspirar a la presidencia.

Cierto respiro tomó manuelito con la decisión que le permitía mantenerse como gobernador después de la paliza que le acomodó Chávez, pero igual continuó siendo oscuro su futuro político. Tratando de asegurar una fuente de recursos que le permita mantenerse en
la actividad política, Rosales se plantea echarle mano a la alcaldía de Maracaibo. Sin embargo, tiene dos grandes problemas que resolver: primero debe ganarle a Henry Ramírez, lo cual es cada día más difícil, y luego, de conseguir la victoria, tendrá que enfrentar una lluvia de procesos judiciales que habrán de venírsele encima, dada la corruptela y la
depravación que ha caracterizado la gestión del actual gobernador.

Manuelito necesita que ese personaje gris que carga a cuestas gane la gobernación, pues caso contrario tendrá que imitar a Alfredo Peña y darse a la fuga sin ni siquiera entregar el cargo. No basta con que gane la alcaldía, pues al futuro gobernador del Zulia no
le costará mucho trabajo encontrar elementos probatorios con los cuales enviar a la cárcel a Rosales, y éste lo sabe mejor que nadie.

Si a ello le sumamos que algunos dirigentes de la oposición como Ramos Allup, Julio Borges y Luis Ignacio Planas, ven con muy buenos ojos que Rosales les deje el camino libre en la dirección de la oposición, no hay duda de que existen grandes nubarrones en el futuro del filósofo. De hecho, uno de los que más disfruta de esa posibilidad es el efebo y
futuro desempleado Leopoldo López, quien viene a la chita callando ganando espacios en la dirección de un Nuevo Tiempo, a expensas de las limitaciones de manuelito.

En resumen, con Chávez interesado en borrarlo del mapa político; con Dimartino trabajando para demostrar que no miente cuando acusa a Rosales de ladrón, mafioso y criminal; con los líderes de la oposición haciéndose los locos para que lo saquen del medio y con los dirigentes de su propio partido aprovechándose de su desgracia no hay duda de que aún ganado la alcaldía de Maracaibo, manuelito tiene sus días contados.


arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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