Pensamos que el nuevo Proyecto de Presupuesto Nacional 2009, presentado por
el Ministro Rodríguez A., peca de ser potencialmente deficitario.
Recordemos que durante el trienio 205-208, los PNIG fueron marcadamente
excedentarios con subestimaciones del Ingreso Petrolero violatorias de la
Constitución.
Esas subestimas del precio del petróleo fueron tan alejadas del precio
potencial y efectivo que alcanzó la cesta nuestra que al Presidente
Chávez le permitió colocar bajo su "colchón personal", al margen e todo
práctica contralora nacional, hasta tres (3) veces el monto del PN
autorizado por la Asamblea Nacional en por lo menos uno de esos tres años
fiscales.
El argumento justificativo de esa violación presupuestaria fue la necesidad
estratégica de mostrarse conservador por la desconfianza en unos precios
internacionalmente ingobernables, no obstante que sus movimientos en la
bolsa comercial hacían pensar más en subas que en bajas.
Sorpresivamente, ahora que las piedras rodantes de la mediática
internacional auguran bajas considerables en las cotizaciones del precio del
petróleo, el Presidente Chávez se inclina por sobrestimaciones o
estimaciones más concordantes con el Ingreso Petrolero real de tendencias
rígidamente bajistas.
Eso no sería ni malo, porque de esa manera se estaría respetando el
mandato constitucional de ajustar los ingresos a las potencialidades más
cercanas a la verdad fiscal.
Sin embargo, pensamos que semejante giro en las proyecciones presupuestarias
nacionales obedecen a una nueva servilidad fiscal y económica de la presente
Administración Pública Nacional.
Pensamos que se hace para que, en caso de que finalmente los precios caigan
por debajo de 60 dólares, como es de esperarse, con un Presupuesto de Gasto
basado en 60 dólares, el déficit sobreviniente de esas bajas fiscales sea
cubierto con una mayor oferta de petróleo y a menor precio.
O sea, el viejo método del saqueo imperial energético: petróleo en
abundancia para exportar y a precios de gallina flaca.
Como vemos, de poco han servido nuestras observaciones tendentes a que se
reconozca y comparta que el petróleo no debe ajustar su precio al mercado,
que este energético, por el contrario debe venderse a precio alcistas y en
cantidades tendentemente bajistas, si queremos darle una larga vida para
satisfacción de nuestra propia economía y la de los consumidores del mundo.
marmac@cantv.net