Las “causas razonables” que llevaron a EEUU, --sólo o acompañado, con Mandato o no de la ONU--, a invadir naciones con su guerra preventiva, fueron precisamente estas mismas que hoy endilgan a empresas y gobiernos, por lo cual el estado venezolano y su pueblo las deben tener muy en cuenta y salirles al paso, protestándolas enérgicamente.
La locura guerrerista de la maquinaria bélica de Washington y el ansia de sangre-y-poder de la ultraderecha que acompaña a los Bush, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de no desaparecer del emporio industrial militar. Por ejemplo, podrían intentar iniciar unilateralmente otra agresión militar contra un país que; ampare a terroristas, que construya armas de destrucción masiva, que sea complaciente con el narcotráfico, promueva un régimen dictatorial y sea enemigo de los Estados Unidos. Este libreto de comedia ya es común a los oídos del mundo y de los venezolanos, de aquí la peligrosidad de tan descabellada y temeraria acusación contra Cavim.
La Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), fue creada por el Estado Venezolano según el Decreto Presidencial 883, de fecha 29 de abril de 1975, con el fin de atender el desarrollo de la Industria Militar. Pero, es ahora cuando orgullosos nos sentimos de los agigantados avances que ha dado la industria militar venezolana, sobretodo en tiempos de revolución. Hemos visto de cerca la creación de nuevos productos químicos para apoyar la agricultura, la mejora en la producción de explosivos de base hueca para la exploración y explotación petrolera, la creación de la pistola Zamorana, el revolver 3R, subametralladora Orinoco, material policial, y lanzacohétes. Igualmente, gozamos de mucha transferencia tecnológica desde nuevas alianzas estratégicas. Adicionalmente, en conjunción con iniciativas privadas se creó el vehículo Tiuna, aviones no tripulados, mantenimiento mayor de navíos y aviones de guerra, se construyen centros de entrenamiento de helicópteros, la fábrica de los AK-103, y lo más importante, el talento nacional ha comenzado a quedarse a trabajar en Venezuela. En fin, nuestra industria militar ha dado un salto cuántico gracias al apoyo decidido del gobierno nacional.
Pese a estos progresos, nuestras capacidades no han llegado aún, ni siquiera cerca por ahora, para crear nuevos sistemas de misiles balísticos, ni armas de destrucción masiva y mucho menos exportar esa tecnología a los países referidos por EEUU. La inteligencia industrial y militar del mundo conoce esto a ciencia cierta. Es por ello, que esta acusación contra Venezuela carece de lógica, seriedad y sentido común.
Consideramos entonces, que la acción aventurera de EEUU no es más que otra agresión contra nuestro gentilicio y dignidad. Bush y sus halcones quieren invadir a Venezuela, para robarle su riqueza energética, quieren chantajearnos y someternos. Pero, dichas pretensiones se estrellan contra venezolanos y venezolanas, que estamos decididos a ser libres, independientes y soberanos.
*Tcnel. Miembro Dir. Nac. Del Frente Cívico Militar Bolivariano
Editor de la revista Ámbito Cívico Militar
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