“Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarles a otros pueblos sus tierras, no son héroes sino criminales”
José Martí
Hemos seguido, por revolucionarios, la límpida actuación de Jesse Chacón dentro de la revolución y eso nos reivindica con la esperanza. Entendemos que a Jesse Chacón no le hace falta un panegírico, una jalada de bola, una alabanza sumisa, pero muy lejano de ser actores de esos dramas cipayos, no es imposible obviar una verdad que se ve ahí como un límpido horizonte.
Usted, hermano lector recorra el túnel de los años idos; de esos años por los cuales ha pasado este proceso revolucionario. Atisbe, sea un acucioso, indague entre las ranuras de esa cavidad y luego lance al espacio su mejor sonrisa, su mejor afecto a quien ha mantenido por casi diez años la dignidad que muchos perdieron en los primeros meses de este proyecto. ¿Cuántos de los que un día se llamaron revolucionarios, chavistas, camaradas, patriotas, “patria o muerte”, se han ido en pos de la traición que hace al hombre mediocre? “Un traidor es un hombre invisible”, escuchamos por ahí.
Nos imaginamos a Luis Miquilena, ese infeliz anciano ya en las horas finales de su existencia, perseguido por las macanas de un cangrejo ciclópeo, que lo amenaza a cada segundo de su vida, instándolo a la desaparición in situ de la faz de la tierra, porque quien llega a viejo engañando, traicionando, usurpando la confianza de un pueblo, es un infeliz, un pobre diablo, una lacra. Imaginémonos a ISMAEL GARCÍA, aturdido y despreciado por quienes un día lo escuchaban en sus atrabiliarias lucubraciones orales, donde no había sintaxis, sino pasión “bocaguá”. Pensemos en esa meretriz masculina en una esquina de equis calle tratando de convencer a los clientes del sexo vendiéndose por míseras moneda. ISMAEL GARCÍA es un cadáver, sabemos que los simpatizantes de Podemos no lo acompañarán en su precaria andanza; los votos de los queridos camaradas de Podemos serán para la revolución en la cual ellos han creído siempre. ISMAEL GARCÍA pasará a engrosar la lista de los DESPRECIADOS POLÍTICOS en Venezuela.
Muchos se han largado. Andan por ahí abrazados a los que un día llamaron enemigos políticos. No pudieron lograr la riqueza que da la corrupción y la mala praxis administrativa. Se unieron a los enemigos de los pobres a los que ofenden la vida, a los que habitan el reino de la ambición y la gula, económica, a los modernos vampiros que anhelan seguir metiendo sus colmillos en la garganta del soberano para extraerle la última gota de resistencia. Los Judas arderán en la pira del desprecio y se lamentarán de sus burdas equivocaciones hasta que el oxígeno se les corte en la garganta .Un traidor es un miserable. No debe mirar de frente a nadie, ni siquiera a su familia. Un TRAIDOR es un cobarde, un fetichista que no se atreve a desenmascarar sus problemas antes un psicólogo, si éste, el psicólogo no le ofrece antes una falda de canutillos y lentejuelas para poder sentirse “sobrecogido” en el diván.
Jesse Chacón, es un personaje casi tímido, como todos los grandes seres humanos, permanece ahí; en su base revolucionaria, trabajando en silencio pero con efectividad: es uno de los grandes obreros del proceso revolucionario. Lo sabemos los que lo hemos mirado en todos los lugares donde el Estado le ha dado trabajo. Jesse no hace alarde, pero es imposible que la gente no descubra su gran empeño en pro de la efectividad y la patria. Por eso Jesse es querido por todo el pueblo. Por eso será el Alcalde de Sucre. Desde ese lugar los habitantes del este que no anda en “rolroi”, sabrán porque éste hombre ha calado entre el gentilicio venezolano como uno de los grandes soldados de la revolución bolivariana.”Al final triunfarán los más identificados con el pueblo trabajador”
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