La muerte de Bolívar, una historia clínica

Los datos aportados por la descripción de Alejandro Próspero Reverend nos dicen que Simón Bolívar padecía de malestar general, voz débil y ronca, tos productiva con esputos verdosos, anorexia, irritación anímica con cara dolorosa permanente, calenturas (fiebre), nauseas, vómitos, pérdida de peso que llevó a la emaciación, palidez, debilidad y unos agites (que en el decir de las gentes de los pueblos rurales corresponde a convulsiones) que terminaban en el letargo por horas del Libertador.

Los antecedentes familiares demuestran una madre tosedora con hemoptisis (esputos con o de sangre), primo con el cual tenía contacto en su niñez tenía tisis (tuberculosis). Habitual guerrero, estadista en sus ratos de paz, contextura delgada, acentuada desde 1824 cuando enfermó gravemente (paludismo, fiebre cerebral, colitis febril por amibiasis, tifus exantemático, según varias versiones). En 1822 le dio fiebre terciana, visto por el Dr. Joly quien le dio un remedio arsenical como tratamiento. Luego de ello, reprochaba estar mal de los intestinos y fue después de la Batalla de Bomboná que desarrolló disentería.

Con un gran empeño de lograr la libertad de América y consolidar un bloque antihegemónico en virtud del desarrollo de un eje norteño con posibilidad cierta de desarrollo mayor que el resto del continente. No descansa y enfrenta en sus dos últimos años a la desunión y confrontación interna, incluso contra él mismo y su pareja. Es vapuleado por doquier con la carga de prohibición de entrada a su país natal, asesinato de su sublime y casi hijo Antonio de Sucre.

En Septiembre de 1830 acompañado de la noche es objeto de una intentona magnicida, de la cual escapa pero en camisón (pijama) salta al jardín y corre a campo traviesa hasta llegar a una quebrada a travesada por un puente, debajo del cual permanece hasta la mañana cuando ya estaba controlada la conjura.

El paciente en diciembre de1830 ha sido recluido en un domicilio y es asistido por Alejandro Próspero Reverend, quien lo asiste hasta su muerte el 17 de es mes. Le practica autopsia de la cual describe en forma somera lo siguiente:

cuerpo emaciado, marásmico, pálido, músculos con tono suficiente,
con tumefacción en la región sacra (estado previo a la úlcera de decúbito),
vasos cerebrales inyectados,
Sustancia gelatinosa parda en la superficie cerebral
líquido seroso rojizo en una capa de las meninges, en la duramadre
la pleura, membrana externa de los pulmones, pegada a la parrilla costal en su zona superior y posterior,
dos tercios superiores de ambos pulmones endurecidos,
desorganizados al corte,
con salida de abundante líquido color de “las heces del vino” mayor del pulmón derecho,
este líquido se acompañó de la salida de nódulos o tubérculos de diferentes tamaño,
del lado derecho uno era del tamaño “de una avellana pequeña”, calcáreo, éste fue conservado por el patólogo y a su vez en 1874 fue donado al presidente de Venezuela de la época, Guzmán Blanco, hoy exhibido en la Sala Bolívar del Museo Bolivariano en Caracas según narra J. Mier Hofman,
hígado aumentado de tamaño al igual que la vesícula, el hígado escoriado en su cara convexa,
estómago e intestinos aumentados por dilatación, el primero con un líquido amarillento, los segundos meteorizados
No describieron otras zonas u órganos
Resumen: paciente desnutrido con lesiones cerebrales, pulmonares, pericárdicas, hepatobiliares y con distensión de estómago y de intestinos.

El propio Reverend afirma que el “catarro pulmonar” agudo no cuidado y su depresión, condicionaron el progreso de la enfermedad a un mal más incontrolable y no dudó el patólogo en afirmar tuberculosis pulmonar como diagnóstico final.

La tuberculosis se adquiere en la infancia y se resiste el cuerpo a padecerla, por lo cual la encapsula e incluso calcifica las lesiones nodulares. Aparece de de nuevo en cualquier momento de bajar las defensas, que son los glóbulos blancos bajos, desnutrición o enfermedad grave.

El paciente de Reverend tenía delgadez, marasmo, palidez, o sea, anemia y los glóbulos rojos comparten con los blancos en su origen en la médula o sea tenía las defensas bajas. La causa de este desarrollo final de Bolívar no la sabemos, lo que sabemos es el final: tuberculosis.

El episodio referido de un tratamiento para una fiebre terciana con arsenical, ha dado pie a pensar a algunas personas el desarrollo de sífilis por cuanto los arsenicales orgánicos eran descritos como tratamiento antiluético (antisifilítico). Pero no se describe las diarreas que tuviera Bolívar, tampoco se describen las uñas, ni que tuviera úlceras en la boca ni en los intestinos. En cambio si se describe el crecimiento del hígado y dilatación del estómago y los intestinos. Queda inconclusa estas afirmaciones.

Pero dada la descripción podemos decir que Simón tenía:

Síndrome de desgaste corporal
Desnutrición (?)
Anemia (?)
Tuberculosis cerebral y pulmonar
Pericarditis serosa
Hepatopatía aguda con escoriación en su cara convexa
Colecistopatía aguda
Dilatación de estómago y de intestinos de origen no descrito
Intoxicación por arsénico (?)

eliorios@hotmail.com


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Elio Ríos


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