Estamos convencidos
de que se puede lograr la unificación y el voto mayoritario del pueblo
venezolano en torno a la enmienda del artículo 230 de la Constitución
en base a los siguientes principios:
- Debemos hacer reuniones con las comunidades de todas las parroquias populares de Caracas y en todo el país, para informarles a los compatriotas que es la Enmienda y las razones y bondades de la misma. Tenemos que crear centros donde los miembros de las comunidades puedan reunirse para estudiar literatura y ciencia socialista; particularmente todo lo que se refiere a problemas económicos y sociales, relacionados más especialmente con sus condiciones de vida y su bienestar.
- La unificación en cada municipio de todos los ciudadanos en base a la democracia socialista. Que la lucha ideológica entre el pueblo se conduzca de manera libre y fraternal, organizar operativos casa por casa, respetando estrictamente la forma de pensar de cada ciudadano; pero hacerle participe de las bondades de la enmienda y sus beneficios.
- Implementar clases magistrales de ideología socialista en todas las comunidades y comunas. La preparación inmediata de congresos de todas las corrientes revolucionarias y consejos comunales, con la participación activa de sus representantes, donde se les debe facilitar la logística y emolumentos necesarios para el desempeño de tales menesteres, es decir, con una discusión seria y un compromiso unitario sin restricciones, sobre las tareas que debemos seguir y sus métodos de lucha.
Cada uno de
los compatriotas se creerá agobiado en un determinado momento en sus
posibilidades políticas, para avanzar contra la poderosa oposición
que le hacen los enemigos a la Enmienda de la Constitución tales como:
las condiciones mediáticas internas y externas, la presión política
internacional y, las nuevas corrientes que estas generan entre y contra
el pueblo.
La mentira
está determinada socialmente. Refleja las contradicciones entre nosotros.
Se hace necesario siempre que hay que ocultar, suavizar o pulir una
contradicción. Allí donde las contradicciones sociales tienen una
larga historia la mentira asume un carácter equilibrado, tradicional
y contestable.
Sin embargo
en una época como la actual, cuando las luchas entre las clases se
han exacerbado como nunca, la mentira adquiere un carácter turbulento,
tenso y explosivo. Además, ahora la mentira tiene a su disposición
todos los medios de comunicación del imperialismo, y los de la oligarquía
fascista, oposicionista. En ese coro nacional e internacional de mentiras
que están a la vanguardia, contra el Presidente Chávez, contra el
Proyecto Socialista Bolivariano y contra el Gobierno y Pueblo Revolucionario.
Las cínicas
mentiras de estos medios oposicionistas cambian día tras día, reflejando
las distintas etapas de su encumbramiento. Las sucesivas capas de mentiras
provocan un caos y una ira extraordinaria en las mentes de los revolucionarios.
Ayer los medios de comunicación opositores dijeron algo distinto
que antes de ayer, y hoy dicen algo diferente que ayer. El pueblo, al
leer, oír, las diferentes mentiras sobre la Enmienda, descubre a cada
momento el mismo medio expreso en cortos intervalos, opiniones completamente
opuestas sobre el mismo tema, no sólo acerca de cuestiones teóricas
sino también sobre hechos concretos. En otras palabras, que mienten
descaradamente de acuerdo a las variables necesidades del momento.
Por eso se
hace acuciante la necesidad de reacondicionar las mentiras, reconciliar
las falsificaciones y codificar las fraudulentas informaciones a través
de los medios de comunicación del Estado. Para refutar las principales
falsificaciones que se emiten cada día por los distintos medios de
la oposición tanto nacionales, como internacionales. Los medios de
comunicación del Estado deben abocarse directamente a enfrentar y rebatir,
todas las falacias y ataques promovidos por los medios de desinformación
oposicionistas. No es tiempo de andarse por las ramas, hay que enfrentarlos
por todo el cañón, ya basta de peliculitas y novelitas baratas y de
programas color de rosa.
Señor Ministro
del MINCI, señores presidentes de los medios del Estado, es urgente
el regreso del programa la Hojilla, con el camarada Mario Silva al frente,
lo más pronto posible; señores, implementen una programación que
ataque frontalmente todas las manipulaciones de los medios opositores.
Trataremos de darles a los distintos medios y entes una idea de la amplitud
de la falsificación tomando sólo un ejemplo (pero que es el más claro):
el problema de la legitimad de la enmienda.
Los pequeños
rateros de la política creen que un gran problema se puede resolver
con charlatanería barata, con astucia, intrigas ocultas o engañando
al pueblo. Esos rateros pululan en las filas de la oposición. Sin embargo,
yo creo que sólo un pueblo que conoce la verdad podrá resolver los
problemas sociales y políticos. Tenemos que prepararnos para el futuro,
y la política revolucionaria es una política a largo alcance.
El proyecto
revolucionario nos exige una entrega total y completa. Que los filisteos
sigan buscando su individualidad en el vacío para enfrentar a Chávez;
la Revolución ya tiene su individualidad, para un revolucionario darse
por completo al Proyecto significa encontrarse.
Sí, nuestro
Proyecto socialista nos toma por entero. Pero en compensación nos da
la mayor de las felicidades, la conciencia de participar en la construcción
de un futuro mejor, de llevar sobre nuestras espaldas una partícula
del destino, del futuro de nuestra Patria y de no vivir en vano.
La fidelidad
a la causa de nuestro Proyecto nos exige la mayor devoción. Con el
esfuerzo de todos corregiremos los errores; se pueden infiltrar en sus
filas elementos traidores y contrarrevolucionarios. Con el esfuerzo
común los eliminaremos. Pero nunca podemos olvidar que nuestra individualidad
¡Chávez!, es ahora la mayor palanca de la historia. Alejados de esta
palanca, cada uno de nosotros no somos nada. Con esta palanca al frente
de la Revolución, somos todo.
Los revolucionarios
no somos unos políticos como los demás. No en vano la reacción fascista-imperialista
nos acosa y persigue furiosamente. El país que queremos ver es un país
libre de la virulencia, de las hostilidades de grupo y capaz de realizar
la felicidad para todos mediante la cooperación, en lugar de mediante
la lucha interna. El país necesita mentes y corazones abiertos, y estos
no pueden derivarse de rígidos sistemas, ya sean viejos o nuevos.
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!