“Lo que es
el del cura va para la iglesia”; una acertiva expresión del
sentir popular venezolano que encaja en lo que sabemos de alguien, hasta
que lo demuestra en los hechos, violando descaradamente sus propias
palabras, eso ha sido y es lo que ha hecho y dicho tal semejante y siniestro
personaje de la “política” venezolana, derivada de los ejemplos
de la cuarta república; no es para menos que afirmamos de manera fehaciente
tan claro signo de actuación pública que compromete a quien bajo su
propio signo delata las intenciones ulteriores en un cargo público,
más aún, cuando es de elección popular.
Veamos porque
decimos lo anterior: la Alcaldía Metropolitana por decirlo de alguna
manera, ha sido consecuentemente gobernada de manera irresponsable,
en un halo de pava o mala suerte cuyo sobrepeso carga este espacio de
gobierno que al sacar las cuentas, resultan desaprobados, todos y cada
uno de los Alcaldes de la denominada Alcaldía Mayor, que en final de
cuentas, no termina de alcanzar la madurez para calificarla entonces
de menor configuración para resolver.
Es el caso
que el señor Ledesma, alcanzó el triunfo en dicha entidad gracias
al voto masivo de la gente del este de la ciudad, llamados en su gran
mayoría, “disociados orgánicos”, por su inclinación en este caso
particular a votar por quien no deberían votar, si examinamos su hoja
de servicios públicos; es decir la vinculación entre la irracionalidad
y la rabia contra el presidente los llevan a votar hasta por el mismo
diablo que viste y calza, además dicho ascenso al cargo se da en circunstancias
de malas gestiones en la propia Alcaldía Metropolitana y del Municipio
Sucre del Estado Miranda; amen, de la abstención en ciertos sectores
populares cuya asistencia a los centros de votación les ha resultado
impropia para ejercer dicho derecho constitucional.
Ahora bien,
la Secretaría de Educación presidida por el profesor y abogado Néstor
Rivero , no voto a uno solo de los contratados que venían laborando
desde el ejercicio de Alfredo Peña; sino que reingresó a una cantidad
importante que habían sido despedidos arbitrariamente por el Alcalde
Peña; en contraste a dicho ejemplo de solidaridad social, el actual
Alcalde Alfredo Ledesma, luego de vociferar en su oficina alterna de
Globovisión que no votaría a nadie, ha dado una vez más, una demostración
de insolvencia política y majadería en el poder, al no renovar contrato
a más del 90% del personal contratado, que en gran cantidad tenían
más de tres años en dicha situación; lo curioso y dramático si se
quiere de todo esto, que más del 80% de los despedidos, por una causa
u otra, votaron en contra de Aristóbulo; es decir le aplicaron una
medicina que en sus mentes no les habían diagnósticado.
Esa es la triste
realidad de lo que avisoramos, va a ser una gestión desconectada del
sentir social, allí están los Consejos Comunales que hacen vida en
las Escuelas Distritales, preocupados por el probable rompimiento de
la relación entre la Alcaldía y el ejercicio de las comunidades, que
conjuntamente con las autoridades de cada escuela y en articulación
con la Secretaría de Educación adelantaron un programa de resguardo
y mejora en cada una de ellas, incentivaron la instalación de cocinas
y comedores y contribuyeron mancomunadamente a embellecer y reparar
las instalaciones.
Se les ve la costura, aunque cambien de postura, nuestro llamado a estar alertas es desde ahora, porque en dos años y seguro va a ser de esta manera, estaremos convocando el revocatorio de rigor, no como acto político únicamente, sino para el rescate de la institucionalidad en función de las comunidades y de una gestión que ya vemos con elevados signos mediáticos y de corte excluyente, así son y así los sacaremos.