Este rrrééégimen que cumple 10 años en el poder en Venezuela ha realizado más consultas electorales que las que se realizaron durante cuarenta años en la cuarta república; sin embargo, no deja de ser un régimen autoritario, despótico y con visos de dictadura.
A menos de tres meses, de las últimas elecciones generales, se ha propuesto y se realizará una consulta referendaria para la Enmienda de la Constitución, si se aprueba por mayoría en elecciones, como inevitablemente ocurrirá, quedará demostrado una vez más la capacidad de este rrrrééégimen de autorenovarse; si la decisión de la mayoría reprueba la enmienda, cosa poco probable, diremos que el milagro de los estudiantes manos blancas funcionó, que la unidad de la oposición permitió el triunfo, que el papel de los medios fue fundamental, cualquier explicación que no deje ver que es la verdadera voluntad popular la que decide en Venezuela.
En la cuarta república la figura presidencial, adeca o copeyana, era intocable, no olvidemos como fue hecho preso un astrólogo que se atrevió a pronosticar la muerte del Presidente; en este rrrééégimen todos podemos expresar los que pensamos de nuestros gobernantes, llegando hasta el insulto, las ofensas, la falta de respeto, claro todo ello producto de la valentía de quienes desde la disidencia se atreven a alzar su voz y con la ayuda de los medios, que milagrosamente aún sobreviven.
En este rrrééégimen se aspira consultar para todo a la gente y lo que es peor se respeta la voluntad popular, despilfarrando ingentes cantidades de dinero que se podrían destinar a aumentar a 20.000 dólares la cota anual de quienes tenemos la vital necesidad de visitar regularmente el primer mundo u otorgarlos como subsidio para quienes en la clase media poseemos más de tres vehículos podamos cancelar el pago de las pólizas de seguro que se han vuelto costosísimas, consecuencia de los desmanes del rrrééégimen.
Este rrrééégimen lucha incasablemente por acabar con la desigualdad y ha emprendido políticas sociales que pone en peligro el status de vida de la clase media que actualmente no puede cambiar de carro todos los años, las listas en los concesionarios son interminables, no encuentra mano de obra barata, casi esclava, porque la mayoría ahora estudia, se incorporó a cooperativas o sencillamente se niegan a someterse a las imposiciones del patrono.
Este rrrééégimen no permite que cerremos autopistas, calles y vías públicas cuantas veces nos venga en gana, alegando un supuesto derecho de las mayorías al libre tránsito; niegan y hasta criminalizan el derecho de nuestros estudiantes a prenderle fuego al Ávila, en nombre de unos supuestos derechos ecológicos y de un supuesto derecho de todos los caraqueños a disfrutar de éste.
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