No pude ver, en todo su esplendor, la faraónica toma de posesión del Rey Obama. ¡Y pensar que critiqué a la de Carlos Andrés Pérez, en 1989! Aquella "coronación", como la llamaron, se quedó pálida con el derroche del bonche gringo.
Me bastó ver unos minutos las transmisiones de CNN, para ratificar la idea de que nada va a cambiar en Estados Unidos, de que Bush dejó a un digno sucesor de su desastre…
Un espectáculo de lo más hollywoodense, vaudeville (o bodevil) incluido, presagia que aquello será un "pijama party" permanente...
Asqueada por los acontecimientos de Gaza, por la masacre de más de mil palestinos, mi asombro llegó al colmo cuando una venezolana fue entrevistada por CNN, y ella feliz afirmaba a través de su laptop y su web cam, que adquirió la nacionalidad norteamericana sólo para votar por Obama. Pero además la señora afirmó que "CNN une a la gente"...
Mientras tanto, la pareja presidencial gastaba zapatos y energías en bailes. Cambios de trajes y de corbatas...¿Qué essseeessoooo?...¡Qué parodia ridícula al módico costo de 150 millones de dólares, en un país con la peor crisis económica desde aquellos años locos, o verdes, de 1921!. Con los mercados en fuerte baja y un pesimismo creciente, este ahora bailarín negro de la Casa Blanca acusa a Venezuela de "exportar terrorismo". ¡Qué cinismo, señor Obama!. El alto al fuego en Gaza se produjo precisamente para no restarle rating a su ridículo vaudeville, sólo le faltó bailar tap...
Luego el incomprensible saludo a los criminales que siguen en Afganistán, y aquella trivialidad de preguntas sobre béisbol...Cuidado con la fascinación mediática, pueblo norteamericano. Acaso el desastre de Bush no termine con la conclusión de su mandato. Cuidado y aún no hemos asistido a lo peor en esta reciente historia norteamericana…
Esperemos que el gran bailarín no comience pisarle los cayos al pueblo que le apoyó...
luisana.colomine@gmail.com