Enmienda y Nación: una sola Circunscripción

Una de las notas más sobresalientes de la Revolución Bolivariana venezolana, en su originalidad robinsoniana de Democracia Participativa y Protagónica, la constituye su permanente dinámica pedagógica. Por eso desde 1999, en la diversidad social y económica venezolana, cada día transcurrido es una jornada de aprendizaje que progresa, grado a grado, desde los valores del individualismo, el egoísmo y la insolidaridad propios del capitalismo, hacia paradigmas sociales y culturales basados en la igualdad, el interés y el deber colectivos. Se dice y se escribe fácil, pero es imposible olvidar que hablamos de más de 500 años de historia de mercantilismo, explotación y exclusión. Por eso, todavía sumergidos en una estructura económica capitalista de contravalores consumistas, constatamos que el debate comunitario y la acción sociopolítica diaria desplegada en la superestructura o sobrestructura ideológica, la creación de “focos” de propiedad social o comunitaria que socializan la plusvalía creada por el Trabajo humano de los venezolanos, evitando su enajenación y privatización , constituyen entre otros haceres y saberes, una escuela cotidiana para enfilarnos hacia una sociedad que conquiste para las mayorías el precepto bolivariano y socialista de “la mayor suma de felicidad posible”.

Parece irónico reconocerlo, pero ese aprendizaje colectivo ha incorporado, al menos en apariencia, a

la árida oposición venezolana. (Las apariencias son las únicas que no engañan señalaría lúcidamente Oscar Wilde). Un ejemplo notable lo constituye su ardiente(a veces pirotécnica) participación por el No en el proceso de Enmienda Constitucional. Todos recordamos su oposición de hecho y de derecho a la Constitución desde el propio Referendo aprobatorio de 1999, pasando por conspiraciones, acciones y desafueros contra el Gobierno y Constitución Bolivariana. Esa es una historia irrevocable. Sin embargo, esos erráticos ciudadanos, gracias a las lecciones pedagógicas del líder y del pueblo bolivariano, se declaran actualmente, con la exaltación radical de los conversos, en defensores unánimes de la Constitución.(Cosas veredes, Sancho)

Ahora, con el inminente triunfo del Sí el 15 de febrero de 2009, enmendando los artículos que determinan los derechos de postulación, recibirá la oposición una nueva lección que podríamos resumir, para decirlo con palabras del Constituyente en la Exposición de Motivos de la Constitución de 1999, en “entender que el ejercicio de la Soberanía por parte del pueblo…se convierte en herramienta indispensable del protagonismo popular, desterrando el sistema de cónclaves que decidían el futuro del país a espaldas de la Sociedad”. Obviamente el texto alude a la novísima participación del Poder Soberano del Pueblo expresado en el voto refrendario, para enmendar o reformar la Constitución, protagonismo originario y contrario a los cenáculos puntofijistas que lo ignoraban y excluían el Poder Popular.

Otra lección aún deberá aprender la oposición: la de que el espacio por excelencia del ejercicio de la Soberanía es el ámbito nacional, el país, la Nación. Porque los códigos políticos opositores influidos por un falso federalismo que tiende a la feudalización partidista del país, rozando en ocasiones con el secesionismo, avanzan a contramarcha de los Principios Fundamentales de Unidad y Soberanía Nacional. La lección es válida también para nosotros, los bolivarianos y para otros aliados ; porque más allá de la saludable emulación entre regiones, estados, municipios y parroquias por obtener en el Referendo la mayor votación afirmativa posible, no hay espacio para la rivalidad o la diáspora, y el voto de cada ciudadano en cualquier ciudad, pueblo o caserío venezolano tiene el mismo valor ontológico y político y se suma a un solo resultado, en una sola circunscripción nacional: la República Bolivariana de Venezuela.

Ese sentido de integridad nacional acentuado por un Referendo de Enmienda que permitirá la postulación, entre otros, del líder bolivariano presidente Hugo Chávez, debe generar compensaciones bolivarianas interterritoriales en las fases financieras, propagandísticas, logísticas y de movilización de la Campaña y en la defensa del voto electoral de los diversos Comandos Simón Bolívar, promoviendo con criterios sinérgicos la colaboración entre ellos, e impulsando a los comandos más estructurados a enviar y facilitar recursos materiales y humanos a las organizaciones más rezagadas. El resultado nos compete y nos atañe a todos por igual. El triunfo requiere la suma de todos. La victoria tendrá esta vez, de manera obligada, millones de padres, en una sola geografía, una sola Nación, una sola Circunscripción.

ejimeno1@yahoo.es


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