Indiscutiblemente que Venezuela cuenta con una de las peores oposiciones que puedan haber; aparte de ser derechista, cosa que es bastante mala porque una oposición debe ser de izquierda y mientras mas radical mejor; se quedó desfasada viviendo los años 80, en la era de Ronald Reagan, Margareth Tatcher y Juan Pablo II, cuando trae como argumento de oro o bateador designado estrella de ultima hora, para intentar remontar la cuesta del referéndum por la enmienda del próximo 15-F, al fracasado política y sindicalmente, dirigente Polaco Lech Wallessa.
Lech Wallessa tuvo su tiempo y su momento histórico en los 80 y principios de los 90, cuando llegó a ser Presidente de esa país del este Europeo y de raza Eslava, pero producto de ser un agente de la CIA y producto de su compromiso con los yanquis implemento un “paquetazo de shock” de corte neoliberal, cual era la onda gringa de entonces y al estilo de CAP en Venezuela; y fue tan grande el chillido del pueblo polaco que luego, al terminar su mandato, se lanzó a la re-elección y la perdió, pero por una paliza descomunal que no logró sacar ni siquiera el 4% del electorado eslavo; y luego, se volvió a lanzar en la subsiguiente elección, y no alcanzo ni siquiera el 1% de los votos; es decir, estamos hablando de un fracasado dirigente político y social, que ya es historia vieja, en su propia tierra natal.
Tanto fue el fracaso de Walessa y su nefasto régimen neoliberal, que el partido comunista polaco, con otro nombre y remozado, recuperó el poder y volvió al ejecutivo y su mentor político, el Papa Juan Pablo II, a partir de allí, empezó hablar del “Capitalismo Salvaje”, para referirse al neoliberalismo, impuesto por los gringos, a través del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, a los pueblos del mundo, incluido al suyo, su Polonia natal.
Walessa, es tan recordado por la nostálgica derecha venezolana, porque en la década de los 80, década en la cual el capitalismo ganó la guerra fría y derrotó una desviación burocrática, estática y conservadora del socialismo; y el influyó mucho para derrocar al comunismo en Polonia, y su fama trascendió porque era un líder sindical, precisamente el sector al que supuestamente el socialismo burocrático soviético reivindicaría.
Pero Walessa, es el peor ejemplo para hablarnos de la no re-elección y para hablarnos de justicia social porque el representa todo lo contrario a eso; a menos que seamos cual orquesta del Titanic, a pesar que el neoliberalismo se esta hundiendo, hacemos caso omiso y seguimos bailando y nos quedamos en los 80, como la derecha criolla.
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