Durante este último mes y prácticamente de manera continúa, todo el país ha presenciado una intensa batalla campal entre dos alternativas distintas. En ambas campañas se mostró el ímpetu por obtener la victoria. Todos los sectores de la sociedad han participado directa o indirectamente en el intenso debate político. La discusión fue abierta y la confrontación de las ideas completa. Ahora le toca al pueblo tener la última palabra y marcar su huella en la historia.
A vencer la abstención
Cada voto que participe este 15 de febrero representa una aspiración de transformación, pero cada voto que se abstenga representa una indiferencia a la sociedad. Cuando las transformaciones y diferencias nacionales se resuelven por la vía del sufragio, la abstención juega un papel hostil ante los cambios. Quien se abstenga le es indiferente la paz y porvenir de su país, y poco importará lo que luego tenga que decir.
Si algo debe reconocer las venezolanas y los venezolanos es el carácter protagónico de la democracia nacional. Ninguna decisión pasa sin consultar la voluntad del pueblo. Morando en el seno de la conciencia colectiva, la decisión final ante cualquier acción de transformación nacional. Hecho que hace al voto popular una herramienta decisiva de construcción colectiva.
Un pueblo a la altura del deber
Así ha ocurrido a lo largo de estos últimos años a través del voto popular, donde el pueblo ha recuperado su moral y la confianza necesaria para impulsar las transformaciones precisas que terminen con las contradicciones mundiales. Motivo por el cual, todos deben pronunciarse este 15 de febrero en los centros electorales y concretar su compromiso por el futuro del país.
De esta manera se demostrará que el pueblo está conciente del rol que le ha tocado asumir en estos tiempos, donde se están promoviendo transformaciones radicales por la vía pacifica. Contrastando con la realidad de muchos otros países donde el más mínimo llamado a elecciones es motivo de muertes e incluso genocidios.
Venezuela debe dar ejemplo
Si algo debe demostrar hoy el pueblo venezolano, es su capacidad de dar grandes pasos por la humanidad en una evolución pacifica. Donde los instintos naturales e individuales son superados por la conciencia colectiva, para continuar promoviendo cambios radicales en el seno de la sociedad.
De concretar este nuevo reto, la comunidad internacional deberá una vez más reconocer la capacidad de convivencia y entendimiento entre el pueblo venezolano, más aun cuando se es una nación donde se desarrollan todas las creencias, con numerosas diferencias étnicas y con unas clases antagónicas en constante enfrentamiento ideológico. Lo que representa un ejemplo que marcará la historia de la humanidad.
Para garantizar que estos hechos continúen siendo así. Que Venezuela siga siendo ejemplo del mundo y deje un legado a la humanidad, el pueblo debe hoy garantizar una participación masiva en estas elecciones. Independientemente de la perspectiva política y afinidad que se tenga con uno u otro sector. Es la elección popular la única garantía de paz y estabilidad en el país, motivo por el cual todos estamos llamados a responder a la inmensa responsabilidad que hoy en día nos aguarda.
Mayorías a sentenciar
La democracia venezolana está dejando en tela de juicio los modelos democráticos existentes en otras latitudes. Este logro del pueblo de Bolívar ha sido la lucha eterna de todos los pueblos del mundo. Razón que debe hacer a los venezolanos orgullosos, del modelo político que rige al país, el cual obedece a la sentencia de las mayorías para materializar la voluntad popular.
Está el pueblo libertador una vez más llamado a continuar construyendo paz para sembrar futuro. Está una vez más Venezuela en el epicentro informativo del planeta. Nuevamente los protagonistas de los acontecimientos son las mayorías. Quienes acudan a los centros electorales dejarán bien clara su condición y su huella para la historia, quienes se abstengan cometerán el grave error de pasar desapercibidos hoy y siempre ante las transformaciones a las cuales nos llaman los nuevos tiempos. Es indispensable para la posteridad acudir todos al deber patrio que este 15 de febrero de 2009 nos espera. Sin más que agregar ¡todos a votar! Sin excusas.