En el mismo sitio donde en el año 2002 los zulianos nos congregamos para defender la sede de PDVSA que la gente del Petróleo quería adueñarse y que no lograron. En el mismo sitio donde hemos celebrado nuestros triunfos y digerido nuestras derrotas como en noviembre de 2008, en ese mismo lugar este domingo-lunes de febrero de 2009, celebramos el triunfo del referéndum: el edificio Miranda en la Av. La Limpia de Maracaibo.
Allí como un rió portentoso, pero con cauce, fuimos llegando este domingo en la noche, uno a uno todos y todas las que defendimos esta nueva batalla por lograr que Chávez pudiera ser postulado, voto mediante, y en consecuencia ser reelegido indefinidamente como Presidente de este país, que reconoce en él a uno de sus mejores gobernantes.
El domingo, luego del boletín del CNE, la gente se fue para el “edificiomiranda”, allí estaba una gran tarima con una gran pancarta, donde desfilaron grupos musicales y gran parte de los dirigentes regionales. Había cansancio y alegría, mucha alegría, era como un desquite por lo de noviembre, cuando nos quedamos con la tarima hecha y el corazón hecho una pasita.
Pero lo mejor vino el lunes, cuando ya descansadas, celulares y radio-bemba mediante, nos fuimos a una caravana que arrancó en la Plaza La Marina (Av. El Milagro) y terminó por supuesto en... El Miranda. Me llevé a mi sobrino Adán Eduardo, quien vive estas cosas con la fuerza de la primera vez y quien más de una vez me ha estremecido con tanta sensibilidad y sabiduría infantil, lo cual merecería una crónica aparte que alguna le haré.
Allí fuimos recalando uno a uno, cargados con nuestros símbolos, franelas, gorras, muñecos y mascaras de Chávez, banderas venezolanas y rojas, cámaras, instrumentos musicales y sobre todo, con nuestro contento que nos cabía y es en medio de esa atmósfera que una señora, a quien no conozco, me abraza y me dice ganamos y yo sentí en ese gesto, el resarcimiento a cualquier desazón que haya vivido en este proceso, a cualquier frustración, a cualquier tristeza y casi me pongo a llorar y pensé en los miles, millones de abrazos que como ese ha recibido Chávez y que lo nutren hasta el infinito. Ahora sé de lo que hablaba. Ahora sé lo que se siente.
Luego vino la fiesta y pocas veces en mi vida he visto una manifestación de alegría y felicidad más espontánea que esa. Allí bailamos todos y de todo, alrededor de una gran camión donde un había un equipo de sonido, pero la energía aumentaba de decibeles cuando reproducían la pieza El Libertador del grupo español Ska-p (http://www.aporrea.org/actualidad/n124063.html) ese conjunto de rock ha logrado galvanizar en una canción el sentimiento de un pueblo que lo ha bailado a rabiar y que lo seguirá haciendo por un buen rato.
Me gusta ir a esas concentraciones, porque me encanta nutrirme de imágenes y voces, y en esta festividad hubo desborde total. Todas y todos andábamos de fiesta. Vi sobre todos jóvenes y eso me reconfortó porque allí está la posibilidad de lo que viene. La energía que se siente en esos espacios es supongo la energía de la esperanza, de saber que hay futuro, que hay país, que hay gobierno (http://ganoelsi.blogspot.com/)
También vi niños, muchos. Igualmente personas de la tercera edad. Allí estaba el país. Alí estaba el Zulia que se resiste, que espera alguna vez ser mayoría y poder enrumbar a este estado por los caminos de la esperanza. Allí estuvimos todos y todas las que soñamos con un Zulia distinto, con un distinto Zulia. Allí estuvimos y allí estaremos.