Diálogo

Que la patria somos todos significa que ella debe incluir a cerca del 90% de la población venezolana. Queda por fuera, porque ella misma se excluye, una minoría de mentalidad transnacional o más bien, gringa. La patria es pues incluyente, no discriminatoria. La comunicación es clave y comunicarse significa diálogo, encuentro, precisamente para construir un país digno, soberano, solidario, con justicia, con respeto a los derechos de todos, incluidos los de la naturaleza. Un país donde no se explote a los seres humanos, ni a las plantas, ni a los animales…; donde no exista ni pobreza de la gente ni pobreza de la tierra. Es necesario que nadie viva apropiándose del trabajo de otros o de los frutos de la naturaleza.

Para construir ese país es necesario dialogar. Cerca del 40% está influido por prejuicios anticomunistas; por las equivocaciones del socialismo del siglo XX; las ineficacias y errores del presente proceso; las campañas mediáticas, el sectarismo… Es clave entonces el diálogo en todas las comunidades, con diversas clases sociales, con todos los que puedan ser unidos. Diálogo es práctica, es pedagogía. Donde surja un liderazgo social real, no habrá prédica mediática que se sostenga indefinidamente.

Por ejemplo, no es cierto que nuestros derechos terminan donde comienzan los derechos del otro. Ellos continúan donde comienzan los del otro, porque son para construir comunidad y ello se hace desde la solidaridad, desde el diálogo. No desde el simple disfrute individualista. No desde los muros y las fronteras. Lo que no significa negar a la persona, a las especificidades familiares, locales… No hay unidad sin diversidad. El reconocimiento del otro es el reconocimiento de mí mismo.

Que mis derechos terminan donde comienzan los del otro, significa que mi propiedad termina donde comienza la del otro, pues esta sociedad se ha ido construyendo sobre la base de derechos de propiedad, de grandes propiedades generalmente obtenidas mediante formas de violencia. No es la propiedad de la vivienda, los útiles personales, de lo que la gente ahorra como producto de su trabajo, de la carnicería… Derechos todos legítimos.

Que ciertos políticos hayan pervertido el diálogo, no niega su importancia ¿Quién quiere dialogar para construir la patria digna? Bienvenido debe ser.


julio.escalona@gmail.com


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Julio Escalona


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