La realidad concreta de este momento crucial nos dice a las claras que este partido no existe como tal. Escasea la organización, la disciplina y la formación político-ideológica. Y por otra parte, hay que hablar claro. Aquí la formación económico social predominante, y por tanto caracterizadora, es el capitalismo. Hablamos de un capitalismo dependiente. Con una economía monoproductora y una sociedad con marcados índices de desigualdad, en la cual es evidente que durante estos últimos diez años se han combatido con firmeza y aceptable éxito todos los índices que caracterizan la pobreza. Las estadísticas están a la mano. Y de los muchos logros que podemos celebrar, indudablemente tenemos que hablar de la masificación de la educación y de la salud. De la cada día más creciente y decisiva participación del pueblo a través de su organización en poder popular. A la par de todo esto la creciente y tantas veces demostrada credibilidad del Presidente Hugo Chávez, quien no duda en su firme decisión de construir una Venezuela Socialista.
PARTIDO PARA COMBATIR EL OPORTUNISMO… En una Revolución como la nuestra, que se construye a base de elecciones abiertas y democráticas, los vicios y desviaciones del pasado se extinguen de manera lenta. Seguramente lentísima. Si a ello agregamos las comprometedoras posiciones de algunas candidaturas a diferentes posiciones, que por débiles o demagógicas, hipotecan cuotas del futuro poder. O como ocurre en el caso más común, como es gestionar el gobierno con politiqueros de oficio, vividores, saltibanquis y oportunistas. O los tránsfugas que los hay como arroz. Estos son los que se dan golpes de pecho en nombre de la revolución y no se quieren quitar para nada la chaqueta roja. Para comenzar a curar de raíz todos estos males, tan típicos de la cuarta, el remedio es acelerar la construcción del partido de la revolución. Y como todo indica que es el PSUV. ¿Qué se espera?
LA TRES “R” TOCAN LA PUERTA… y pocos, poquísimos, la quieren abrir. Como saben de lo que se trata, se hacen los locos. Ya se ha dicho. El camino será más difícil, enrarecido el tránsito y se encontrarán miles de obstáculos, como hasta ahora, si no hay la firmeza para revisar y rectificar. Con un enemigo jurado como el gobierno de los EE. UU, construir el Socialismo en nuestro país no es pelar mandarinas. No defraudemos ni dejemos a Chávez solo. Vayamos junto a él con sus inmensas ganas de construir patria.