El 24 de marzo de 1854 se abolió la esclavitud en Venezuela. Fue un paso decisivo hacia la igualdad, preludio de lo que luego fue la Guerra de Federación. A pesar de que Simón Bolívar había solicitado el fin de la esclavitud en su Discurso de Angostura, el 15 de febrero de 1819, no fue sino 35 años después que se cumplió su sueño. El 23 de marzo el Congreso de la República aprobó la Ley y al día siguiente, el entonces Presidente, José Gregorio Monagas, le puso el ejecútese (el texto completo de la Ley se encuentra en la dirección http://www.acadnchistoria.org/documentos/abolicion_esclavitud.htm). Hoy, 150 años después, la esclavitud continua en diversas formas, muy veladas algunas y muy evidentes en otras.
A nivel internacional, uno de los pasos más importantes en la abolición de la esclavitud fue la firma de la Convención sobre la Esclavitud, realizada en Ginebra por la Sociedad de Naciones el 25 de septiembre de 1926 y la cual entró en vigor el 9 de marzo de 1927. Cerca de cien años después de ser abolida la esclavitud en Venezuela, las Naciones Unidas modifican La Convención sobre la Esclavitud mediante el Protocolo aprobado en la Sede de la ONU en Nueva York el 7 de diciembre de 1953, y así modificada entró en vigor el 7 de julio de 1955. Esta Convención define la Esclavitud como "el estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos"
En nuestro ordenamiento jurídico actual, la esclavitud está prohibida en forma tajante, tal como lo declara el artículo 54 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que dice: "Ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre. La trata de personas y, en particular, la de mujeres, niños, niñas y adolescentes en todas sus formas, estará sujeta a las penas previstas en la ley". Así mismo, el artículo 6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de la cual Venezuela es signataria, habla sobre la Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre señalando que "Nadie puede ser sometido a esclavitud o servidumbre, y tanto éstas, como la trata de esclavos y la trata de mujeres están prohibidas en todas sus formas".
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 2004 como el Año Internacional de conmemoración de la lucha contra la esclavitud y de su abolición y celebra a la vez el bicentenario de la proclamación del primer Estado Negro, Haití, símbolo del combate y la resistencia de los esclavos. Las ironías, luego del Golpe de Estado Haitiano promovido por los EEUU, saltan a la vista.
Pero en el mundo la Esclavitud no ha terminado. A pesar de las leyes, convenciones y tratados, la esclavitud continua. En sus nuevas facetas, vemos los rostros de la esclavitud en la pobreza, el hambre y la miseria de nuestros pueblos. Y vemos cómo se justifica dicha pobreza, con el discurso de los medios de comunicación, quienes en una incesante actividad alienante, nos obligan a pensar que el mundo ES así, y que otro mundo no es posible.
Hoy aparecen nuevas formas de esclavitud, la Maquila es una de ellas. Cuando vemos que los circuitos integrados de un computador dicen "made in Haiti", El Salvador, Malasia, etc, o cuando leemos sobre los movimientos civiles estadounidenses que luchan porque los consumidores no compren ropa "nacional" confeccionada en otros países, en esos casos, estamos en presencia de la Maquila, es decir, esa industria que sale del país de origen con la intención de captar mano de obra barata en otros lugares, burlando los impuestos y creando miseria en los alrededores de las empresas maquiladores. Recientemente la dirigente de Political Community Organizer y representante del Fondo Mexicoamericano para la Defensa Legal y la Educación, Reina Schmitz, informaba que más de diez millones de inmigrantes mexicanos a EEUU sufren abusos laborales y condiciones de esclavitud. Estos mexicanos son la mano de obra de la Maquila.
En Venezuela la esclavitud sigue también vigente bajo la forma de pobreza. Esta obliga a caer en la prostitución, en la delincuencia y en las drogas. El pobre debe vender su cuerpo, su fuerza de trabajo y sus ideas, sin que nunca logre salir de la pobreza. Pero ese ejército de esclavos existe porque a su vez existen quienes los esclavizan. Son sujetos nacionales e internacionales que no tienen patria como la conocemos nosotros, su patria es el capital. En el pasado, al momento de abolir la esclavitud, el entonces Presidente, José Gregorio Monagas, vivió enormes problemas con los dueños de esclavos a quienes tuvo que al final indemnizar. Hoy en día, vivimos una Revolución que busca liberar a toda una nación, con la premisa bolivariana de que la patria es América. Por eso, la enconada oposición de quienes generan pobreza y miseria en Venezuela tiene antecedentes históricos y explicaciones económicas que no debemos dejar pasar por alto.
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