La mayoría de los trabajos biográficos sobre Guaicaipuro no son confiables. Sin embargo, del Fondo Editorial Ipasme, está la obra El pensamiento revolucionario del cacique Guaicaipuro , del profesor Luis Beltrán Acosta (LBA), la cual recoge las fuentes documentales más ceñidas a la realidad. En este texto, su autor intenta con éxito incursionar en lo sustancial -tal como lo precisa- de los archivos coloniales para así rescatar la imagen de uno de los personajes más emblemáticos de los períodos correspondientes al arribo de los conquistadores a América como de su asentamiento en este territorio.
Se trata de un texto bien escrito, con análisis de las investigaciones sobre el tema ya señalado, que muestra al legendario líder indígena como una entidad de gran valor histórico, social y político, vinculada a su época. De ahí su novedad, ya que para su época -en el contexto de la resistencia indígena- como también para el presenteen que se generan cambios que devienen de un proceso orientado hacia el socialismo-, sus planteamientos sirven en la orientación del rumbo de la Venezuela en la que se consolida ese modelo político cuando fracasa el capitalismo.
En la mencionada publicación, LBA alerta que las referencias a las que él tiene acceso son las que atañen a las crónicas de los españoles que, por razones lógicas, no presentan una visión fidedigna del cacique.
Por consiguiente, el escritor va más allá de esas visiones que buscan mantener la dominación cultural de los pueblos indígenas y distorsionan su presencia aquí en América.
Entre los aspectos tratados en la obra de LBA es relevante la religión indígena. Ahí se señala que la resistencia militar de Guaicaipuro residía en la religión, pues arriesgaba la vida para proteger los lugares sagrados y la espiritualidad de los aborígenes, que peligraban por los invasores que, sesgados por su ilimitado afán de riquezas y vanagloria, a su paso, sin piedad, destruían.
Guaicaipuro, de la etnia pemón, era el Piache de los Piaches, refiere LBA. En este cacique se reunían los dones mayores, resultado de una ardua preparación espiritual que desemboca en habilidades militares, que lo convierten en el mejor estratega de su tiempo al unificar tribus, sin importar las marcadas diferencias lingüísticas, en pro de la defensa de los suyos.
Asimismo, Guaicaipuro fue un profeta que sabía su destino histórico y su misión libertaria, la cual trascendía más allá de su instante hasta acoger el ahora y el futuro de los venezolanos; que con sus acciones nos fortalece la identidad cuando nos oponemos a la imposición de culturas que, lejos de retratar nuestra idiosincrasia, castran la filosofía, las costumbres, la literatura y los valores en general que nos definen como venezolanos.
Luego, en ese entonces, como la religión se vincula a la política, Guaicaipuro, con sus propuestas, concibió un proyecto de gobierno propio para los pueblos aborígenes, tan digno como el ideario de cualquier pensador de origen europeo.
Por todo lo anterior, la lectura de obra de LBA se hace necesaria para enterrar mitos y enaltecer la presencia de uno de los principales hombres del mundo prehispánico.
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