Cuando muere un revolucionario

Es una gran tristeza mezclada con un agudo dolor, cuando muere un revolucionario o alguno que otro guerrillero, un luchador socialista, un líder anti imperialista, un quijote, un SID campeador, un vencedor. Pareciera que muriese un sueño, que quedaran cosas pendientes, inconclusas y que el lamento de los pueblos y sus esperanzas reposaran truncadas en la gris soledad de un camposanto. Y duele……. 

Duele, porque para ser un líder, para ser un revolucionario, para ser un profeta, debes soñar los sueños de tu gente, mejor de lo que ellos mismos lo sueñan y sin sueño, ¿qué será de nosotros en la vigilia? ¿Qué nos guiaría?, ¿Qué nos hará proseguir la lucha?, ¿Cómo seguir los pasos del revolucionario insigne, sin sentir miedo a no ser reconocido y quedar desnudo en la historia, sin flores ni lágrimas, ni amor?   

Pero como dice el escritor chino Huang Guang, “El espíritu revolucionario no muere”, sobre todo en un mundo globalizado donde las amenazas en ciernes que pujan por prevalecer  con una aceleración inusitada  en estos tiempos de crisis, ahogando los pueblos, reclama la inquebrantable lucha, el desprendimiento y el alma libre del revolucionario. Es así como la batalla se acrecienta, se extiende y se entiende a Jesús cristo, a Bolívar, a Miranda, a Sucre, A Samuel Robinson, a Martí, al Che y a tantos otros que han quedado regados en esos caminos de gloria y que cual faro sublime iluminan el rastro a seguir…. 

Cuando muere un revolucionario como el joven estudiante Suban Ortega de la Universidad de Mérida, el chofer del helicóptero siniestrado en Táchira, CHristians Velásquez y  los 16  gloriosos camaradas de la fuerza Armada en pleno cumplimiento de su deber, custodiando la frontera patria, nuestro corazón  se estremece y rogamos a Dios por sus almas, pero al mismo tiempo sentimos su fuerza espiritual libertaria, elevarse por encima de los sollozos de su partida para quedarse entre nosotros para siempre. 

Nuestro mejor homenaje compañeros será continuar su legado y su lucha... y no dejar que se detenga la marcha, la que marcaron sus pasos, la que rodearon sus brazos empuñando sus verdades y sus armas revolucionarias, que hoy tras su breve despedida hacia la eternidad nos obliga a ser como ustedes camaradas, dignos herederos de esta tierra de libertadores. Paz a sus restos. 
 

Patria, Socialismo o Muerte………venceremos 

eliasmar@cantv.net



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Elías Martínez


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