Rememorando un poco sobre la maldición de la momia del faraón Tutankamon, recuerdo las muertes extrañas de los que profanaron dicha tumba o sarcófago. Los egipcios de la época fueron muy respetuosos de las liturgias de la realeza y de ciertas leyes consideradas sagradas. El financista de la operación arqueológica, Lord Carnarvon murió a los cinco meses del descubrimiento de la momia, lo mismo que su hermano, su perro en Londres y otros asistentes al descubrimiento. Hubo especulaciones periodísticas (cuando no) sobre los hechos pero varios arqueólogos escribieron al respecto afirmando la existencia escrita de una advertencia a los que se atrevieran a perturbar la paz del faraón. Enigmas de la historia.
Los presidentes electos en cada país son el producto de la voluntad popular, exceptuando los gobiernos de facto y los impuestos a la fuerza por el imperialismo gringo, como es el caso de Irak y Afganistán, entre otros. Se dice que la voz del pueblo es la voz de Dios. Se infiere entonces que cada mandatario electo es la consecuencia de la voz de ESO que llamamos Dios. Y debemos respetar esa decisión, salvo que el presidente electo tome vías indecentes o contrarias a la voluntad del soberano y se le deponga en base a protestas populares no manipuladas. De cualquier forma es la voluntad del pueblo la que decide quien debe tomar las riendas de una nación soberana. Un presidente que haya sido electo por abrumadora mayoría, como es el caso del comandante Hugo Chávez, tiene que ser respetado por la minoría derrotada o de lo contrario tendrá que atenerse a las consecuencias. Nuestro presidente no fue electo por estrecho margen, no, la ventaja a su oponente más próximo fue abrumadora, sin lugar a dudas.
El señor presidente jamás podría ser comparado a un faraón egipcio, claro que no, pero el respeto a su investidura sí es sagrada puesto que proviene de la decisión prístina de la voz de Dios. Hay países en Suramérica que eligieron de nuevo a sujetos corruptos pero esa es su decisión y deberán cargar con las consecuencias de lo que escogieron.
Si analizamos los opositores ultraderechistas a Chávez que han tratado de derrocarlo y asesinarlo en base a complots con fermento gringo, veremos que sus destinos han sido poco felices. ¿Dónde está Pedro Carmona? Haciendo vida en un país extraño fuera de sus hilos de poder y apartado de los diarios quehaceres del mundo político y económico que se suscitan en Venezuela. ¿Qué ha ocurrido con los facistas Napoleón Bravo, Orlando Urdaneta, Alfredo Peña, Carlos Ortega, Patricia Poleo? ¿Cómo es la vida de los militares traidores del golpe de abril-2002 en el exterior ahora que los alcanzó la crisis financiera mundial? Los tristemente célebres cardenales católicos Ignacio Velazco y Rosalio Lara están ardiendo en el infierno que ellos predicaron. ¿Dónde están la reputación y honorabilidad de los señorones esos de la Conferencia Episcopal? Por el piso, perdieron todo vestigio de respeto y consideración pues mostraron lo que realmente son, unos degenerados que siempre han apoyado a la ultraderecha asesina y lacaya. ¿Qué es de la vida del asqueroso traidor Luis Miquilena? Revolcándose en el pantano de su corrupta fortuna. A estos traidores nadie los quiere, son aprovechados como tontos útiles por aquellos que odian a Chávez y al gallardo pueblo venezolano que lo apoya. ¿Cómo está la vida de Marisabel Rodríguez? Sin comentarios.
¿Dónde están esos ministros que traicionaron al comandante? En el mundo incógnito y olvidado.
Manuel Rosales retó al presidente Chávez como un guapetón de barrio. Lo llamó ladrón y cobarde en los comicios de finales del año pasado, lo insultó con su verbo cantinflérico y juró que acabaría con su mandato, por cualquier vía. Su arrogancia fue tan grosera que se creía intocable pues sobornó jueces y fiscales para evadir la justicia. Pero la dama de los ojos vendados finalmente tocó a su puerta. Ahora está asilado en la cueva del moderno Alí Babá. ¿Y cual es la agonía que sufre el filósofo del Zulia? Nada menos que alejado de las entrañas del poder político corrupto. Ya no podrá seguir comprando conciencias para ganar elecciones a fuerza de billete. Ya no podrá continuar comprando seguidores a su partido Un Nuevo Tiempo. Ya no podrá seguir saqueando el erario público. Ya no tendrá el acostumbrado séquito de vividores del negocio y la politiquería. Todavía sigue manipulando desde su asilo a los dirigentes de su adeco partido pero esa cosecha se le acabará muy pronto y pasará a las páginas del olvido. Los que siempre estuvieron a su lado están súper contentos porque podrán disfrutar del botín zuliano y se acabará la imposición de candidatos que Manuel decidía a su libre antojo. Rosales está muerto políticamente. Lo agarró la maldición de la verruga al igual que todos esos tenebrosos sujetos que han conspirado contra la voz de Dios. El funeral continúa. Avante el próximo.
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