Son muchos los mecanismos utilizados por la contrarrevolución y la red internacional que sostiene al capitalismo en el mundo, para acabar definitivamente con las nuevas formas de gobierno que insurgen en el escenario mundial. Son muy creativos y son pocos los escrúpulos de los que disponen, a la hora de poner a andar cualquiera de los planes genocidas, que los lleve a dar al traste con gobiernos de corte popular y humanista. Si no pueden destruirlos, a través de una guerra convencional, financian a los grupos vende patrias, para que les hagan el trabajo desde adentro. O simplemente recurren a la desestabilización interna del sistema económico, para generar descontentos en el pueblo contra sus dirigentes. En pocas palabras si no entran por la puerta, lo hacen por la ventana, y si no pueden por allí, atraviesan algunas de las paredes. Son casi 50 años de bloqueo económico los que sufre el pueblo Cubano por haber decidido instaurar un gobierno de corte socialista. Y las agresiones son de todo tipo y persistentes en el tiempo. Desde actos terroristas contra el centro económico de la isla, como es el turismo, hasta la voladura de un avión con tripulantes Cubanos.
En nuestro país Venezuela, como en todas aquellas otras naciones que han decidido optar por otro sistema, las embestidas son de todos los tenores. Siendo sus acciones más representativas, el golpe de estado del mes de abril de 2002 y el paro petrolero del mismo año. Pero la desestabilización es constante y permanente en todos los terrenos. En el político y en el militar hemos sido medianamente efectivos, a pesar de estar embotellados en el chantaje de la libertad de expresión. En el ámbito económico siempre hemos estado muy detrás de ellos, en la mayoría de los casos, llegando después de la ambulancia. Tratando de reconstruir y de estabilizar lo que ellos vienen destruyendo y saqueando con amplitud de tiempo e impunidad. Hasta ahora no hemos podido desarrollar los mecanismos para anticiparlos en sus acciones dirigidas contra la economía del país. El control de cambio, entra en funcionamiento varios años después de la puesta en práctica por ellos, de una política de huida de capitales. Lo cual no consistía en la inocente colocación de capitales en bancos extranjeros, todo tenía una orientación claramente macabra y desestabilizadora. Durante los primeros años de nuestra revolución, cada centavo generado por la mayoría de nuestros empresarios era cambiado en dólares y sacado de nuestra nación. Durante cada uno de esos años, fue cuantiosa la cantidad de dólares sacada de nuestro país con fines desestabilizadores. Estas acciones que en un principio parecerían ingenuas, tenían el objetivo de estimular la subida del precio del dólar, presionar el alza de la inflación, influir en la disminución del poder adquisitivo del venezolano y generar caos y zozobras en el país a partir de allí. Es muy conocido por ellos (empresarios golpistas), que en el juego de la oferta y la demanda, cuando la demanda es mayor que la oferta de producto, el precio del producto tiende a aumentar en el mercado. Esa mano invisible del mercado, la ven clarita nuestros empresarios golpistas y la controlan milimétricamente. Ellos decidieron disparar el dólar y lo consiguieron sin mucho esfuerzo. Simplemente fue una política del gremio empresarial que los agrupa, para alterar nuestro sistema económico. La cosa funciona de la siguiente manera, compran dólares a gran escala de forma inusitada y sistemática, el valor del mismo se va incrementando semana tras semana, debido a que hay una demanda de dólares, superior a la cantidad de divisas que hay en existencia. Esto genera, que cada día la moneda de compra en el extranjero se haga más costosa. Esto conlleva que a los productos importados, se le cargue los aumentos que ha experimentado el dólar, estos a su vez se hacen cada vez más costosos para el consumidor. Los precios se disparan, la inflación se dispara y el poder adquisitivo del consumidor disminuye significativamente. Los bolívares que gastaba antes en un producto, ahora son más. El golpismo sabe que a través de esta forma, pudieran generar un estallido social en nuestro país. Este método, guiado casi a control remoto, hace casi imperceptibles a los conspiradores. Al final, se nos ha hecho creer, que es una mano invisible la que hace todo. Este es un sistema, que aunque tarde, ya fue identificado y neutralizado por nuestro gobierno. Pero actualmente hay otro que tiene años en plena ejecución y que genera el mismo efecto.
PEDRO.G.FIGUEROA@GMAIL.COM