Utilizando como título las palabras expresadas por el intelectual y escritor mexicano Fernando Buen Abad, comenzamos el presente artículo; tal expresión toca a todos los que apoyamos y participamos de una manera u otra en la construcción y consolidación del proceso revolucionario venezolano. Es importante prevenir de manera ostensible sobre la necesidad de internalizar en su medida exacta la connotación de tal sentencia, lo que nos ofrece el escenario para comprender en el corto y mediano plazo lo que debemos establecer como prioridad en esta hora crucial de la lucha por el socialismo.
Es el caso que, el no ser ingenuos representa la confrontación directa con la arremetida mediática y la acción de la derecha nacional e internacional en su accionar dirigido a socavar las bases de sustentación del proceso, esto quiere decir que, la disposición de esta gente a subvertir las instituciones y horadar la mente y conciencia obedece a un plan delicadamente elaborado y del cual debemos por obligación plasmar que existe y es real.
El no ser ingenuo es sinónimo del desconocimiento de la realidad que está allí y amenaza constantemente, uno de los elementos de esa realidad circundante son los medios al servicio de la vorágine oposicionista, que en nuestro concepto no está dirigida u orientada por partido político alguno quienes en este caso, son simples operadores; se trata entonces del descubrimiento del agua tibia de algo que tenemos años sintiendo sus raíces y realmente les dejamos pasar muchos strikes sin tirarle a la bola.
En el mismo orden de ideas, son muchas las rabias que petrificadas si se quiere, han impedido a muchos compatriotas la incorporación efectiva en la lucha por el avance revolucionario; la evidencia del ataque está a flor de piel, la vemos y sentimos día a día, mes a mes y de año en año; consecuencias, la alteración de la psiquis de hombres y mujeres que manipulados constantemente por la acción mediática enfermiza, los coloca en situación de guerra permanente contra todo lo que se parezca o huela a chavista, produciendo a su vez, un estado de histeria que de individual puede pasar a colectiva sin llegar a darnos cuenta.
Ahora, nos toca la lucha contra la ingenuidad ante la acción de los medios, creemos firmemente que el gobierno está dando muestras contundentes en contra de ella y ya era la hora de hacerlo; en ello, se debe actuar con suma inteligencia, discreción y sin aspavientos pero con autoridad y legalidad necesarios. La oposición dirigida ahora por el grueso de la oligarquía ante la minusvalía de los partidos, representa un nuevo estadio, no están actuando a trastiendas, lo hacen abiertamente inclusive declarándose abiertamente capitalistas, lo cual significa el inicio de una confrontación que si no final, introduce un elemento crucial en esta hora de definiciones y decantaciones. El llamado a la conciencia militante, es cosa imperiosa y de la cual debemos apropiarnos para acciones futuras.
No ser ingenuos, es un estado de conciencia permanente que nos debe servir para avanzar y sobremanera estar alertas ante tal arremetida nacional e internacional; significa además un llamado a no descartar ninguna arista desestabilizadora y otorgarle al ataque características subversivas y definitivamente desestabilizadoras, se la están jugando a lo Jalisco y nosotros debemos tener respuestas institucionales, políticas del tipo que las circunstancias vayan presentando, la sostenibilidad de esta actitud debe convertirse en una tarea constante y de la ingenuidad sobre la cual se aprendió, eliminar todos los intersticios que signifiquen amenazas es una tarea inmediata en caso de producirse eventos que califiquen al respecto.
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