No hay nada tan chocante como cuando alguien se autocalifica o se dice intelectual, esto lo digo, lo menciono no de manera peyorativa, al fin y al cabo, creerse o ser intelectual es un problema individual, sencillamente porque el momento en el cual se dice es una separación ante el resto de mortales, debe ser muy bueno ser intelectual, o que lo llamen a uno un intelectual, título que por cierto, al menos que lo sepa, no es otorgado por autoridad política o académica alguna.
Es probable que mucha gente se sienta acomplejada cuando oye a alguien decir que es un intelectual; lo que no termino de entender son las condiciones implícitas o explícitas para lograr semejante titularidad. Es decir habrá entonces que analizar, donde está ese mundo de condiciones para tal calificación, al respecto, haremos un ejercicio por aproximación. Por ejemplo, la publicación de un libro sin premio o reconocimiento podría ser suficiente para calificar, o dos libros, o cuantos serán necesarios, si alguien lo sabe, que me lo diga, pero por favor que no sea un intelectual.
Otro aspecto a considerar sería si la intelectualidad estaría ligada a la producción literaria en cualquier género; otro ejemplo, un texto de poesía reconocido y con premio estará en el orden de intelectual la autoría del mismo. Igualmente, un texto que hable de economía y finanzas o porque no, un libro sobre cocina nacional e internacional. El conocimiento común que tiene la gente además, es que un intelectual es aquel que escribe algo que es novedoso, no conocido y que le da valor agregado al conocimiento.
En todo caso sería un asunto lúdico el tratar de escribir una novela que tenga el punch suficiente de ser reconocida y no producir otro material que su calidad no sea lo suficientemente convincente; es decir, podrá ser un intelectual toda su vida por un solo trabajo. Un científico que escribe un texto académico y recibe un nobel porque no puede ser un intelectual, siempre se le reconocerá como científico y nada más.
Pareciera que, una de las condiciones para ser intelectual, es estar por encima del bien y el mal, y una características casi inmanente es la perdida total de algún rasgo de humildad ciudadana, inclusive aquellos que se llaman progresistas, lo que me hace pensar que, es una especie de enfermedad de conducta social irreparable, por aquello de la aprehensión del conocimiento; fijense, que es casi normal que todo lo que escribe o dice el que se llama intelectual es cierto y su palabra es una especie de sentencia por sobre la opinión de los simples mortales. No se si en verdad es aplicable aquello de Galeano sobre el mundo al revés, o es que uno no tiene esa capacidad intelectual para darse cuenta que de los cuentos de ello, a uno no le queda otra cosa que rendirse por lo inalcanzable de tal tarea. En fin de cuentas, hablar o escribir de estas cosas, es un atrevimiento o quizás un irrespeto a ciertos intelectuales de los que se hacen llamar, lo que colocaría del lado de la mortalidad segura a quienes jamás podríamos ser intelectuales, para terminar prefiero conversar con un obrero sabio en conocimiento que con un intelectual que en cada oportunidad me enrostre en la cara que lo es. Para finalizar, le pido disculpas a mi bisabuelo que para nada fue un intelectual pero que a mi abuelo y a mi padre les enseño todo acerca de la humildad revolucionaria y que además impulsó la necesidad de un hombre nuevo que forme verdaderos intelectos en la producción social y el acercamiento entre los pueblos.
rafaelfebles@yahoo.com