Salvemos al planeta

¿Por qué nos destruímos?

Pareciera  que el hombre, desde su aparición en la tierra ha emprendido una marcha cada vez más acelerada que tiene como único fin su auto destrucción y la del medio ambiente. 

Ya sea por creación divina, donde un Dios Todopoderoso y omnipotente hizo a un ser (el hombre) a su imagen y semejanza (¿?); o por evolución (según Charles Darwin); la actitud del hombre es la misma:  

Lo vemos en los relatos bíblicos, donde la mezquindad, el egoísmo y el manejo descontrolado y abusivo de los recursos naturales, así como la esclavitud y aniquilación de sus semejantes son el factor común de esas historias. 

Lo vemos en los estudios antropológicos, donde según las muestras halladas y el estudio de las circunstancias que rodearon las etapas vividas por nuestros antiguos, el factor común es el mismo: deforestación, esclavitud, exterminio (como dijo Darwin la supervivencia del mas fuerte, o como el mismo lo expresó en un intento de suavizar la vaina: “selección natural”) 

Pues la verdad la cosa no pareciera ni tan natural, no creo que exista en todo el planeta ningún otro caso de especie alguna que esté empeñada a destruir su hábitat natural y de paso hacerse el harakiri hasta que, so pretexto de la selección natural y la supervivencia del más fuerte, no quede ninguno. 

Bueno, pues eso es lo que estamos haciendo nosotros, por una parte los mas fuertes siguen en su eterno afán de pararse sobre las cabezas de los mas débiles, para lo cual no escatiman en recursos o mejor dicho en antirecursos, es decir, en destruir los pocos o muchos recursos que los débiles posean en sus tierra a fin de poder mantenerlos esclavizados y a sus ordenes. 

Los poderosos o mas fuertes son los que dictan las normas que los débiles deben mantener, y  en un discurso hipócrita crean organismos que regulen a todos para evitar que se vuelvan poderosos; también, por supuesto, dictan leyes que les permitan destruir al medio ambiente en los sitios lejanos a su propio entorno, explotando indiscriminadamente recursos naturales no renovables para cambiarlos luego por una cantidad cada vez mayor y absurda de papeles llamados moneda. 

El hombre dejo de cambiar carne por huevos o pescado por sal, ahora destruye bosques y recibe papeles, ahora extermina especies naturales y recibe papeles, ahora destruye ciudades enteras y recibe papeles, ahora destruye la atmósfera para recibir papeles…¿llegará el día en que esos papeles se podrán comer? ¿Les irán a poner algún día sabores artificiales, proteínas, vitaminas y minerales en vez de tinta; como para que sirvan para algo?  

¿Que tendrá de natural esa actitud del hombre? Los antiguos conquistaban para apoderarse de los bosques llenos de maderas y animales para comer, se apoderaban de los mares llenos de peces para poder comer, y de repente empezaron a matarse entre ellos para apoderarse de unas piedras de color amarillo llamada oro, cuya única utilidad es fundirla para hacer cadenas pal pescuezo o zarcillos pa las orejas; empezaron a matarse entre ellos por unas piedras como de vidrio llamadas diamantes que solo sirven para adorno…¿Qué tendrá de natural esa actitud?... 

El hombre empezó a matarse, a esclavizarse y a invadirse los territorios en busca de cualquier cosa que pudiera cambiarse por papeles llamados monedas y en ese afán nos llevan hoy a la carrera; el daño causado al planeta es prácticamente irreversible, las estaciones ya no llevan el ciclo establecido desde los inicios de los tiempos, las emisiones de gases tóxicos lanzados a la atmósfera desde los hogares hasta las grandes fabricas y que les permiten a ciertos grupos cambiar sus elaboraciones por papeles llamados monedas y a la mayoría cambiar papeles llamados monedas por esas elaboraciones, nos van a llevar a la destrucción definitiva…y entonces ya no habrá necesidad de productos elaborados ni de papeles llamados monedas. 

Volvamos a la naturaleza mientras podamos, paremos la carrera del consumismo, dejemos de buscar papeles monedas para cambiarlos por productos elaborados, dejemos de destruir los bosques, los ríos, los mares, el cielo, las montañas, dejemos de exterminar a los animales, dejemos de exterminarnos a nosotros mismos. 

Todos podemos ayudar a recuperar al planeta, dejando el odio hacia los demás, respetando las ideas y las creencias de los demás, respetando la vida de todos, consumiendo más cosas naturales que artificiales, parando la carrera consumista que mantiene a las fábricas en una vertiginosa carrera de crecimiento y destrucción de la naturaleza. 

Todos podemos ayudar a recuperar al planeta, apagando la luz cuando no necesitamos tenerla encendida, economizando el agua, aprovechando la comida, es decir, comiéndonos lo que preparamos (saben ustedes la gran cantidad de arroz que botan los restaurantes en china, por poner un ejemplo, y que solo fueron probados porque la cantidad servida es execiva) 

Todos podemos ayudar a recuperar al planeta, limitando el uso del plástico, hay países donde las bolsa plásticas están prohibidas; en los nuestros se abusa de ellas y en los supermercados las regalan en cantidades, tanto para colocar las cosas compradas como extras para utilizarlas luego en casa, bueno, ese plástico no es reciclable (sale mas barato hacer bolsas nuevas) y entonces se va con la brisa hacia las montañas, los valles, los cardonales, los bosques, los ríos y definitivamente…al mar; o se quema en los basureros llevando grandes cantidades de gases tóxicos a nuestra cada vez mas maltratada atmósfera…y dejando en la tierra los residuos venenosos de esos polímeros, los cuales son arrastrados a todas partes y al centro de la tierra por las aguas de lluvia. 

En fin, todos podemos ayudar a recuperar al planeta, es mas sencillo de lo que pareciera, solo basta con  seguir las enseñanzas de Cristo el redentor, el Socialista; quien habló de evitar lo superfluo, los lujos, las vanalidades, la gula, la soberbia, quien nos habló del amor a la naturaleza y al cuerpo, y  quien antes de morir en manos de los mismos depredadores de hoy nos dijo: “Un ultimo mandamiento os doy: amaos los unos a los otros como yo os he amado” 

Amemos pues al planeta como nos amamos a nosotros mismos. 

  oscarajimenezr@gmail.com


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Oscar A. Jimenez R.


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