Mientras, tiende a diluirse la campaña desestabilizadora de la oposición iraní, teledirigida desde estados unidos y gran bretaña, en la misma tónica que lo hacen en nuestro país, con el fin de empañar la victoria contundente de Mahmud Ahmadineyad con el 66% (17 millones 934 votos) de los votos contra su más cercano contendor, quien consiguió apenas el 31,4% (8 millones 124 mil votos), y aún así, el candidato opositor Mir Husein Musavi habla de fraude, al igual que sus pares de aquí en Venezuela. El mismo patrón, el mismo objetivo, desestabilizar la Revolución Islámica Iraní. No pasarán!!!
Aquí en la Patria de Bolívar, la desestabilización se ha centrado en el ámbito educativo, forma parte de ello, la campaña de guerra psicológica contra los sectores medios de la sociedad, centrada en la Patria Potestad de los niños y niñas, replican una vez más, lo que aplicaron en la Cuba revolucionaria, lo que en aquel entonces se conoció como la Operación Peter Pan, maniobra coordinada entre el Gobierno Federal de Estados Unidos, la Iglesia Católica y los cubanos que se encontraban en el exilio; por la cual, más de 14 mil niños fueron llevados de Cuba hacia Estados Unidos. Tuvo lugar, entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962, y se trató de una de las más secretas acciones de subversión y guerra psicológica desarrolladas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés). Dicha campaña, no tiene otro objetivo que provocar la abstención del Gobierno Revolucionario, en impulsar la aprobación de una nueva Ley de Educación, adaptada a la realidad que vive el país. Es por ello, que el pueblo como un todo, debe rechazar dicha intentona, y asumir el debate abierto para que se produzca y apruebe esta nueva Ley. Y es el pueblo, quien sabe más que nadie, como los capitalistas le fueron arrebatando sus hijos e hijas, y todos ellos y ellas fueron a parar a las calles de las ciudades de nuestra Patria, y surgieron lo que aquí todos conocimos como los “niños de la calle”, esto es historia reciente; le tocó a este Gobierno Revolucionario, rescatarlos y darles el hogar, que producto de la miseria capitalista, les fue negado.
Otro frente, del plan desestabilizador de la oposición apátrida, lo constituyen las universidades públicas, desde allí se intenta movilizar al estudiantado, a los fines de generar los posibles cadáveres que permitan mostrar al mundo una imagen de violación de los derechos humanos, y provocar la intervención de organismos extranjeros. No obstante, dicho plan ha venido decayendo, debido fundamentalmente, a la reacción del estudiantado revolucionario, quienes se han manifestado de una forma inesperada para las autoridades universitarias, develando todo el sistema de corruptelas y mal manejo de los recursos presupuestarios que el pueblo venezolano destina a dichas instituciones, para su funcionamiento. Centrando sus respuestas en dos puntos clave, para la transformación de estas instituciones: la primera, auditar sus finanzas y fijar responsabilidades; la segunda, exigir la aprobación de una nueva Ley de Universidades, que las democratice y coloque en sintonía con los cambios que vive el país.
Este accionar, del movimiento estudiantil revolucionario, ha colocado contra la pared a la oposición apátrida enquistada en las universidades públicas, quien para desvirtuar los señalamientos de los estudiantes revolucionarios, carente de ideas como está, no le ha quedado otra, que acudir al tradicional expediente de la violencia incendiaria. Así lo hicieron, en noviembre de 2007, en pleno debate por la Reforma Constitucional, recordemos que salía una marcha opositora hacia el TSJ, mientras en el interior de la UCV se desarrollaba una agenda alterna, describíamos en aquel entonces por Aporrea los hechos: “Paralelo a la marcha, en el Aula Magna, se realizaba una asamblea intergremial, donde estudiantes y trabajadores discutían sobre la Reforma Constitucional, lo que evidenciaba el carácter de escenario fundamentalmente para el debate y confrontación de ideas, que es la universidad, donde deben fluir todas las corrientes del pensamiento. Al concluir esta asamblea, ya la marcha estaba en la calle, y sucede un hecho clave para entender lo que sucedería horas más tarde, la quema de uno de los autobuses que trajo a los estudiantes oposicionistas. El joven que realiza esta acción terrorista, huye hacia las Tres Gracias y allí es detenido por estudiantes revolucionarios que se encontraban en este sitio, el terrorista es entregado a la seguridad interna y trasladado a su sede en Sierra Maestra, de donde minutos más tarde sería rescatado por un grupo de motorizados armados y dirigidos por un dirigente de Bandera Roja…”, horas más tardes, fuimos testigos todos y todas, de un hecho inédito en las luchas estudiantiles, así como, semanas atrás, lo fuimos del hecho repudiable, de que una comunicadora social de un medio público, fuera agredida por una “reportera” de Globovisión, pues en aquel entonces, pudimos ver en directo, como un grupo de estudiantes opositores provenientes de dicha marcha, se disponían a linchar y quemar, a compañeros estudiantes revolucionarios refugiados en la Escuela de Trabajo Social.
Como vemos, la confrontación también se palpa en el ámbito de lo simbólico, auténtico taller de la represión moderna y democrática; el mensaje era claro, si no compartes mi opinión, te extermino. Es el mismo mensaje que mandaba Hitler, a sus enemigos políticos, cuando el diez de mayo del año 1933, tres meses y medios después de que tomara el poder político en Alemania, ante la presencia del entonces ministro de propaganda y de “ilustración popular” del régimen nazi, Joseph Goebbels, decenas de estudiantes, afines al nazismo, quemaron cerca de treinta mil libros, de escritores considerados como “degenerados”, en enormes hogueras frente a la universidad berlinesa Friedrich Wilhelm; en el caso, mencionado antes, no se trataba de libros sino de seres humanos quienes se pretendía quemar en las instalaciones de la Escuela de Trabajo Social. Hecho abominable, ocurrido ante la mirada pasiva de las autoridades universitarias. Días después, de los hechos de Trabajo Social, quemaban el Centro de Estudiantes de la Escuela de Derecho, dirigido por camaradas revolucionarios.
El año 2008, pondría en evidencia lo que tienen en la cabeza estos jóvenes, adiestrados por los organismos de seguridad estadounidenses, en revoluciones de colores, Yon Goicochea, en plena marcha contra las inhabilitaciones a los corruptos de la oposición apátrida, le ha preguntado al Gobierno si quiere que “se encienda esta ciudad en llamas”. “¿Están buscando la violencia?”, ha dicho (resistensanleo.blogspot.com/2008/08), el pichón de aspirante a Nerón venezolano. Ese mismo año, en una marcha hacia el CNE, también fuimos testigos como los estudiantes “pacíficos”, entrenados en revoluciones de colores por los servicios de inteligencia norteamericanos, ante su frustado intento de montar una guarimba en la sede del CNE, arremeten contra los Chaguaramos sembrados en las aceras de la Avenida Bolívar, destruyendo también materos y papeleras que se encontraban a lo largo de dicha avenida.
Dos años después, en el 2009, los incendiarios actuaban de nuevo, comenzando el año arremetían contra el cerro Guaraira Repano, quemando su vegetación, todavía la Fiscalía está en mora con la justicia en este caso, donde se perpetró un Delito Ambiental. Ese mes de enero, en un hecho bien controversial, queman parte del vehículo del pdte. de la FCU-UCV, Ricardo Sánchez, afectado por las Normas de Permanencia, y aunque debiera estar suspendido por un año, ejerce este cargo de representación al margen de la Ley. Un mes después, arremeterían contra las instalaciones del Centro de Estudiantes de la Escuela de Trabajo Social, símbolo de resistencia revolucionaria en la UCV, las cuales serían afectadas por el fuego opositor. En ambos casos, se evidenció la parcialización hacia una tendencia política, por parte de las autoridades de dicha universidad. La tónica, desde entonces, ha sido la de impulsar la violencia como método de dilucidar las discrepancias y, en el momento en que se presenta una oportunidad para el debate y la confrontación de ideas, la rectora García Márquez, acusa al Ministro Acuña, de tenderle una emboscada.
De nuevo, la oposición acude al mecanismo de la violencia, la semana que recién termina, de nuevo, se queman instalaciones universitarias, en este caso la sede de la FCU-UCV, con qué propósitos: para mantener el debate nacional en torno a la UCV?, para desviar el debate, centrado por los estudiantes universitarios en las corruptelas de sus autoridades, y colocar la inseguridad como tema central?, propiciar una confrontación violenta, interna, entre los estudiantes?, justificar posibles expulsiones de estudiantes revolucionarios?
No nos queda duda, de donde vienen los tiros, el que juega con fuego corre el riesgo de quemarse, bien el señalamiento hecho por nuestro Ministro del Interior y Justicia, Tarek El Aissami, al fijar responsabilidades: “Si alguien es cómplice dentro de la violencia que ocurre en la UCV es la rectora”, dijo El Aissami en rueda de prensa. Señaló que García Arocha es la autoridad dentro de la UCV “y la ley en su artículo 7 le atribuye competencias directas en materia de orden interno. Ella nunca ha asumido su responsabilidad ante el país”. “La rectora jamás ha dicho que es la responsable del orden interno de la UCV”, precisó. El Aissami se preguntó “qué puedo yo hacer como ministro de interior dentro de la UCV, ella tiene presupuesto para destinar a la seguridad interna. Ahora sale a proponer una reunión, la vez pasada lo hizo, nunca fue, la suspendió, evaden el debate, patean la mesa, irrespetan a las autoridades”. (Unión Radio, 18/06/2009).
Caracas, 21 de junio de 2009
henryesc@yahoo.es