Todo sistema de justicia se mide por su capacidad para garantizar a cada persona y a la sociedad como un todo, la posibilidad del disfrute pleno de sus derechos.
Tales derechos comprenden , desde la satisfacción de las necesidades mas básicas de supervivencia material - alimento, vestido, hábitat, hasta lo que tiene que ver con sus requerimientos espirituales : ser amado y aceptado por los otros; valorado y respetado en su singularidad , y contar con las condiciones necesarias para evolucionar hacia la mas acabada y libre expresión de sus capacidades y talentos.
Cultura: “expresión creadora de la necesidad”.
La interacción dialéctica y creadora entre las personas , sus necesidades , y el entorno natural , producen esa construcción colectiva que llamamos cultura .
. Diversa como las necesidades de cada grupo humano y de cada individuo.
Como ente vivo- orgánico que es ; siempre en continuo cambio adaptativo.
Legislación cultural.
Por lo antedicho se comprende la dificultad de legislar sobre algo que por su naturaleza escapa al tipo de aproximación unidimensional presente en un sistema de leyes y un poder constituido, que mas allá de las mejores ( o peores ) intenciones de sus actores , está permeado por el paradigma positivista ya agotado ; cuando no contaminado por prejuicios atávicos e intereses grupales .
La ciencia que heredamos de la ilustración nos habla de un universo eterno e inmutable cuya metáfora preferida es un reloj en donde el comportamiento de cada pieza y del propio mecanismo que lo integra , puede preverse con total exactitud.
La dificultad que siempre presentó la aplicación de tal paradigma no tardó en evidenciarse cuando Darwin reveló los procesos aleatorios e imprevisibles de la evolución de los seres vivos.
Hoy la física cuántica va mas allá cuando nos permite imaginarnos como parte de un organismo viviente infinitamente complejo en el cual la frontera entre la parte y el todo es indistinguible , conformando un sistema de interrelaciones de infinita complejidad, en constante e impredecible cambio y bajo pautas imposibles de aprehender con los instrumentos intelectuales heredados de la física Newtoniana.
Entonces ¿Sobre que paradigmas construir una Ley Orgánica de Cultura que garantice a los individuos las condiciones necesarias para evolucionar hacia “ la mas acabada y libre expresión de sus capacidades y talentos” ?
O dicho de otra manera : ¿ Es posible potenciar”los poderes creadores del pueblo”, como lo definía Aquiles Nazoa ; desde un poder constituído que se aferra a las viejas maneras de hacer de la democracia representativa” ?
Ya vimos las dificultades de ello cuando ,bajo el slogan oportunista de “Revolución Cultural”, se nos quiso embaucar con la Ley Espinosa –Meyer : un instrumento “de impecable técnica jurídica” (sic ) elaborado desde los bufetes de la ”Industria Cultural” corporativa transnacional.
De haberse aprobado en segunda discusión ( cosa que un grupo de patriotas conseguimos evitar) hoy la contrarrevolución contaría con una vital cabecera de playa para la colonización de las mentes , terreno en donde se libran las guerras de cuarta generación.
Lo que no evitó por cierto que desde el Ministerio de “la” cultura se propiciara la ocupación de los mas importantes espacios museísticos por la Exxon, PepsiCola, CocaCola , Harina (Mendoza)Pan y Pirelli.
En aquella oportunidad la A.N. de la cohabitación contra natura , montó ( como ahora parece querer ocurrir en “nuestra” A. N.) un simulacro de consultas en universidades y ámbitos “populares” con el fin de legitimar, con la bendición del Poder Constituyente, lo que ya se había cocinado a sus espaldas en ignotos fogones.
Pocos saben que hasta el día de hoy han transitado por la A.N. una media docena de proyectos de Ley ,cuyos autores , en la mayoría de los casos , permanecen en el anonimato.
Pero dejando de lado justificables sospechas , preguntémonos:
El contenido del proyecto de Ley - cuya aprobación para algunos se ha vuelto de una urgencia que no admite dilaciones - ¿contiene elementos que lo caractericen como revolucionario , socialista y anticapitalista ?
¿Responde a las necesidades del momento histórico y la coyuntura política y cultural actual, en plena transformación nacional, continental y planetaria?
¿ Es un proyecto donde se impida toda cooptación burocrática o corporativa de “los poderes creadores del pueblo”?
¿ Contiene elementos que impidan el saqueo y la eliminación de la memoria de las luchas revolucionarias como ocurrió con el Cuartel San Carlos?
¿ En su texto se refleja que ( por su carácter orgánico) sus disposiciones prelan sobre toda la legislación cultural? ( Ley del libro- Ley de Cine- Ley de Ciencia , Tecnología e Iinnovación; Ley de Derechos de autor; Ley Resorte; Ley de telecomunicaciones ; Ley de Artesanía , etc )
En el supuesto negado de que sea sancionada y puesto el ejecútese por el Comandante Hugo Chávez , ¿ ese Proyecto hará posible la conformación de una conciencia verdaderamente colectiva ,capaz de propiciar la creación de una nueva institucionalidad que barra con buena parte de nuestra legislación caduca y haga de cada ciudadano un militante en la defensa de la soberanía y la seguridad nacional ?
Si acordamos que La Revolución “es cultural o no es” , hay que decir que muchos de los contenidos del proyecto (¿definitivo? ), así como la manera con la cual se ha venido manejando tan vital tema, responden a la cultura de la dominación, destructiva y alienante. que conviene a intereses de grupos capitalistas nacionales y foráneos de la cual es imperioso deslastrarnos.
Es de esperar que la Revolución Bolivariana no haya perdido ( como a veces parece) su instinto de conservación.
(*)Docente - cineasta